By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
A US State Department spokesperson repeatedly refused to comment on the momentous political crisis in Brazil during his June 3 press briefing. He gave evidence of the sharp contrast between his long and loquacious criticisms of neighboring Venezuela and Washington’s complicit tolerance of the parliamentary coup in Brazil.
This was reported on the alternative website AlterNet by journalist Zaid Jilani, who actively participated as a reporter in the press conference given on June 3rd by US State Department official spokesperson Mark Toner.
In a dispatch by Jilani, published by digital website The Intercept and other alternative media, it was reported that, when questioned about this sharp contrast, Toner, visibly excited, said: “I don’t have anything to comment about the ongoing political dimensions of the crisis in Brazil.”
The US “hard” foreign policy intends to apply to Venezuela the Inter-American Democratic Charter of the Organization of American States (OAS) imposed by the Washington on the continent following September 11, 2001. It’s goal was to strengthen United States domination in the context of the New York terrorist events used as a pretext for President George W. Bush President George W. Bush ‘s declaration of the “war on terrorism”.
In the case of Brazil, the United States tries to justify the “soft” parliamentary, judicial and media coup d’état against President Dilma Rousseff’s government. Her impeachment’s legitimacy has been rejected by most experts and observers who are not subject to the networks of international corporate media controlled by Washington.
The State Department has been extremely repetitive in its criticism of Venezuela’s progressive government. It accuses that government of applying popular policies contrary to the hegemonic interests of the global corporations. By contrast, it has been silent about the takeover of the government in Brazil by a staunchly right-wing, pro-business government that is making the privatization of state industry a priority.
The debate with Toner at the press conference began when The Intercept journalist (Zaid Jilani) asked Toner why the U.S. has been joining in regional criticisms of Venezuela’s government for its alleged democratic backsliding, but has ignored Brazil’s political crisis, where right-wing lawmakers voted on May 12 to suspend the democratically-elected President from government and to open impeachment proceedings against the head of state.
It was then that veteran Associated Press State Department reporter Matt Lee jumped into the fray, asking if the impeachment of former President Dilma Rousseff was itself “valid.”
Toner continued to dodge, declaring U.S. confidence in Brazilian institutions. “But we’re very concerned about the current development of political events in Venezuela…” he said.
“And why aren’t you very concerned about a similar situation in Brazil?” Lee probed.
“Again — well, look, I’ve said my piece. I mean, I don’t have anything to add,” Toner concluded.
When Pam Dawkins of Voice of America asked about Venezuela and “the state of democracy there” in light of the delay of a proposed recall referendum put forth by the country’s opposition, Toner’s tone changed dramatically. In a response that went on for two full minutes, Toner waxed moralistic, asking Venezuela to respect democratic norms.
“We call on Venezuela’s authorities to allow this referendum to move forward and thus ensure that Venezuelans can exercise their right to participate in this process in keeping with Venezuela’s democratic institutions, practices, and principles consistent with the Inter-American Democratic Charter.”
Lee felt obliged to note again the contrast between Toner’s long critical response about the situation in Venezuela and the two phrases about Brazil “which is a much bigger country and with which you have enjoyed better relations.”
Then another reporter jumped into the fracas, asking Toner if the composition of the new Brazilian cabinet –composed entirely of men, many of them tied to large industries in the country– that replaces the cabinet led by the first female head of state in Brazil’s history raised any concerns.
“Look, guys, I will see if we have anything more to say about the situation in Brazil,” Toner concluded, to get rid of the embarrassing situation in which he had been placed because of the ambivalence of the “two-faced” imperialist foreign policy.
June 11, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense se negó reiteradamente a comentar la actual crisis política en Brasil y estableció un inconsecuente contraste entre su larga y mordaz crítica contra el gobierno de Venezuela y la cómplice tolerancia de cara a los “golpistas parlamentarios” en Brasilia.
Así lo reportó en la red alternativa AlterNet el periodista Zaid Jilani, quien participó activamente como reportero en la conferencia de prensa que ofreció el 3 de junio, Mark Toner, funcionario de la cancillería estadounidense y su portavoz oficial.
En un de despacho de Jilani aparecido en la publicación digital The Intercept y otros medios alternativos se cuenta que, cuestionado acerca del agudo contraste en que incurrió, Toner respondió visiblemente excitado: “no tengo nada que comentar sobre las actuales dimensiones políticas de la crisis en Brasil.”
La política exterior “dura” estadounidense pretende aplicar a Venezuela la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos (OEA) impuesta por Estados Unidos al continente aquel nefasto 11 de septiembre de 2001, para fortalecer la dominación de Estados Unidos en el contexto de los acontecimientos terroristas en Nueva York que sirvieron de pretexto para la declaración por el presidente George W. Bush de la guerra contra el terrorismo.
En el caso de Brasil, Estados Unidos intenta justificar el golpe “blando” de estado parlamentario, judicial y mediático contra el gobierno de Rousseff, juicio político cuya legitimidad ha sido rechazada por la mayoría de los expertos y observadores no sometida a las redes de la prensa corporativa internacional que controla Washington.
El Departamento de Estado ha sido sumamente reiterativo en sus críticas al gobierno progresista venezolano, al que reprocha aplicar políticas populares contrarias a los intereses hegemónicos de las corporaciones globales, y sin embargo guarda sigilo respecto a la toma del gobierno en Brasil por un régimen pro empresarial, de derecha, incondicional partidario de la privatización de las industrias del estado como una prioridad de gobierno.
El debate con Toner durante la conferencia de prensa comenzó cuando el periodista de Intercept (Zaid Jilani) preguntó a Toner por qué Estados Unidos se había unido a las críticas y amenazas al gobierno de Venezuela por supuestos retrocesos democráticos, en tanto ignora la crisis política de Brasil, donde legisladores de la derecha votaron el 12 de mayo por la separación del gobierno de la Presidenta Dilma Rousseff e iniciaron un proceso de impeachment contra la democráticamente electa Jefa de Estado.
Fue entonces cuando se incorporó a la discusión el veterano reportero de la Associated Press en el Departamento de Estado, Matt Lee, preguntando si la destitución de la ex Presidenta Dilma Rousseff había sido legalmente “válida”.
Toner, desviando el sentido de lo que se debatía, se limitó a reafirmar la confianza de Estados Unidos en las instituciones brasileñas. “Pero estamos muy preocupados por el desarrollo de los acontecimientos políticos en Venezuela…”, dijo..
“¿Y por qué no les preocupa una situación similar en Brasil?”, preguntó Lee. “Bueno, miren, yo he dicho lo mío y no tengo nada más que añadir”, selló Toner. Cuando Pam Dawkins, corresponsal de la Voz de las Américas, preguntó sobre el estado de la democracia en Venezuela “a la luz de la demora en la aprobación de la propuesta del referéndum revocatorio que ha presentado la oposición”, Toner resurgió con una extensa respuesta de corte moralista enfatizando en que Venezuela debía respetar las normas democráticas.
“Hacemos un llamado a las autoridades de Venezuela para que permitan este referéndum y así aseguren que los venezolanos puedan ejercer su derecho a participar en este proceso en consonancia con las instituciones democráticas, las prácticas y los principios conformes con la Carta Democrática Interamericana.”
Lee se sintió obligado a observar una nueva vez el contraste entre la extensa respuesta crítica acerca de la situación en Venezuela y las apenas dos frases sobre Brasil, “que es un país mucho más grande y con el que hemos tenido más amplias relaciones.”
Cuando otro reportero se incluyó en el debate, preguntando a Toner si para él era motivo de preocupación la composición del nuevo gabinete brasileño – integrado enteramente por hombres, muchos de ellos estrechamente vinculados a grandes negocios del país, en reemplazo del gabinete liderado por la primera mujer Jefa de Estado en la historia de Brasil.
“Miren, chicos, tendré que ver si tenemos algo más que decir acerca de la situación en Brasil”, concluyó Toner para liberarse de la embarazosa situación en que se hallaba colocado a causa de la ambivalencia de la política exterior imperialista “a dos velocidades”.
Junio 11 de 2016.
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Another novelty introduced by the campaign of Democratic Party presidential candidate Bernie Sanders in his bid to win voters for his candidacy is the complaint made about the sad role of candidates and the media interested in sharpening antagonisms between candidates based on purely personal or trivial matters instead of focusing on the real issues of the country.
In a speech he gave in Santa Barbara, California recently, Sanders called on the media to be objective when reporting on his campaign.
“I have a problem with the New York Times, because, from the first day, it has been trying to ignore my campaign and has been very negative toward it.”
“Our campaign is aimed at defeating Secretary Clinton regarding real problems. I want to break up the big banks, she does not. I want to raise the minimum wage to $15 an hour; she wants $12 an hour. I voted against the war in Iraq, she voted for the war in Iraq. I think we should ban fracking, she does not.”
“I think we should establish a tax on coal and aggressively address the problems of climate change, which is not her position. Those are some of the issues for which I am campaigning …”
“The New York Times interviewed a handful of people, made a report and published it on the front page. These are problems to the New York Times but not my campaign.”
Sanders has argued that for the Democrats to win against Trump in November, “they would have to meet the needs of workers, confront Wall Street, confront greedy US corporations, and then also face the communications media.”
Pressed by a reporter for an opinion on the FBI investigation of Hillary Clinton’s email practices when she was Secretary of State, Sanders said that Americans are tired of such issues in the political debate.
“I think the media and candidates need to talk about the reasons that cause the decline of the middle class, and about why we have such high levels of income and wealth inequality.”
Certainly, in California, Sanders addressed very tangible issues such as the rights of agricultural workers, of President Obama’s deportation policy which divides immigrant families, the drought that has lasted for years, and other local issues such as the poisoned groundwater that causes asthma and birth malformations.
As reported by CNN, Sanders was introduced to a crowd in Bakersfield by the son of the popular Chicano farmworkers labor leader Cesar Chavez, who said that, if his father were alive, he would be a follower of Sanders. Right away, other supposed or real relatives of Cesar Chavez appeared to deny this, but Sanders’ campaign did not pay attention to this kind of problem.
Sanders told his supporters in the Central Valley community that there was still much to be done to help agricultural migrant workers. He said he had “no doubt that, just as here in the valley, agricultural workers are exploited throughout the country”.
He asserted that when they are paid very low wages, when they are exposed to pesticides, and when the tap water they get is not drinkable, responsibility lies with the corporations which own the farms and the corporations that buy the products of these farms.
Jeff Weaver, Sanders’ campaign manager, told The [UK] Guardian, one day before the California primary, that he was convinced that the possibilities for the Vermont senator were remarkable, because he had demonstrated his capacity to mobilize the masses in these big events just by his presence, as he did with his surprising victory in the Michigan primary when the polls had placed him ten points behind.
What everyone overlooks is that, although Secretary Clinton obviously has accumulated a substantial advantage, there is an incredible source of support for the senator which has not yet come to light in the process. Senator Sanders’ type of intensive campaign has actually moved many voters, said Weaver.
Even if it does not achieve the ultimate goal of winning the Democratic nomination to the White House for Sanders, his successful and surprising campaign has cast doubt on many myths and taboos about the political thinking of ordinary Americans. In reality, they are products of circumstantial situations that have opened spaces to fascism in the United States and have left deplorable footprints in the history of that great nation.
June 7, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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Otra novedad introducida por la campaña del precandidato presidencial del partido demócrata Bernie Sanders en su puja por ganar votantes para su candidatura es la denuncia que ha hecho acerca del triste papel de los aspirantes y medios más interesados en agudizar los antagonismos entre candidatos en aspectos puramente personales o triviales en vez de centrarse en los problemas reales de la nación. En un discurso que formuló en Santa Barbara, California, Sanders llamó a los medios de prensa a ser objetivos al reportar sobre su campaña. “Tengo un problema con el New York Times, porque desde el primer día ha estado tratando de desentenderse de mi campaña y ha sido muy negativo respecto a ella”.
“Nuestra campaña está dirigida a derrotar a la secretaria Clinton respecto a los problemas reales. Yo quiero destrozar los grandes bancos, ella no. Quiero aumentar el salario mínimo a $15 la hora, ella quiere $12 la hora. He votado contra la guerra en Irak, ella votó por la guerra en Irak. Creo que deberíamos prohibir el fracking, ella no. Pienso que debemos fijar un impuesto sobre la hulla y tratar agresivamente los problemas del cambio climático, lo que no es la posición de ella. Ésos son algunos de los temas por los que estoy haciendo campaña…
El New York Times entrevista a un puñado de personas, hace un reportaje y lo publica en primera plana; esos son problemas para el New York Times pero no los de mi campaña.” Sanders ha sostenido que para que los demócratas puedan ganar contra Trump en noviembre, “tendrían que atender a las necesidades de los trabajadores, enfrentar a Wall Street, enfrentar la codicia de las corporaciones estadounidenses, y luego enfrentar incluso a los medios de comunicación.”
Presionado por un periodista para que opinara sobre la investigación del FBI acerca de las prácticas de correo electrónico de Hilary Clinton cuando era Secretaria de Estado, Sanders opinó que los estadounidenses están cansados de ese tipo de elementos en el debate político. “Creo que los medios de comunicación y los candidatos tienen que hablar sobre las razones que provocan que esté en decadencia la clase media y acerca de por qué tenemos tan grandes niveles de desigualdad del ingreso y la riqueza”.
Ciertamente, en California Sanders ha abordado cuestiones muy tangibles de los derechos de los trabajadores agrícolas, de la política de deportación del Presidente Obama que divide las familias inmigrantes, de la sequía que se sufre hace años y temas locales como los de aguas subterráneas envenenadas que provocan asma y defectos congénitos.
Según informó la CNN, Sanders fue presentado a una multitud en Bakersfield por el yerno del popular líder de los trabajadores agrícolas chicanos Cesar Chávez, quién manifestó que si éste siguiera vivo, sería un seguidor de Sanders. Enseguida aparecieron otros supuestos o verdaderos parientes de Cesar Chávez a negar que tal habría sido la actuación del citado fallecido dirigente de los trabajadores agrícolas, pero la campaña de Sanders no prestó oídos a este tipo de problema.
Sanders dijo a sus partidarios en la comunidad de Valle Central que todavía había mucho por hacer para ayudar a los trabajadores agrícolas migrantes. Manifestó que “no tenía duda alguna de que al igual que aquí en el valle, son explotados los trabajadores agrícolas en todo el país”.
Aseveró que cuando se les pagan salarios muy bajos, cuando son expuestos a pesticidas y el agua que sale de sus llaves no es potable, la responsabilidad recae en las corporaciones que son dueñas de las granjas y las corporaciones que les compran sus productos a esas granjas.
Jeff Weaver, Director de la campaña de Sanders, dijo al diario The Guardian un día antes de las primarias de California que estaba convencido de que las posibilidades que aún tenía el senador de Vermont eran notables, porque él había demostrado capacidad de movilizar a las masas en esos grandes eventos tan solo con su presencia, como lo hizo con su sorpresiva victoria en las primarias de Michigan cuando las encuestas lo situaban detrás por diez puntos. “Lo qué todo el mundo pasa por alto es que, aunque la Secretaria Clinton obviamente ha acumulado una sustancial ventaja, hay una increíble fuente de apoyo para el senador que aún no ha salido a relucir en el proceso. Un tipo de campaña intensiva como la del Senador Sanders realmente mueve muchos votantes, subrayó Weaver.
Aunque no alcanzara el objetivo supremo de llevar a Sanders a la candidatura demócrata para la Casa Blanca, su tan exitosa como sorprendente campaña ha logrado poner en duda muchos mitos y tabúes acerca del pensamiento político del estadounidense común que son en realidad productos de coyunturas circunstanciales que abrieron espacios al fascismo en Estados Unidos y han dejado lamentables huellas en la historia de esa gran nación.
Junio 7 de 2016.
1967: Houston
By Eduardo Galeano
They called him Cassius Clay. He chooses to call himself Muhammad Ali
They made him a Christian. He chooses to make himself a Muslim.
They made him defend himself. No one punches like Ali, so fierce and fast, light tank, bulldozing feather, indestructible possessor of the world crown.
They told him that a good boxer confines his fighting to the ring. He says the real ring is something else, where a triumphant black fights for defeated blacks, for those who eat leftovers in the kitchen.
They advised discretion. From then on he yells.
They tapped his phone. From then on he yells on the phone, too
They put a uniform on him to send him to Vietnam. He pulls it off and yells that he isn’t going, because he has nothing against the Vietnamese, who have don no harm to him or to any other black American
They took away his world title, they stopped him from boxing, they sentenced him to jail and a fine. he yells his thanks for these compliments to his human dignity.
Translation from MEMORY OF FIRE: CENTURY OF THE WIND, by Eduardo Galeano (1988)
EDUARDO GALEANO is a Uruguayan writer and journalist.
He is the author of THE OPEN VEINS OF LATIN AMERICA.
Lo llamaron Cassius Clay: se llama Muhammad Alí, por nombre elegido.
Lo hicieron cristiano: se hace musulmán, por elegida fe.
Lo obligaron a defenderse: pega como nadie, feroz y veloz, tanque liviano, demoledora pluma, indestructible dueño de la corona mundial.
Le dijeron que un buen boxeador deja la bronca en el ring: él dice que el verdadero ring es el otro, donde un negro triunfante pelea por los negros vencidos, por los que comen sobras en la cocina.
Le aconsejaron discreción: desde entonces grita. Le intervinieron el teléfono: desde entonces grita también por teléfono.
Le pusieron uniforme para enviarlo a la guerra de Vietnam: se saca el uniforme y grita que no va, porque no tiene nada contra los vietnamitas, que nada malo le han hecho a él ni a ningún otro negro norteamericano.
Le quitaron el título mundial, le prohibieron boxear, lo condenaron a cárcel y multa: gritando agradece estos elogios a su dignidad humana.
(En Memoria del Fuego III: El Siglo del Viento)
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
When they talk to Cubans today about the benefits of capitalism and plans are drawn to aid them in the transition to that socio-economic order, they are assuming Cuban citizens suffer from a historical amnesia against which they are vaccinated.
At the birth of the twentieth century, Cuba began a direct transition from its colonial condition to a neo-colonial situation in which all consciousness-forming factors –including education, the media and entertainment– pointed to the model of a capitalist nation with the US consumer society as a paradigm.
Deeply divided internally –on the basis of race, gender, income, political parties and other factors– everything took shape according to the dominating interests of the powerful neighbor.
Governments were elected following nominations by political parties representing different sectors of the bourgeoisie, almost all depending on their ties with the United States.
Cuba’s elections were tragi-comic spectacles, initiated with promises and advertisements escalating to blackmail, bribery, scams, fraud and embezzlement. These were occasionally interrupted by cycles of violence that could include US interventions, coups d’état and repression with torture and murders. There would be the corresponding responses of rebellion; until the start of a new cycle… similar to the one before.
The recent restoration of diplomatic relations between the United States and Cuba ended a fierce asymmetric war between two neighboring countries, with a clear victory by resistance of the Caribbean nation. Cuba had endured the violent hostility of the only global superpower for over half a century: the richest and technologically most developed country of the present. The US was determined to reverse the course of Cuba’s history of revolutionary struggles for national independence which had begun in 1868 and peaked in 1959.
Cuban historian and sociologist Fernando Martinez Heredia, in a recent work on the 55th anniversary of the proclamation of the socialist character of the Cuban Revolution, explained:
“At the onset of the second great revolutionary wave of the twentieth century –whose center was in the Third World but which included a cycle of large protests in many countries of the so-called developed world– Capitalism, to go on the offensive and reverse the situation, appealed to such manipulations as weakening the institutions and coordination initiatives that could serve the Third World. It waged “low intensity wars”; increasing conservative practices and political rhetoric, waving flags such as that of human rights, and launching campaigns such as the supposed struggle against drug trafficking and corruption … “.
The powerful US media machine has tried to hijack such words as “democracy” and “freedom“, which expressed the objectives of their struggles, from the peoples fighting for their second and true independence in Latin America. The US media put these words precisely into service to interests more in conflict with the semantic and true value of these terms.
“Cuba is entering a stage in which the great dilemma is to develop socialism or return to capitalism,” says Martinez Heredia. “What is being waged is not a cultural struggle between neo-liberalism and state economy. It is between a socialism, that will have to transform itself and become even more socialist or perish, and a capitalism that has opted to accumulate more and more social force by conquering society through make-believe and by getting Cubans get used to capitalist deeds, relationships and social consciousness.”
“Capitalism continues to exist, and not passively. It is always attacking –sharply or chronically. It will attack mainly by entering, returning, reliving, soaking, infecting the institutions, groups and individuals who want the new and socialist.”
In the battle between these two ways of living, that of capitalism has been receiving many reinforcements in recent times. Its main battlefield is in everyday life: social relationships, the growth and expansion of private businesses and their constellations of economic and social relations, ideas and feelings.
“The current US strategy toward Cuba will deploy a good number of soft and intelligent resources as modern “fool-catchers” in the 21st Century war. They will attempt to erase all of Cuba’s greatness and reduce the country to the nostalgia for “the good old days” before the rule of rabble and the Castros.”‘
“This is the enemy that Cubans now have to fight. An enemy that is trying to seduce Cuba to regain the control it had on the island. It will attempt to do this by means of a cultural war after the resounding failure of the genocidal blockade it still clings to,” says Fernando Martinez Heredia.
June 3, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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Cuando a los cubanos se les habla hoy de las bondades del capitalismo y se les trazan planes de ayuda para la transición a ese orden socio-económico, se está suponiendo en sus ciudadanos una amnesia histórica contra la cual están vacunados.
Con el nacimiento del siglo XX, Cuba inició el tránsito directo de una condición colonial a una situación neocolonial en la que todos los factores formadores de conciencia, incluyendo la enseñanza, la prensa y los entretenimientos, enfilaban hacia un modelo de nación capitalista, con la sociedad de consumo estadounidense como paradigma. Profundamente dividida en lo interno por razones de raza, género, ingreso económico, partidos políticos y demás factores, todo se conformaba con los intereses de dominación del poderoso vecino.
Los gobiernos eran electos según propuestas de candidaturas de los diferentes partidos políticos representantes de sectores de la burguesía dependientes casi todos de sus vínculos con Estados Unidos. Los comicios eran espectáculos tragicómicos iniciados con etapas de promesas, pasquines, chantajes, sobornos, estafas, fraudes y malversaciones, interrumpidos en ocasiones por ciclos de violencia que podían incluir intervenciones estadounidenses, golpes de estado y represión con asesinatos y torturas… y sus respuestas correspondientes de rebeldía, hasta llegar al inicio de un nuevo ciclo parecido al anterior.
El restablecimiento reciente de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba puso fin a una feroz guerra asimétrica entre dos países vecinos, con una clara victoria por resistencia de la nación caribeña, que soportó durante más de medio siglo la violenta hostilidad de la única superpotencia global -el país más rico y desarrollado
tecnológicamente de la época actual-, empeñado en invertir el curso de su historia de luchas revolucionarias por la independencia nacional iniciada en 1868 y culminada en 1959.
Como explicara el historiador y sociólogo cubano Fernando Martínez Heredia, en un reciente panel por el 55º aniversario de la
proclamación del carácter socialista de la revolución cubana: “Al inicio de la segunda gran ola revolucionaria del siglo XX – que tuvo su centro en el llamado Tercer Mundo pero incluyó un ciclo de grandes protestas en muchos países de los llamados desarrollados- el capitalismo apeló, para pasar a la ofensiva y revertir la situación, a manipulaciones tales como: debilitar las instituciones y
coordinaciones que pudieran servir al Tercer Mundo; librar guerras “de baja intensidad”; conservatizar en alto grado las prácticas y el lenguaje políticos; apoderarse de banderas tales como la de los derechos humanos y lanzar campañas como las supuestas luchas contra el narcotráfico y la corrupción…”.
La poderosa maquinaria mediática de Estados Unidos logró escamotear a los pueblos en lucha por su segunda y verdadera independencia en Latinoamérica vocablos tan expresivos de sus objetivos de combate como “democracia” y “libertad” para ponerlos en uso al servicio
precisamente de los intereses más encontrados con el valor semántico y efectivo de esos términos.
“Cuba está entrando en una etapa en la que el gran dilema es desarrollar el socialismo o volver al capitalismo”, advierte Martínez Heredia. “No es una pugna cultural entre el neoliberalismo y la economía estatal lo que se está librando: es entre un socialismo que tendrá que transformarse y ser cada vez más socialista o perecerá, y un capitalismo que ha apostado a acumular cada vez más fuerza social, ir conquistando a la sociedad con sus ilusiones y hacer que se vayan acostumbrando los cubanos a sus hechos, sus relaciones y su conciencia social”.
“El capitalismo sigue existiendo, y no de modo inerte, sino atacando siempre, de manera aguda o crónica, pero también y sobre todo ingresando, retornando, reviviendo, empapando, contagiando las instituciones y las actitudes individuales y de grupos de la sociedad que la quieren nueva y socialista”.
En la batalla entre esas dos maneras de vivir, la del capitalismo ha estado recibiendo muchos refuerzos en la época reciente… Su campo de batalla principal está en la vida cotidiana, las relaciones sociales, el aumento y la expansión de los negocios privados y sus
constelaciones de relaciones económicas y sociales, las ideas y los sentimientos que se consumen.
“La estrategia actual de Estados Unidos contra Cuba deparará un buen número de recursos suaves e inteligentes, cual modernos cazabobos de la guerra del siglo XXI. Pretenden borrar toda la grandeza cubana y reducir al país a la nostalgia de “los buenos tiempos”, antes de que imperaran la chusma y los castristas”.
Es este el enemigo que ahora toca a los cubanos rechazar, el que intenta seducir a Cuba para recuperar el dominio que tuvo sobre la isla por medio de una guerra cultural tras el rotundo fracaso del bloqueo genocida al que aún se aferra, advierte Fernando Martínez Heredia.
Junio 3 de 2016.
June 4, 2016
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Fidel Castro together with Muhammad Ali and Teofilo Stevenson ,Havana, Cuba, 1996 (file photo)
The legendary American boxer Muhammad Ali died at age 74 in a hospital in Phoenix, Arizona, USA, after 32 years of battling Parkinson’s disease. In part he was a myth, who has also been recognized as the most famous boxer of all time.
According to Ali spokesperson Bob Gunnell, his funeral will be held in his hometown of Louisville, Kentucky, but without specifying a date. “Ali’s family wants to thank all those who accompany them in their thoughts, prayers and support and also require respect for their privacy,” the statement said.
Ali suffered for more than thirty years Parkinson’s disease and had been hospitalized twice in late 2014 and early 2015. On the latter occasion, due to a severe urinary tract infection after he was initially diagnosed with pneumonia.
Although his birth name is Cassius Marcellus Clay Jr. acquired the name of Muhammad Ali when he converted to Islam.
Ali visited Cuba on at least two occasions, where he held meetings with the great Cuban boxer Teofilo Stevenson. Incidentally, when Stevenson died in 2012, he sent this message of condolences: “I was deeply saddened this morning the news of the death of one of the great boxing champion Teofilo Stevenson. Although he never fought professionally, winning three gold medals in three different Olympics, guarantees that he would have been a formidable challenge for any other reigning heavyweight champion or challenger at his best enemy. I will always remember the encounter with the great Teofilo in his native Cuba. He was one of the greats of this world, and at the same time was a warm and huggable man. My condolences to his family and friends. Rest in peace.”
Cuba will also always remember the picture that immortalized Ali next to the leader of the Revolution, Fidel Castro and Stevenson and gives its condolences on his death of him, the world’s most famous boxer.
(With information from El Mundo)
Fidel Castro together with Muhammad Ali and Teofilo Stevenson ,Havana, Cuba, 1996 (file photo)
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Muhammad Ali, junto a Fidel Castro y Teófilo Stevenson. Foto: Archivo.
El legendario boxeador estadounidense Muhammad Ali falleció a los 74 años de edad en un hospital de Phoenix (Arizona, EEUU), después de 32 años de luchar contra la enfermedad de Parkinson. Parte con él un mito, quien también ha sido reconocido como el boxeador más famoso de todos los tiempos.
De acuerdo con portavoz de Alí, Bob Gunnel, su funeral se llevará a cabo en su ciudad de Louisville, Kentucky, pero sin precisar fecha. “La familia de Alí quiere agradecer a todos los que le acompañan con sus pensamientos, oraciones y apoyo y exige también respeto a su privacidad”, asegura el comunicado.
Alí sufrió durante más de treinta años la enfermedad de Parkinson y había sido hospitalizado dos veces a finales de 2014 y principios de 2015. En esta última ocasión, debido a una infección urinaria severa después que inicialmente se le diagnosticó neumonía.
Si bien su nombre de nacimiento es Cassius Marcellus Clay Jr. adquirió el nombre de Muhammad Alí cuando se convirtió al Islam.
Ali visitó Cuba en al menos dos ocasiones, donde sostuvo encuentros con el gran boxeador cubano Teófilo Stevenson. A propósito de la muerte de Stevenson en 2012, envió este mensaje de condolencias: “Me entristeció profundamente esta mañana la noticia de la muerte de uno de los grandes campeones del boxeo, Teófilo Stevenson. Aunque nunca peleó profesionalmente, haber ganado tres medallas de oro en tres Juegos Olímpicos diferentes, garantiza que él habría sido un enemigo formidable para cualquier otro campeón de peso pesado reinante o cualquier retador en su mejor momento. Siempre recordaré el encuentro con el gran Teófilo en su Cuba natal. Él fue uno de los grandes de este mundo, y a la vez fue un hombre cálido y abrazable. Mis condolencias para su familia y amigos. Que descanse en paz.”
Cuba también siempre recordará la foto que inmortalizó a Ali junto al líder de la Revolución Fidel Castro y Stevenson y muestra sus condolencias por la muerte de él, el boxeador más famoso del mundo.
(Con información de El Mundo)
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
The US economy is characterized by the absolute rule of corporations and the relatively low importance of small and medium-sized enterprises in its economic system. Large companies systematically absorb those small and medium-sized ones that are most successful. Those who don’t resist the overwhelming competition from mega-corporations are driven into bankruptcy. Theses are development laws of monopoly capitalism.
It would seem that large corporations and small firms are the two poles of an inevitable contradiction of capitalist development.
That’s why it is so puzzling that, after the agreements between the Cuban and US governments to work together for the “normalization” of relations based on mutual respect of the sovereignty of each partiy, that the United States devotes so many efforts to presenting itself as a benevolent promoter of small private companies on the island.
This is easily seen in a number of actions, among them “spontaneous” offers of business management training that new small business owners in Cuba are receiving. Presumably, all the new small and medium-sized enterprises that have arisen comply with recent Cuban legislation. Its purpose is expand self-employment as a way to avoid over-employment in state-owned economic entities. These naturally comply with the requirements of Cuban laws for domestic investment. Cuban citizens are often surprised when they learn the identity of the owners of these companies.
According to Susan Crabtree of The Washington Examiner, in recent days, the White House convened a secret meeting organized by the Business Forward NGO group. It includes some of the most powerful US corporations, to discuss links with Cuba.
“As part of the ongoing engagement with the business community about the president’s efforts to normalize relations with Cuba, on Wednesday May 25, the White House will host a meeting of small- and medium-sized business leaders from around the country for a briefing on the administration’s Cuba policy,” the official told the Examiner.
It would seem strange that, departing from the classic neo-liberal principles of capitalism, the US central power intervened in issues so commonplace, typical of early capitalism.
Currently, most US citizens entering Cuba are not identified with a rejection of the policies of isolation and hostility towards the island, as had been the case previously. The latest are people who have been subjected to the process of global indoctrination promoted by the large corporations. Among other things, they strive to control the mass media, the means of communication, education, entertainment and others that serve to mold the thinking promoted by the elite of US imperial power.
They are, therefore, imbued with prejudices embedded in their consciousness for over half a century by the hostile regime-change policy and which conflates capitalism with democracy, which is almost its polar opposite.
Consciously or unconsciously, they pass along the goal of dividing Cuban civil society from the socialist state, with expectations –more or less obvious– that the United States might exert its control and influence on Cuba.
These efforts have been present in the “Programs for Transition to Democracy in Cuba” which were formulated since 2003 during the administrations of George W. Bush from 2004 to 2006, based on similar proposals from such US academic bodies as the Brookings Institution.
Spreading delusions and fantasies of the “American Dream”, these activities try to foster the desire to become rich at all costs among newly self-employed Cubans, disregarding the new economic model of their country and its socialist authorities. If successful, they would eventually be totally defenseless against the appetites of international capitalism.
Just as Cuba respects the capitalist structure that governs the United States with the pre-eminence of corporations and their methods to relate, the superpower should recognize the validity of the Cuban socialist system and the central role of the state which uses the market only as a tool to fulfill its eminently social role.
May 27, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
La economía de Estados Unidos se caracteriza por el imperio absoluto de las corporaciones y la escasa importancia relativa que tienen las pequeñas y medianas empresas en el conjunto de la economía.
La sistemática absorción de aquellas que son más exitosas en su gestión por las grandes compañías o la quiebra irreparable de las que no resisten la competencia avasalladora de las megas compañías, constituyen una norma del desarrollo en el capitalismo monopolista. Diríase que las grandes corporaciones y las pequeñas firmas son los dos extremos de una contradicción inevitable del desarrollo
capitalista.
Por eso resulta tan asombroso que, tras los acuerdos entre los gobiernos cubano y estadounidense de trabajar en común por la “normalización” de las relaciones basadas en el respeto recíproco de las soberanías de ambas partes, Estados Unidos dedique tantos esfuerzos a presentarse como benevolente promotor de la pequeña empresa privada en la Isla.
Esto se aprecia fácilmente en las “espontáneas” ofertas de capacitación para la gestión de sus negocios que reciben en Cuba los nuevos propietarios de pequeñas empresas, entre otros actos. Es de suponer que todas las nuevas pequeñas y medianas empresas que surgen en Cuba al calor de legislaciones que favorecen el trabajo por cuenta propia como alternativa para evitar las plantillas exageradas en las entidades económicas estatales, cumplen con requisitos que las leyes cubanas establecen para la inversión interna. Sin embargo, con frecuencia la ciudadanía cubana, se sorprende por la identidad de los dueños y se preocupa por el origen del capital implicado en tales pequeñas empresas.
Según Susan Crabtree, de The Washington Examiner, en días recientes la Casa Blanca convocó una reunión secreta organizada por el grupo ONG Business Forward que incluye algunas de las más poderosas corporaciones de Estados Unidos, destinada a tratar sobre los nexos con Cuba.
“Como parte de los actuales acuerdos con la comunidad de negocios acerca de los esfuerzos del Presidente por normalizar las relaciones con Cuba, el miércoles 25 de mayo, la Casa Blanca será anfitrión de una reunión de líderes de negocios pequeños y medianos de todo el país para ser informados acerca de la política de la Administración hacia Cuba”, informaba la convocatoria presidencial.
Parecería extraño que, faltando a los principios neoliberales clásicos del capitalismo, el poder central estadounidense intervenga en temas tan pedestres, propios de capitalismo primitivo.
En la actualidad la mayoría de los ciudadanos de EE.UU. que están ingresando en Cuba no son, como hasta hace poco, personas identificadas con el rechazo a las políticas de aislamiento y hostilidad hacia la Isla. Son personas sometidas al proceso de adoctrinamiento global promovido por las grandes corporaciones que, entre otras cosas, controlan los medios de comunicación, los de prensa, educación, entretenimiento y demás que sirven para conformar el pensamiento único promovido por la élite del poder imperialista estadounidense.
Están, por ello, impregnados de los prejuicios incrustados en sus conciencias durante más de medio siglo por la política hostil que convoca al cambio de régimen (regime change) y confunde el capitalismo con la democracia, que es casi su contrario absoluto.
Consciente o inconscientemente traslucen el objetivo de separar a la sociedad civil cubana del Estado socialista, con pretensiones más o menos evidentes de que Estados Unidos pueda controlarla e influirla. Estos esfuerzos han estado antes presentes en los “programas para la transición hacia la democracia en Cuba” formulados con insistencia desde 2003 y durante los gobiernos de George W. Bush de 2004 a 2006, fundamentados con propuestas similares de instituciones académicas norteamericanas como la Brookings Institution.
Sembrando falsas ilusiones y fantasías del sueño americano, estas acciones tratan de generar en los nuevos trabajadores por cuenta propia cubanos el empeño por enriquecerse a toda costa, sin formar parte del nuevo modelo económico de su país ni acatar a las autoridades socialistas, quedando así, en última instancia, en total indefensión frente a los apetitos del capitalismo internacional. Así como Cuba debe respetar la estructura capitalista que rige en Estados Unidos con la preeminencia de las corporaciones y sus métodos de relacionarse, la superpotencia debe reconocer la vigencia del sistema socialista cubano y el papel central del Estado, con el mercado como asistente para el cumplimiento de su papel eminentemente social.
Mayo 27 de 2016.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
“America is a weapons factory, the White House a war room, and the president the manager of the neoliberal conspiracy to re-colonize the planet. It exports war and mass poverty. On the economic front: usurious neo-liberalism; on the military front: illegal wars. These are the trenches of America’s battle for world domination in the 21st century. If not stopped, it will be a short century.”
The above was written by film critic and Edinboro University Pennsylvania professor Luciana Bohne in a documented essay on the aggressiveness deployed by the US to assert its global hegemony.
In the 19th century, the United States posed as the nation chosen by God though Manifest Destiny to expand its domination throughout the world for the good of humanity. It decided to exterminate the internal “red menace” writing and shredding treaties, stealing lands, massacring, and herding indigenous populations into concentration camps (known as “Indian reservations”), in the name of civilizing the “savages.”
In 1890, with the massacre of Lakota at Wounded Knee, the frontier land grab completed Washington’s internal imperialist aspirations. But there remained a world to conquer, and the US trained its exceptionally covetous eye on Cuba and the Philippines, then part of Spain’s decadent colonial system. US external imperialism was born, wrote Bohne.
“Then, in 1917, something happened: a successful socialist revolution in Russia, the second major attempt, after the French Revolution of 1789, to try to redistribute the wealth of the few to the advantage of the many. The rulers of the world –the US, Britain, France and sundry acolytes– put aside their differences and united to stem the awful threat of popular democracy rising and spreading. They invaded Russia, fomented a civil war, funded and armed the counter-revolutionary forces, failed, and tried again in 1939,” wrote Bohne.
“But Hitler’s war of extermination against the USSR ended in a spectacular victory for Moscow.
For a while, after 1945, the US had to behave as a civilized country, formally. It claimed that the USSR had a barbarian, all-conquering ideology, rooted in terror, disappearances, murder, and torture. By contrast, the US was the shining city on the hill, the beacon of hope for “the free world.” Its shrine was the United Nations; its holy writ was international law; its first principle was the inviolability of the sovereignty of nations.
All this was rubbish, of course. It was an apartheid society. It nuked Japan not once but twice, deliberately selecting civilian targets. It shielded from justice top Nazi war criminals from justice in order to absorb them as partners in its intelligence structures. It conducted virtual “show trials” against dissidents during the hysteria of the McCarthy congressional hearings, seeding the country with a harvest of fear.
It waged a genocidal war on Vietnam to prevent that country’s independence and unification. It assassinated African independence leaders and bestowed fascist dictators on Latin America. It softly occupied Western Europe, tied it to itself through military “cooperation” through NATO, and continued its ruthless effort to take out the Soviet Union and crush self-determination in the colonial world.
The Soviet Union dissolved in 1991, and the US went berserk with triumphalism. The conquest of the world, interrupted in 1917, could resume.
The benign mask dropped. “History had ended, ideologies had died, and the messianic mission of the US to become the steward of God’s property on earth could be fulfilled.”
An ambitious neo-conservative conspiracy drafted “The Plan for a New American Century” (PNAC). It envisaged the 21st century as a unilateralist drive to entrench American values globally through pre-emptive wars and regime change.
This frenzied delirium of US military domination turned into official foreign policy with the Bush Doctrine after the terrorist acts on 9/11 in New York. But it would be the Clinton administration’s Doctrine of Humanitarian Warfare –combining the liberal principles of “democracy and freedom” with policies of human rights– that induced the liberal left to embrace war and imperialism as the method of defending human rights.
“Since 1945”, wrote Bohne,” America’s Manifest Destiny, posing as the Free World’s Crusader, has claimed 20 to 30 million lives worldwide and bombed one-third of the earth’s people.”
May 30, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
“Estados Unidos es una fábrica de armas que exporta guerra y pobreza a las masas, la Casa Blanca es un cuartel y el presidente de la nación es el jefe de la conspiración neoliberal para recolonizar el planeta. En el frente económico, Washington es el prestamista del
neoliberalismo; en el frente militar, promotor de guerras ilegales. Estas son las trincheras de su batalla por la dominación del mundo en el siglo XXI. Si no se le detiene, será un siglo corto.”
Esto dice y pronostica Luciana Bohne, crítica de cine y profesora de la Universidad de Edinboro, en Pensilvania, en un documentado ensayo acerca de la agresividad que despliega Estados Unidos en función de afirmar su hegemonía global.
En el siglo XIX, Estados Unidos, presentándose como la nación escogida de Dios por destino manifiesto para expandirse por el mundo y dominarlo para bien de la humanidad, decidió exterminar la “amenaza roja” interna. Forzó inicuos tratados y destrozó otros que no eran de su conveniencia, robó tierras, masacró poblaciones nativas, convirtió fincas de pastoreo en campos de concentración (reservas indias), todo en nombre del propósito de civilizar salvajes.
En 1890, con la matanza de Wounded Knee, su vocación imperialista completó la fijación de la frontera nacional que en lo interno llenaba sus aspiraciones. Pero quedaba un mundo por conquistar y el naciente imperialismo global estrenó su codicia con la conquista de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que eran parte del decadente sistema colonial de España. Nació el imperialismo externo norteamericano, escribe Bohne.
En 1917, dice la autora, “ocurrió una revolución social en Rusia, la segunda tras la francesa de 1789 que se proponía redistribuir la riqueza de los pocos para beneficio de los muchos. Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y otros acólitos, dejaron a un lado sus diferencias y se unieron para detener la terrible amenaza que planteaba la democracia popular y su difusión. Invadieron Rusia, fomentaron una guerra civil, financiaron y armaron a las fuerzas de la contrarrevolución. Cuando fracasaron, lo intentaron de nuevo en 1939. Pero la guerra de Hitler por el exterminio en la URSS terminó con espectacular victoria de Moscú”.
Por un tiempo, después de 1945, Estados Unidos tuvo que comportarse formalmente como un país civilizado. No obstante, desarrolló una campaña contra la URSS alegando que tenía una ideología de exterminio, terror, asesinatos y torturas. Estados Unidos, por el contrario, era un faro de esperanza para el “mundo libre”. Su Santuario estaba en las Naciones Unidas; su Sagrada Escritura en el derecho internacional, y era su principio básico la inviolabilidad de la soberanía de las naciones.
Todo esto, aclara Bohne, era pura falacia. Estados Unidos era una sociedad de apartheid que había sido capaz de llevar a cabo bombardeos nucleares -dos veces-, sobre objetivos civiles de Japón cruelmente seleccionados. Evitó que se hiciera justicia a los criminales nazis al finalizar la guerra para absorberlos como socios en las estructuras de su inteligencia militar. Llevó a cabo juicios mediatizados contra disidentes durante la histérica era macartista, sembrando al país para una cosecha de miedo. Libró una guerra genocida contra Vietnam para evitar su independencia y unificación. Asesinó a líderes
independentistas africanos y promovió dictadores fascistas en América Latina. Ató a Europa occidental mediante acuerdos de “cooperación” militar en la OTAN y libró un esfuerzo implacable por debilitar a la Unión Soviética y aplastar la autodeterminación en el mundo colonial. La Unión Soviética se disolvió en 1991 y Estados Unidos lo celebró con triunfalismo. La conquista del mundo, interrumpida en 1917, podría reanudarse.
Cayó la máscara benigna. “La historia había terminado, las ideologías habían muerto y podría cumplirse la misión mesiánica de Estados Unidos, convertido en el administrador de la propiedad de Dios en la tierra”.
Una ambiciosa conspiración neoconservadora bosquejó el “Proyecto para un nuevo siglo americano (PNAC)”, que pronosticó que el siglo XXI sería el del afianzamiento mundial de los valores estadounidenses mediante guerras preventivas y cambios de los regímenes que no fueran afectos a ellos.
Este frenético delirio de dominación militar de Estados Unidos se convirtió en política oficial con la doctrina de Bush después de los actos terroristas del 11 de septiembre en Nueva York, aunque antes tomó cuerpo en la doctrina de la guerra humanitaria aplicada por Clinton que mezcló los principios liberales de “democracia y libertad” con las políticas sobre derechos humanos para inducir a la izquierda liberal a abrazar la guerra y al imperialismo como medios de defensa de los derechos humanos.
Desde 1945, dice la autora del artículo, el destino manifiesto proclamado por Estados Unidos como cruzada del mundo libre, ha cobrado las vidas de entre 20 a 30 millones de personas y ha bombardeado a un tercio de los habitantes del planeta.
Mayo 30 de 2016.
Author: Redacción Nacional | internet@granma.cu
23 de mayo de 2016 22:05:40
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
7th. Our Party Congress discussed two important projects: Conceptualization of the Economic and Social Model Cuban Socialist Development and the National Plan for Economic and Social Development 2030: Proposed Vision for the Nation, Axes and Strategic Sectors.
As explained in the Central Report of the important partisan appointment, both documents will be democratically discussed by the Party militants and the Young Communist League, and representatives of the mass organizations and large sectors of society in order to enrich and perfect them.
For the information and knowledge of our population, the full text of the aforementioned projects in a tabloid newspaper of 32 pages and the price of one peso will go on sale at all newsstands press and post offices in the country as of Tuesday.
——
Download the 32-page tabloid here:
http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2016/05/Copia-para-el-Sitio-Web.pdf
Autor: Redacción Nacional | internet@granma.cu
23 de mayo de 2016 22:05:40
El 7mo. Congreso de nuestro Partido analizó dos importantes proyectos: Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos.
Tal como se explicó en el Informe Central de la importante cita partidista, ambos documentos serán debatidos democráticamente por la militancia del Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas, así como representantes de las organizaciones de masas y amplios sectores de la sociedad con el fin de enriquecerlos y perfeccionarlos.
Para información y conocimiento de nuestra población, a partir de este martes se pondrá a la venta en todos los estanquillos de prensa y oficinas de correos del país el texto íntegro de los referidos proyectos en un tabloide de 32 páginas y al precio de un peso.
Descargar el documento aqui:
http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2016/05/Copia-para-el-Sitio-Web.pdf
From the time of the cave dwellers, rich people emerge who over time give way to new ones…04/08/2016
By Arturo Chang
8/04/2016
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
After declaring Cuba as a territory free of illiteracy, the new rich were those who had learned to read and write. (Alfredo Martirena Hernández / Cubahora)
After Cuba was declared a territory free of illiteracy, the new rich were those who had learned to read and write. (Alfredo Martirena Hernández / Cubahora)
As promised last Friday in “Lo particular, privado y la lluvia” [The Individual or Privately Owned and The Rain], I present the topic of the new rich in Cuba. To start, let’s say that the cyclical emergence of people with lots of money is not a phenomenon that is only occurring now for the first time. It has been happening repeatedly over time.
Shortly before the defeated Bay of Pigs invasion (1961), a counter-revolutionary man who fell into the category of “gusano” [worm, because they spiritually crawled at the feet of the Yankees, wl] asked me what INRA meant (Instituto Nacional de Reforma Agraria/National Institute for Agrarian Reform) because he said the Spanish acronym meant what in English would read as Impossible to be Born Rich Now. And, to prove his point, he used the example of the nationalized properties and lands that had been given to those who worked them.
Despite his sarcastic tone, that minor character was not without reason, since, as soon as the Revolution triumphed in 1959, measures were adopted aimed at preventing that, by the mere fact of being the owners of basic means of production, these people could exploit others.
Those were times when, after Cuba was declared a territory free of illiteracy, the new rich were those who had learned to read and write and then continued their studies within or outside the scholarship system. Education was considered an essential requirement for getting ahead in life.
Blockaded by the US government in all spheres of life, Cuban citizens lived for many years under aseptic conditions. Social ownership of the fundamental means of production guaranteed that no one could amass an outstanding fortune. This was even more so after March 1968, when small businesses became state property.
Under such circumstances, even small privileges, such as a job with fringe benefits, was viewed with displeasure by society. When individuals flaunted those benefits, especially if they were excessive or the result of unwholesome aspirations, they were popularly rejected. The latter practically defined the category of new rich as unscrupulous careerists and opportunists who took advantage of positions they had reached within the ranks of the revolution.
In those days, there were persons who had so-called “historical” high salaries and who –without having committed any sin– decided to lower their own salaries several times, because they believed in living at the same level of others and in sacrificing for the good of all.
That beast we all have inside us, which can be awakened by a lack of moral values, and can unleash all its fury against others, reached a high point at the end of the 1980s. Then, due to actions outside the law, a group of people amassed huge sums of money and goods. Starting with the most notorious New Rich, they were all neutralized before the approving eyes of the majority.
Evils that had already been eradicated or reduced to their minimal expression, reappeared in completely new contexts in the 1990s of last century. This was in step with measures to deal with the brutal consequences of the collapse of the socialist bloc in Eastern Europe and the disintegration of the Soviet Union, coupled with the intensification of the blockade.
Someone who had gotten rich during the implementation of decisions a quarter of a century ago, confided to me his most intimate thoughts as a person devoted entirely to the Revolution: I am sure that my children will always defend this –he said– but living with so much money and having everything, those who I start worrying about are my great-grandchildren. They will inherit from us without knowing where everything came from.
With the measures introduced in recent years, there is a sector whose incomes far exceed those of others. They seem to increase without limits. Others receive high salaries for their contribution at work. Are they all new rich? Are they the same as those who receive remittances, benefit from corruption and illegalities?
Although they are far from being a majority, their reach is wide enough to disrupt or set the tone in many aspects of life. This situation becomes more complex when an imperial country pretends to promote these persons as a social basis with which to change course toward the private ownership of the fundamental means of production.
Under such circumstances, with many more questions than answers, I conclude for now this Friday to read again a work by Friedrich Engels: The Origins of Family, Private Property and the State which I will discuss next Friday taking into account the views that you send after reading this post.
Por Arturo Chang
8/04/2016
After declaring Cuba as a territory free of illiteracy, the new rich were those who had learned to read and write.(Alfredo Martirena Hernández / Cubahora)
Cumpliendo lo prometido el viernes anterior en “Lo particular, privado y la lluvia” presento el tema de los nuevos ricos en Cuba, pero para comenzar, digamos que el surgimiento cíclico de personas muy adineradas no es un fenómeno que ocurre ahora por única vez, pues ha estado ocurriendo constantemente.
Poco antes de la derrotada invasión de Playa Girón (1961), un contrarrevolucionario que clasificaba en la escala de “gusano” (porque se arrastraba espiritualmente a los pies de los yanquis) me preguntaba qué quería decir INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria), pero su óptica descifraba la sigla como Imposible Nacer Ricos Ahora, y como argumento exponía las propiedades nacionalizadas y las tierras entregadas a los que la trabajaban.
A pesar de su tono burlón, aquel personajillo no dejaba de tener razón, pues apenas triunfó la Revolución en 1959, las medidas estuvieron encaminadas a evitar que por el hecho de ser propietarios de medios fundamentales de producción, pudieran explotar a los demás.
Fueron momentos en que tras declararse Cuba como territorio libre de analfabetismo, se consideraban nuevos ricos a los que aprendieran a leer y escribir, y continuaran sus estudios dentro o fuera del sistema de becas, lo cual estaba considerado un requisito esencial para ascender en la vida.
Bloqueados por el gobierno de EEUU en todas las esferas de la vida, la ciudadanía cubana vivió muchos años en condiciones asépticas en las cuales la propiedad social sobre los grandes medios fundamentales de producción garantizaba que nadie pudiera amasar una fortuna que sobresaliera. Más aún cuando en marzo de 1968 los pequeños negocios pasaron a propiedad estatal.
En tales circunstancias, hasta pequeños privilegios otorgados como facilidades para ejercer un cargo, fueron vistos con desagrado por la sociedad, y rechazados cuando alguien ostentara esas facilidades, sobre todo, cuando eran excesivos o fruto de malsanas aspiraciones. Estas últimas fueron prácticamente las que otorgaron categoría de nuevos ricos a inescrupulosos, arribistas y oportunistas que se aprovechaban de posiciones alcanzadas dentro de las filas de la Revolución.
Hasta aquellos momentos, hubo casos en los cuales quienes tenían los llamados sueldos históricos o altos sin cometer ningún pecado, se los rebajaron varias veces porque tenían entre sus convicciones vivir al nivel del prójimo y sacrificarse por el bienestar de todos.
Esa bestia que todos tenemos dentro y que sin valores morales puede despertar y desatarse con toda su furia contra los demás, hizo que como punto culminante, a finales de los años 80, gracias a cometer actos fuera de la ley, un grupo de personas se hicieran de enormes sumas de dinero y bienes. Empezando por los Nuevos Ricos más connotados, fueron neutralizados ante la mirada aprobatoria de las mayorías.
Males que ya habían sido erradicados o llevados a su mínima expresión, resurgieron en contextos inéditos en la década de los 90 del siglo pasado al ritmo de las medidas aplicadas para enfrentar las brutales consecuencias del derrumbe del campo socialista de Europa del Este y la desintegración de la Unión Soviética, unidos a la intensificación del bloqueo.
Alguien enriquecido al calor de la implementación de decisiones de hace un cuarto de siglo, me confiaba sus pensamientos más íntimos de persona dedicada por entero a la Revolución: Yo estoy seguro de que mis hijos siempre van a defender esto, pero viviendo con tanto dinero y teniendo de todo, los que sí empiezan a preocuparme son mis bisnietos que van a heredarnos sin saber de dónde salieron las cosas.
Con lo introducido en los últimos años, hay un sector cuyos ingresos superan con creces a los de los demás de manera tan creciente que parecen no tener límites; otros, reciben salarios altos por su aporte en el trabajo, y todos ¿son? nuevos ricos junto a quienes reciben remesas, se nutren de la corrupción y las ilegalidades, y aunque están lejos de ser mayoría, su alcance es suficiente como para desorganizar o marcar el rumbo en muchos fenómenos de la vida, que se vuelve más compleja cuando un país imperial pretende fomentarlos como base social para torcer el rumbo hacia la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción.
En tales circunstancias, con muchas más preguntas que respuestas, concluyo por ahora este viernes, para releer una obra de Federico Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, que comentaré en próximo viernes teniendo en cuenta las opiniones que ustedes viertan después de leer esta post.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
On May 23, 41 years after the defeat of the US in its war against Vietnam, President Barack Obama began an official visit to the Southeast Asian nation that gave the American superpower that humiliating defeat.
Upon arrival, Obama thanked the Vietnamese Government for its assistance provided to the United States to locate the remains of their soldiers that had disappeared during the war. He promised to help in the work for the removal of the unexploded landmines and munitions left during the conflict.
Before the dishonorable capitulation of Washington in its asymmetric Vietnam war, the French colonialists had experienced the Vietnamese determination for independence.
At the end of World War II, France was able to restore its colonial rule in what was then known as Indochina. In 1946, the “Viet Minh”, an independence movement led by Communist leader Ho Chi Minh, fought against the French troops for control of North Vietnam using guerrilla tactics that were disconcerting for the French colonialists.
By the end of 1953, when both parties were preparing to start peace talks, the French military commanders chose Dien Bien Phu, a village in northwestern Vietnam near the borders with Laos and China, as the ground to engage in the defining battle of the war against the Viet Minh.
Hoping to force the guerrillas of Ho Chi Minh into conventional battle, the French began installing a garrison in Dien Bien Phu. Most French troops and the supplies
arrived by air, landing on the fort’s runway or dropped by parachute.
The French assumed that any assault against their very fortified positions would fail, crushed by their artillery.
By March 1954, the size of the French garrison at Dien Bien Phu had grown to about 16,000 soldiers. 70 percent of that force was composed of members of the Foreign Legion –soldiers of the French colonies in North Africa– and Vietnamese loyal to
the colonialists.
The artillery positions surrounding Dien Bien Phu were controlled by the French a few days before the initial attack. But the main part of the garrison was under intense
and effective artillery fire from the surrounding hills.
In an impressive logistical feat, the Viet Minh had dragged uphill numerous pieces of artillery going through thick forests that the French had considered impassable.
The commander of the French artillery, unable to return fire from the well-defended and well-camouflaged batteries of the Viet Minh, went to his shelter and, in desperation, committed suicide.
The intense shelling of the Viet Minh also rendered the Dien Bien Phu runway useless. French attempts to resupply and reinforce the garrison via parachute were frustrated as a result of the patriot’s anti-aircraft attacks.
It was during these resupply attempts that two civilian pilots became the first Americans killed in combat in Vietnam.
Meanwhile, the Viet Minh was steadily reducing the area controlled by the French, applying what its commander, General Vo Nguyen Giap, described as “a combined tactic of gradual wear and large-scale attacks”.
Dien Bien Phu fell to the Viet Minh on May 7. At least 2,200 troops of the French forces died during the siege, and thousands more were taken prisoner. Among the 50,000 Vietnamese patriots who besieged the garrison there were some 23,000 casualties, of which about 8,000 were fatal.
The fall of Dien Bien Phu shocked France and marked the end of French Indochina.
After the French withdrawal, Vietnam was officially divided into a communist North and a non-communist South, the theatre for the US intervention that would follow.
In 1963, while Washington was increasingly committing its forces in Vietnam, then-Soviet Premier Nikita Khrushchev offered a wasted piece of advice to a US official. “If you want to do so, go and fight in the jungles of Vietnam. The French fought there for seven years and eventually had to leave. Perhaps Americans can endure a little longer, but eventually will also have to go.”
The end of the US superpower’s aggression against Vietnam is remembered with filmed and photographic images of hundreds of Yankee officials fleeing the then-poor and backward Vietnamese nation, ridiculously hanging from their helicopters.
May 24, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
OBAMA EN VIETNAM A 41 AÑOS DE LA DEBACLE
A 41 años de la derrota de Estados Unidos en su guerra contra Vietnam, el Presidente Barack Obama inició el 23 de mayo una visita oficial a la nación del sudeste asiático que le propinó a la superpotencia americana aquel humillante descalabro.
A su arribo, Obama agradeció al Gobierno vietnamita la asistencia brindada a Estados Unidos para localizar los restos de sus soldados desaparecidos durante la guerra. Prometió ayudar en los trabajos por el retiro de minas terrestres y municiones no estalladas en el conflicto.
Antes de la deshonrosa capitulación de Washington en su asimétrica guerra contra Vietnam, los colonialistas franceses conocieron de la decisión independentista de los vietnamitas.
Al término de la segunda guerra mundial, Francia pudo restablecer su dominio colonial en lo que entonces se conocía como Indochina. En 1946, el “Viet Minh”, un movimiento independentista encabezado por el líder comunista Ho Chi Minh, combatía contra las tropas francesas por el control del norte de Vietnam usando tácticas guerrilleras desconcertantes para los colonialistas franceses.
Hacia fines de 1953, cuando ambas partes se aprestaban a iniciar conversaciones de paz, los comandantes militares franceses escogieron Dien Bien Fu, una aldea del noroeste de Vietnam cerca de las fronteras de Laos y China, como escenario para entablar la batalla definitoria de la guerra contra el Viet Minh.
Con la esperanza de obligar a los guerrilleros de Ho Chi Minh a una batalla convencional, los franceses comenzaron a instalar una guarnición en Dien Bien Fu. La mayoría de las tropas francesas y los pertrechos les llegaron por aire, aterrizando en la pista del fuerte o arrojados en paracaídas.
Los franceses suponían que cualquier asalto contra sus muy fortificadas posiciones fracasaría, desbaratado por su artillería. Para marzo de 1954, el tamaño de la guarnición francesa en Dien Bien Phu había crecido hasta unos 16.000 soldados. Un 70 por ciento de esa fuerza estaba compuesto por miembros de la Legión Extranjera -soldados de las colonias francesas en el norte de Africa- y vietnamitas leales a los colonialistas.
Las posiciones de artillería que rodeaban Dien Bien Fu fueron controladas por los franceses pocos días antes del ataque inicial. Pero la parte principal de la guarnición se vio sometida a un intenso y efectivo fuego de artillería desde las colinas que la rodeaban. En una impresionante hazaña logística, el Viet Minh había arrastrado numerosas piezas de artillería colina arriba por entre espesos bosques que los franceses habían considerado infranqueables.
El comandante de la artillería francesa, desesperado al no poder responder el fuego de las bien defendidas y bien camufladas baterías del Viet Minh, fue a su refugio y se suicidó.
El intenso cañoneo del Viet Minh también anuló la pista de aterrizaje de Dien Bien Fu. Los intentos de los franceses de reabastecer y reforzar la guarnición mediante paracaídas se vieron frustrados por efecto de las ráfagas de las baterías antiaéreas de los patriotas. Fue durante ese intento de reabastecimiento dos pilotos civiles se convirtieron en los primeros estadounidenses muertos en combate en Vietnam.
Entretanto, el Viet Minh iba reduciendo sostenidamente el área controlada por los franceses, aplicando lo que su comandante, el general Vo Nguyen Giap, describió como “una táctica combinada de desgaste paulatino y ataques en gran escala”.
Dien Bien Fu cayó en manos del Viet Minh el 7 de mayo. Por lo menos 2.200 efectivos de las fuerzas francesas murieron durante el asedio, y otros miles fueron hechos prisioneros. Entre los 50.000 patriotas vietnamitas que sitiaron la guarnición hubo unos 23.000 bajas, unos 8.000 fueron bajas mortales.
La caída de Dien Bien Phu estremeció a Francia y selló el fin de la Indochina francesa.
Tras la retirada francesa, Vietnam quedó oficialmente dividido entre un Norte comunista y un Sur no comunista, escenario para la intervención norteamericana que seguiría.
En 1963, mientras Washington se comprometía cada vez más en Vietnam, el entonces primer ministro soviético Nikita Jruschov le ofreció un desperdiciado consejo a un funcionario norteamericano. “Si quieren, vayan y peleen en las selvas de Vietnam. Los franceses lucharon allí siete años y al final tuvieron que irse. Tal vez los norteamericanos puedan aguantar un poco más, pero al final tendrán que irse también”. El final de la agresión de la superpotencia estadounidense a Vietnam se recuerda con las imágenes filmadas y fotográficas de cientos de oficiales yanquis huyendo de la entonces pobre y retrasada nación vietnamita, ridículamente guindados de helicópteros agresores.
Mayo 24 de 2016.
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