CUESTIONES DE LOS DERECHOS DE LOS HOMOSEXUALES EN CUBA
Desde mediados de los 60 hasta los primeros años de la década del 70 los hombres homosexuales sufrieron una fuerte represión por parte del Gobierno cubano. Les estaba prohibido acceder a algunas profesiones como la de maestro. Algunos fueron enviados a campamentos llamados eufemísticamente Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP). Fue un período lamentable que duró varios años. Pero concluyó. La homofobia aún existe pero no está institucionalizada y no se considera aceptable en las conversaciones formales.
Al pensar en esa etapa es bueno recordar que ocurrió con anterioridad a la rebelión de Stonewall (1969) y el surgimiento del movimiento moderno de liberación gay. La homosexualidad se consideraba todavía como un desorden psiquiátrico. La izquierda política, probablemente reflejando prejuicios sociales, era indiferente, e incluso hostil, respecto a los derechos de los homosexuales.
Según pude apreciar, las prácticas del pasado en Cuba tenían sus raíces en la homofobia tradicional de su cultura. La Iglesia Católica Romana y los sacerdotes españoles juagaron un papel fundamental en ello. Los vínculos de Cuba con la Unión Soviética, cuya ideología prevalente incluía el absurdo y reaccionario concepto de que la homosexualidad es un producto de la “degeneración capitalista”, exacerbó el problema.
La película Fresa y Chocolate se ve mucho en Cuba como una disculpa implícita por la represión de ese período. La película está a la venta en Cuba en casi todas partes. Uno de sus protagonistas es Jorge Perrugoría un actor cubano de primera línea que es heterosexual. Nadie piensa que su carrera pudiera verse afectada por haber hecho un papel de homosexual.
Decenios más tarde el periodo de represión en Cuba continua siendo utilizado por los opositores para pintar al país como un sitio terrible, en especial para los hombres homosexuales. La película Antes que llegue la noche, basada en unas memorias bastante imaginativas de Reinaldo Arenas muestra por qué la situación de los hombres homosexuales es todavía un asunto al que los activistas de solidaridad con Cuba deben prestar atención. Afortunadamente sobre ese tema ya hay un trabajo escrito por el activista de Los Angeles Jon Hillson y usted puede leerlo en la web, en inglés o en español, mediante este vínculo on the web at NY Transfer
Actualmente los problemas que enfrentan los cubanos y cubanas homosexuales y lesbianas son esencialmente culturales, no institucionales. Los cubanos homosexuales no son golpeados o asesinados como en los EEUU. En su libro Machos, Maricones and Gays: Cuba and Homosexuality, publicado en 1996, el académico canadiense Ian Lumsden a pesar de criticar fuertemente la vida cubana contemporánea documenta el fin de la discriminación institucionalizada contra los cubanos homosexuales.
En 1999, la Editorial Ciencias Sociales publicó Homosexuality, Homosexualism and Human Ethics (ISBN: 9590603920) de Pedro de la J. Cruz, profesor e investigador de la Academia de Ciencias de Cuba. El autor es profesor de la Escuela Superior “Ñico López” del Partido Comunista y también de la Universidad. Su libro coloca los derechos de los homosexuales en un marco histórico y cultural y tiene un tono muy solidario. Una traducción para lectores de habla inglesa sería muy útil. Evidencias de homofobia surgen de vez en cuando. A principios de este año en el periódico Tribuna de la Habana apareció un artículo homofóbico. Al parecer no hay un mecanismo organizado mediante el cual las lesbianas, los homosexuales y sus amigos actúen en contra de eso. Los opositores de Cuba que no apoyan los derechos de los homosexuales hipócritamente tratan de utilizar estas cosas para poner a las personas en contra de Cuba.
No hay organizaciones explícitas de lesbianas u homosexuales, pero hay puntos de reunión informal como Coppelia y el cine Yara. Yo vi a hombres vestidos de mujer sin que los molestara la policía. También hay redes informales mediante las cuales las personas socializan y se mantienen en contacto. Yo no tuve problemas para encontrar amigos.
En Cuba hay pocas organizaciones de cabildeo. A principios de los 90 se organizaron grupos de homosexuales, pero se les pidió que se disolvieran cuando las disposiciones de la Helms-Burton hicieron que las autoridades cubanas se preocuparan de que esos grupos pudieran ser utilizados para la infiltración y disrupción. Pero tal vez si Cuba tuviera un grupo como PFLAG (Parents, Families and Friends of Lesbians and Gays – Padres, familias y amigos de lesbianas y homosexuales), esas cuestiones pudieran tratarse mejor. En los EEUU, PFLAG trabaja incesantemente para defender los derechos de los homosexuales, las lesbianas y los transexuales y para enfrentar la ignorancia y los prejuicios en la sociedad.
Aunque conocí a muchos hombres homosexuales que se manifestaban abiertamente fuera del closet, conocí a pocas lesbianas. Debe existir un mundo lesbiano en Cuba, pero obviamente no se expresa abiertamente. Aunque no puedo describir a Cuba como un lugar “amistoso para los homosexuales” ciertamente tampoco es “hostil para los homosexuales”.
ALCOHOLISMO
El alcoholismo es un problema en Cuba. El crecimiento del movimiento Alcohólicos Anónimos lo demuestra. No está oficialmente reconocido y la mayor parte de las reuniones se celebran en las iglesias; pero es igual que en los EEUU donde la mayor parte de las reuniones también se celebran en iglesias. Se inició dentro de los diez últimos años, inicialmente por personas de los EEUU. La sospecha de Cuba con respecto a los grupos organizados por norteamericanos hizo que la agrupación cubana buscara el apoyo de los AA de México.
En el Vedado asistí a una reunión de AA en un local laico: la Escuela de Periodismo José Martí. Asistieron unas 20 personas y me dijeron que es uno de los cien o más grupos que funcionan en Cuba de un tamaño similar. Había literatura sobre una reunión nacional de AA que se celebraría más tarde en el año. Yo vi un anuncio de servicio público en la TV en contra del abuso del alcohol. Y si, en las reuniones de AA la gente fuma cigarrillos.
En Cuba se bebe mucho alcohol a toda hora del día o la noche. Es una parte importante de la cultura. Algunas personas en sus oficinas sacan una botella de ron de su buró y le ofrecen a uno un trago. Sin embargo, nunca vi a nadie borracho o con tragos en el trabajo. De hecho nunca vi a nadie borracho en ninguna parte. Como la bebida es una importante fuente de divisas es bueno que se evite su abuso.
DELITOS Y SEGURIDAD
Cuba es un lugar extremadamente seguro cuando se compara con los EEUU donde la violencia interpersonal y los asesinatos abundan. Los homicidios y otros delitos graves son escasos en Cuba. Un día observé a tres hombres fuertemente armados (con ametralladoras y chalecos antibalas) recogiendo efectivo en una panadería popular en Centro Habana. Algunos meses antes allí se produjo un robo y un guardia de seguridad resultó muerto. Eso causó tal conmoción que ahora guardias armados recogen el dinero en esos lugares. (Esa panadería que vende solamente en dólares es muy próspera y tiene un interminable flujo de clientes durante todo el día.)
Me contaron la historia del robo con mucha incredulidad porque es muy inusual en Cuba. Vi guardias de seguridad y policías en lugares tales como los bancos y los hoteles, pero durante mis dos meses de estancia en Cuba solamente vi dos equipos armados como el que describí. En contraste, en Ciudad México vi guardias armados igualmente equipados en prácticamente todos los edificios de oficinas. Las personas toman muy en serio la protección de sus hogares y propiedades. Las rejas en las ventanas están por todas partes. Los amigos con quienes me quedé me recordaban firmemente y con frecuencia que debía cerrar y poner los cerrojos en todas las ventanas y puertas cada vez que saliera de su apartamento en un segundo piso. Esto incluía puertas y ventanas detrás de la cerca metálica que cierra totalmente su portal. Esa cerca la colocaron después de mi visita el año anterior.
En Cuba, cuando se fundió un bombillo en el pasillo exterior del lugar donde me alojaba, necesité una escalera y tuve que sacar una protección de seguridad con OCHO tornillos para poder quitar el bombillo viejo y cambiarlo. Según pude escuchar y ver, al menos en La Habana, existe un SENTIDO agudizado del peligro de los delitos. Los visitantes de los EEUU encuentran eso gracioso porque hay muy pocos delitos REALES. Pero el hecho de que se produzcan unos cuantos robos, uno o dos asaltos y algún homicidio ocasional es suficiente para que las personas en la capital estén nerviosas con respecto a sus pertenencias. Eso habla muy a favor de lo segura que es Cuba en realidad. Según me explicaron mis amigos, esto solo ocurre en las ciudades principales que han experimentado el impacto del turismo.
ASUNTOS DE NEGOCIOS
Me sorprendió saber que existe en Cuba una Cámara de Comercio. Se reúne regularmente con contrapartes extranjeras para conocer cómo mejorar la eficiencia en los negocios. La Cámara tiene una atractiva y elegante publicación bimestral. Cada número es bilingüe en inglés y español. También hay un periódico semanal Negocios en Cuba (Business in Cuba) que toca aspectos del desarrollo económico y comercial,
Para que Cuba pueda competir eficazmente en el negocio del turismo, necesita aprender de sus competidores. Al parecer eso está sucediendo. Me impresionaron mucho los bellos hoteles e instituciones. Son establecimientos modernos con las más altas normas internacionales. Una noche asistí a un desfile de modas con modelos masculinos y femeninos exhibiendo ropas de diseñadores cubanos. El editor de Negocios en Cuba me dijo con orgullo que jóvenes muchachas cubanas habían ganado dos concursos de belleza en años recientes.
Algunos establecimientos que sirven fundamentalmente a cubanos volverían loco a cualquier de nosotros que esté acostumbrado a tiendas por departamentos de los EEUU o a Home Depot. Me resultó imposible encontrar un sencillo botiquín para sustituir el que estaba roto en la casa de mi anfitrión. Y fue casi imposible encontrar una linterna, cosa muy necesaria para los apagones ocasionales. El hecho de que haya que dejar los maletines o carteras en un “guardabolsos” antes de entrar a la tienda es un fastidio, aunque -como dije antes- los cubanos están acostumbrados.
Y especialmente en los establecimientos más pequeños, los dependientes a veces muestran una cierta hostilidad hacia el público. Pocas veces escuche las palabras “Por favor” y “Gracias”.
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