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General James Mattis Being Trained Against Trump
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
A new and unexpected element has added tension to the already unusual primary stage of the US electoral process. When it seemed certain that Donald Trump would be the presidential candidate representing the Republican Party, a “bomb” against him has been publicly detonated from an unexpected field.
Trump was invited last week by the The National Interest to give his first speech on foreign policy. This magazine is published by the Nixon Center, a group of survivors from former State Secretary Henry Kissinger’s old team.
To everyone’s surprise Trump did not have anything to say about his position on various subjects, aimed at satisfying one lobby or another, but instead delivered an analysis of US foreign policy and described his project of total overhaul.
According to Trump, it was “a fundamental error to have attempted to export by force the Western democratic model to people who had no interest in it.
After having denounced the “gigantic human and economic waste of the countries concerned as well as for the United States itself”, Trump continued with an indirect attack on the military-industrial complex, blaming it for the general excess of weapons circulating in the world.
According to French journalist and political activist Thierry Meyssan, for the first time since the assassination of John Kennedy, a presidential candidate was denouncing the omnipotence of the arms manufacturers. All those who have fought the military-industrial complex have been gagged or eliminated –John Kennedy was assassinated when he opposed the war against Cuba; Richard Nixon was eliminated by the Watergate affair when he made peace with Vietnam and led the détente with China; Bill Clinton saw his administration paralyzed by the Lewinsky affair when he attempted to oppose rearmament and the war in Kosovo.
In the words of Meyssan, “Trump was not a politician until now, but a real estate promoter, a businessman and a television presenter. This absence of a political past allows him to envisage the future from an entirely new angle, without being bound by any previous engagement.”
To block Donald Trump, the Republican Party organised an alliance between Ted Cruz and the last candidate in the race, John Kasich. Both of them agreed to give up the presidency and to work together to prevent Trump from obtaining the absolute majority of the convention delegates, promoting the candidacy of retired General James Mattis, former commander of the Marines Central Command (Cent Com).
Although General Mattis has not expressed his willingness to run for office, an anonymous group of billionaire donors have concocted a plan to achieve this and so to deal with Donald Trump. There is talk of about a dozen influential donors who are
billionaires with deep pockets and involved in politics with conservative tendencies, who are willing to put their resources behind Mattis.”Trump is a fascist madman and Hillary has one foot in a jail cell. This means that Mattis can win. I would be the first to root for the general to save America,” said John Noonan, a former Jeb Bush adviser now involved in the campaign project for Mattis.
Confidential opinion polls have already been organised, funds are been collected and a campaign team has been built around General James Mattis, a man who denies having plans for a political career. However, many believe he will not reject the role of a new Eisenhower who did not take part in the primaries because he was still commander of US forces in Europe. Eisenhower slipped into the competition almost at the end and was nominated by the Republican Party convention as their representative in the final bid for the presidency which he ultimately won in 1952.
General Mattis is reputed to be an intellectual. Today a researcher at the Hoover Institution (Stanford University), he has recently given lectures at the Center for Strategic and International Studies (CSIS). This think-tank, traditionally close to the oil industry, is mainly financed by Saudi Arabia.
In his lecture at CSIS after predicting a dreadful future for the Middle East, he denounced the dangers of the Iranian revolution and called for war against Iran.
The contradiction that is currently taking shape in the struggle within the Republican party over its presidential candidate reflects the one that at the national level has emerged between the neo-conservative vision of Nixon and Kissinger, and the dreams of George W. Bush and Dick Cheney. The latter two are supporters of imposing a universal regime and global democratization which they have worked toward since the coup of September 11, 2001 until the rise of Obama.
May 17, 2016.
Spanish Headline Here
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Un nuevo e inesperado elemento ha agregado tensión al ya inusitado proceso electoral estadounidense en su etapa de primarias. Cuando ya parecía claramente definido que Donald Trump sería el aspirante presidencial en representación de partido republicano, se ha hecho estallar públicamente una “bomba” en su contra desde un campo inesperado.
The National Interest, una revista creada por el Nixon Center, donde colaboran sobrevivientes del equipo del ex secretario de Estado Henry Kissinger, invitó a Donald Trump a pronunciar su primer discurso sobre política exterior.
Para sorpresa de todos, Trump no recitó sus posiciones sobre una u otra cosa para contentar a tal o cuál grupo de presión sino que formuló un análisis sobre la política exterior de Estados Unidos y describió su proyecto de reformulación de ésta.
Según manifestó Trump, “haber tratado de exportar por fuerza el modelo democrático occidental e imponerlo a pueblos que no están ni remotamente interesados en ese modelo, ha sido un error fundamental”. Luego de denunciar lo que llamó “gigantescos daños humanos y económicos causados tanto a los países agredidos como al propio”, Trump pasó a un ataque indirecto contra el complejo militar-industrial y denunció la excesiva cantidad de armamento que circula actualmente en el mundo.
Según el periodista y activista político francés Thierry Meyssan, fue esta la primera vez desde el asesinato de John F. Kennedy que un candidato a la presidencia se pronunciaba contra el poderío de los fabricantes de armas. Todos los que lo han hecho han sido
neutralizados o eliminados: John Kennedy fue asesinado cuando se opuso a la guerra contra Cuba; Richard Nixon fue eliminado –a través del escándalo del Watergate- por haber concluido la paz con Vietnam e implementado el proceso de distensión con China; Bill Clinton vio su administración paralizada a través del escándalo con Monica Lewinsky cuando trató de oponerse al rearme y a la guerra en Kosovo.
Al decir de Meyssan, “Trump no era, hasta ahora, un político sino un promotor inmobiliario, comerciante y presentador televisivo. Esta carencia de pasado político le permite ver el futuro de manera totalmente nueva y sin verse limitado por compromisos anteriores”. Para contrarrestar el fenómeno Trump en sus propias filas, el Partido Republicano ha organizado una alianza entre los otros dos aspirantes que aún quedaban: Ted Cruz y John Kasich. Ambos han aceptado renunciar a la presidencia y unir esfuerzos para impedir que Trump obtenga la mayoría absoluta de los delegados en la Convención, promoviendo la candidatura del general en retiro James Mattis, ex comandante del Comando Central de Marines.
Aunque el general Mattis no ha manifestado su disposición de presentarse, un grupo anónimo de donantes multimillonarios han urdido un plan para conseguirlo y así hacer frente a Donald Trump.
Se habla de cerca de una docena de donantes influyentes, que son multimillonarios con bolsas profundas e implicados en política con tendencias conservadoras, que están dispuestos a poner sus recursos en favor de Mattis.
“Trump es un loco fascista y Hillary tiene un pie en una celda de la cárcel. Esto significa que Mattis puede ganar. Yo sería el primero en abogar por el general para salvar América,” declaró John Noonan, un ex asesor de Jeb Bush ahora involucrado en el proyecto de campaña a favor de Mattis.
Ya se hacen sondeos confidenciales, se recoge dinero y se ha creado un equipo de campaña en torno al general James Mattis quien, si bien niega que esté pensando hacer carrera política, muchos creen que no rechazará el papel de émulo de Dwight Eisenhower, quien sin participar en las primarias porque fungía como comandante de las fuerzas en Europa, se deslizo en la competencia en su etapa final y la Convención del Partido Republicano lo designó participante en la lucha final por la presidencia que obtuvo en 1952.
Mattis tiene reputación de intelectual. Es investigador en la Hoover Institution (de la Universidad de Stanford) y, recientemente, ha sido conferencista en el CSIS, tanque pensante cercano a la industria del petróleo, financiado principalmente por Arabia Saudita.
Durante su conferencia en el CSIS, tras anunciar un pavoroso porvenir para el Medio Oriente, denunció el peligro que en su opinión representa la revolución iraní y llamó a hacerle la guerra.
La contradicción que actualmente se perfila en la lucha interna del partido republicano por la candidatura presidencial, refleja la que a nivel nacional, se ha manifestado entre la visión neoconservadora de Nixon y Kissinger, y el sueño de George W. Bush y Dick Cheney, partidarios de imponer un régimen universal y una democratización global, en lo que trabajaron desde aquel golpe del 11 de septiembre de 2001 hasta el ascenso de Obama.
Mayo 17 de 2016.
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