Breve actualización: septiembre de 2015
La próxima semana regresaré a Cuba. Este ha sido mi mayor tiempo lejos desde 1999, cuando comencé visitas regulares. Ha sido un año y medio. ¡Tanto ha cambiado desde entonces! Los Cinco son libres y caseros. Las relaciones diplomáticas, rotas por Washington en 1961, han sido restauradas y el proceso que los cubanos llaman “la actualización de su modelo económico” continúa, como lo describió Raúl Castro, “sin prisa, pero sin pausa” Pero sin parar “. Hay mucho que aprender y decir sobre el proceso, que incluso el observador más atento del extranjero apenas puede comenzar a comprender. Así que ahora estoy esperando con gran anticipación a ser capaz de ponerse al día con amigos y colegas allí, y para compartir con los lectores lo que puedo ver, oír y comenzar a tratar de entender. Abajo un enlace a mi primer comentario extenso sobre Cuba, escrito después de mi segunda visita, hace quince años. Algunos siguen siendo válidos, algunos han sido resueltos desde hace tiempo). Bueno, suficiente por ahora.
Walter Lippmann
Los Angeles, California
8 de septiembre de 2015.
Dos Meses en Cuba
Notas de un activista de solidaridad con Cuba de visita
por Walter Lippmann
Estos son algunos apuntes de mi visita a Cuba realizada desde Noviembre de 2000 hasta Enero de 2001. Algunas cosas en Cuba son muy parecidas a los Estados Unidos, pero muchas otras cosas son muy, pero que muy diferentes.
Este trabajo no pretende ser un análisis en gran escala sobre Cuba. Eso estaría más allá de su alcance. Se trata de mis observaciones, reflexiones y comentarios acerca de cosas que vi, escuché e hice personalmente. Antes y después de viajar a Cuba pasé algún tiempo visitando a México para ganar perspectiva y hacer algunas comparaciones. Espero que lo encuentre útil.
En la página final de este trabajo, encontrará enlaces con algunas otras fotos que tomé y una página con referencias sobre fuentes útiles en inglés para que pueda profundizar en su investigación sobre Cuba de manera independiente.
¿POR QUÉ CUBA? ¿POR QUÉ YO?
Mi interés por Cuba tiene raíces familiares profundas. Mi padre y sus padres vivieron allí desde 1939 hasta 1942. Como refugiados judíos procedentes de la Alemania Nazi no pudieron entrar en la Gran Bretaña o los Estados Unidos, a pesar de tener familiares cercanos en ambos países. El gobierno de Roosevelt mantuvo de manera estricta una cuota restringida a la emigración judía. Mi padre y abuelos tuvieron que esperar en Cuba hasta 1943 para obtener permiso para entrar en los Estados Unidos. Yo nací en la ciudad de Nueva York en 1944. (Una buena historia de la experiencia judía en Cuba esTropical Diaspora de Robert M. Levine (1993) (ISBN:0-8130-1218-X). Hay otra novela que evoca de manera elocuente la época en que mi padre vivió en Cuba Passing Through Havana, por Felicia Rosshandler (ISBN: 0-312-59779-7).
Mi padre me llevó a Cuba en agosto de 1956.Visitamos la casa donde vivió y conocí a algunos de sus antiguos amigos. No recuerdo mucho de esa visita excepto que Cuba era un lugar muy caluroso y pegajoso (Tenía solamente 12 años en aquel momento). Nos hospedamos brevemente en el Hotel Nacional y después nos mudamos a un hotel más pequeño. Viajamos a Pinar del Rio con un viejo amigo John Gundrum que también era un inmigrante alemán pero de los que nunca se fueron de Cuba.
En noviembre de 2000 hice mi segunda visita a Cuba como adulto. A fines de 1999 había pasado tres semanas allí con una delegación de alumnos y maestros de yoga que nos reuníamos y practicábamos con nuestras contrapartes cubanas. Sabía bastante más que la mayoría de la gente en los Estados Unidos sobre la nación caribeña. Había leído bastante historia de Cuba y seguía los asuntos cubanos con atención. Ahora quería ver las cosas de cerca.
¿Cómo es que viven los cubanos el día a día? Deseaba tener una visión de cómo trabajan, de las cosas que les agradan y desagradan, y así sucesivamente. Una cosa es escuchar y leer en los medios sobre un lugar (¡Cuba es un lugar horrible! ¡La gente está desesperada por dejar el país!), o por otra parte versiones positivas nada críticas en los pocos medios favorables a Cuba.
Mi español es limitado por lo que frecuentemente tenía que depender de amigos y conocidos bilingües para obtener respuestas y direcciones. Durante mis 31 años de trabajo como trabajador social para el Distrito de Los Ángeles había adquirido un poco de “español callejero” elemental, pero no lo suficiente para mantener una conversación. Conocí a muchas personas que hablaban inglés y que querían practicarlo, por lo que pude obtener respuestas a mis muchas preguntas.
Los teléfonos: No se le ocurra pensar que va a coger un teléfono y encontrar tono de discar cada vez que lo necesite. Una vez que consiga el tono de discar y marque el número, no espere obtener una conexión enseguida. No siempre es posible lograrlo en Cuba. Me habían dicho que el servicio telefónico en la zona del Vedado era bastante problemático, pero eso resultó ser cierto para los demás lugares también. Las dificultades se le atribuyen al cambio de la telefonía analógica a la digital, un proceso que estaba todavía a medio concluir durante mi estancia allí.
En La Habana me alojé con una familia cubana que había conocido en 1999. Uno de los miembros de la familia acababa de dejar su trabajo de 13 años en el sector estatal para dedicarse al trabajo por cuenta propia. Traduce guiones de televisión cubanos del español al inglés por contratos independientes. Cuba espera vender algunos de esos guiones a distribuidores tales como el Discovery Channel. También hace traducciones para periodistas y cineastas visitantes. Unas semanas antes de mi llegada había trabajado con Barbara Kopple, documentalista ganadora de Oscar, en la filmación de la visita del Ballet de Washington D.C. a Cuba. Su madre es una ingeniera que trabaja en un Ministerio del Gobierno y es miembro del Partido Comunista de Cuba. No pagué alojamiento, pero compré alimentos y algunas otras cosas para la familia. Con frecuencia iba de compras y a veces cocinaba para la familia. ¡Creo que no habían comido tanto ajo en su vida! (Por suerte les gusta el ajo…)
LOS OBJETIVOS HISTÓRICOS DE CUBA:
INDEPENDENCIA Y UNA SOCIEDAD JUSTA
Para entender la Cuba de hoy es esencial conocer la amarga historia de sus relaciones con los Estados Unidos. Ambas naciones tienen una larga, estrecha y tensa conexión. Los políticos norteamericanos del Siglo XIX consideraron anexarse la Isla. Trataron de evitar su independencia y de obstaculizar sus esfuerzos por lograr una sociedad justa en la cual los intereses nacionales cubanos tuvieran la prioridad. Aún hoy la mayoría de los políticos norteamericanos hablan y actúan como si tuvieran el derecho de decirles a los cubanos como administrar Cuba. La Revolución dirigida por Fidel Castro y sus compañeros ha sido el más exitoso de los esfuerzos independentistas cubanos.
Los partidarios del derrocado gobierno del dictador Batista fueron bienvenidos en los Estados Unidos. Washington se opuso a los esfuerzos cubanos para asumir el control de sus recursos nacionales que estaban en manos de compañías extranjeras (mayormente norteamericanas). Se ha opuesto y tratado de revertir la Revolución a cada paso. Washington y sus seguidores llaman a esta política “el embargo”, pero los cubanos la llaman “el bloqueo”. Esto se debe a que Washington trata denodadamente de empujar a los demás países a apoyar sus actividades anti cubanas.
A PARTIR DEL COLAPSO DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
Durante la alianza de Cuba con la Unión Soviética y los Estados de Europa Oriental, la Isla mantuvo convenios estables y a largo plazo por sus productos, en ocasiones con precios superiores a los del mercado mundial. Eso suministró la base militar y económica para que Cuba pudiera sobrevivir los esfuerzos de Washington mantenidos durante décadas para rendirla por hambre. La política y la economía de la Isla tuvieron una fuerte influencia del modelo soviético.
Todas las casas que visité en Cuba tienen un sistema para almacenar agua en lo alto. Se trata de tanques grandes (piense en barriles de aceite). El agua se bombea una o dos veces al día (en la casa donde vivía se hacía de las 6 a las 8 p.m. y los sábados y domingos se hacía por la mañana). Cada casa o apartamento tiene solamente una cantidad finita de agua. Por supuesto, esto es en La Habana. Por lo que me cuentan la situación es diferente en otras ciudades y zonas rurales. Los problemas de plomería de agravaron mucho durante el Período Especial por la carencia de piezas para reparar el deterioro de la vieja infraestructura en esta extensa y cosmopolita ciudad. Imagínese a Nueva York o a Los Ángeles después de un período similar de diez años sin mantenimiento. Tal vez una película de la era de postguerra nuclear le pueda dar una idea.
A pesar de que yo nunca experimenté un corte total de agua, eso le ocurría a algunas casas en la ciudad. En esos casos camiones cisterna grandes acudían y los vecinos cargaban agua en recipientes y los arrastraban a sus hogares. Muchas personas hierven o procesan el agua con productos químicos antes de beberla. En el lugar donde me alojaba consideraban suficientes unas gotas purificadoras. Algunos viajeros con los que conversé utilizaban yodo, pero muchos que se alojaban en hoteles no lo consideraban necesario. Los habaneros más precavidos continúan hirviendo el agua.
You must be logged in to post a comment.