- English
- Español
Washington’s Best-Kept Secret in Africa
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
In November 2015, Nick Turse, managing editor of TomDispatch.com and a fellow at the Nation Institute published his essay “The US’s Military Best-Kept Secret” that still raises eyebrows.
Turse has reported from the Middle East, Southeast Asia and Africa. His pieces have appeared in The New York Times, The Los Angeles Times, The Nation and regularly at TomDispatch. Turse’s New York Times bestseller Kill Anything That Moves: The Real American War in Vietnam received a 2014 American Book Award.
For years, the US military expansion in Africa has gone unnoticed thanks to a deliberate effort to keep the public misinformed.
In the shadows of what was once called the “Dark Continent,” very little has been heard about it … by deliberate choice. But look hard enough and –north to south, east to west– you’ll find the reasons for that silencing effort: in remote locales, behind fences and beyond the gaze of prying eyes, the US military has built an extensive archipelago of African outposts, transforming the continent, experts say, into a laboratory for a new kind of war.
So, how many US military bases are there in Africa? It’s a simple question with a simple answer. For years, US Africa Command (AFRICOM) gave a stock response: one. Camp Lemonnier in the tiny, sun-bleached nation of Djibouti was America’s only acknowledged “base” on the continent. It wasn’t true, of course, because there were camps, compounds, installations, and facilities elsewhere, but the military leaned hard on semantics to impose its logic.
Take a look at the Pentagon’s official list of bases, however, and the number grows. The 2015 report on the Department of Defense’s global property portfolio lists Camp Lemonnier and three other deep-rooted sites on or near the continent.
For years, various reporters have shed light on hush-hush outposts ––most of them built, upgraded, or expanded since 9/11– dotting the continent, including so-called cooperative security locations (CSLs). Earlier this year, AFRICOM commander General David Rodriguez disclosed that there were actually 11 such sites.
Research by TomDispatch indicates that in recent years the US military has, in fact, developed a remarkably extensive network of more than 60 outposts and access points in Africa. Some are currently being utilized, some are held in reserve, and some may be shuttered. These bases, camps, compounds, port facilities, fuel bunkers, and other sites can be found in at least 34 countries –more than 60 percent of the nations on the continent– many of them publicly classified by Washington as corrupt, repressive states with poor human rights records.
The United States also operates “Offices of Security Cooperation and Defense Attaché Offices in approximately 38 [African] nations,” according to Falvo, and has struck close to 30 agreements to use international airports in Africa as refueling centers.
When AFRICOM became an independent command in 2008, Camp Lemonnier was reportedly still one of the few American outposts on the continent. In the years since, the United States has embarked on nothing short of a building boom. As a result, it’s now able to carry out increasing numbers of overt and covert operations, from training exercises to drone assassinations.
“AFRICOM, as a new command, is basically a laboratory for a different kind of warfare and a different way of posturing forces,” says Richard Reeve, the director of the Sustainable Security Programme at the Oxford Research Group, a London-based think tank. “Apart from Djibouti, there’s no significant stockpiling of troops, equipment, or even aircraft. There are a myriad of ‘lily pads’ or small forward operating bases…so you can spread out even a small number of forces over a very large area and concentrate those forces quite quickly when necessary.”
Such a thought experiment, he suggests, could offer clues to what the future might hold now that the continent is dotted with American outposts, drone bases, and compounds for elite teams of Special Operations forces. “I think,” Reeve says, “that we could be looking at something a bit scarier in Africa.”
April 2, 2016.
EL SECRETO MÁS GUARDADO DE EEUU EN ÁFRICA
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
En noviembre de 2015, Nick Turse, quien es el editor Gerente de TomDispatch.com y socio del Instituto de The Nation hizo público unensayo titulado “El secreto mejor guardado de los militares en EstadosUnidos” que aún levanta ronchas.
Turse ha sido corresponsal en el Medio Oriente, el sudeste de Asia yÁfrica, y sus trabajos aparecen en el New York Times, Los AngelesTimes, The Nation y regularmente en TomDispatch. Es autor del“bestseller” del New York Times “Matar cualquier cosa que se mueve: laverdadera guerra americana en Vietnam”, que recibió un American BookAward en 2014.
Durante años, la expansión militar estadounidense en África hapasado inadvertida gracias a un esfuerzo deliberado para mantener alpúblico desinformado.
A la sombra de lo que una vez se conoció como el “continente oscuro”,muy poco se ha escuchado acerca de él… por una decisión deliberada.Pero si se advierten en detalle, de norte a sur, de este a oeste, losfrutos de ese esfuerzo silenciador: en localidades remotas, detrás devallas y más allá de lo visible, el ejército estadounidense haconstruido un archipiélago extenso de enclaves militares,transformando el continente en lo que los expertos llaman unlaboratorio para un nuevo tipo de guerra.
De modo que ¿cuántas bases militares de Estados Unidos existen enÁfrica? Es una pregunta simple con respuesta no menos sencilla.Durante años, el comando África de Estados Unidos (AFRICOM) dio unarespuesta común: uno solo. El Campamento Lemonnier, en la pequeñanación blanqueada por el sol de Djibouti, era lo único que EstadosUnidos reconocía como “base” en el continente.
Por supuesto, tal cosa no es cierta, porque existen campos,compuestos, instalaciones y servicios en otros lugares, pero losmilitares se apoyan mucho en la semántica para imponer su lógica.Si se observa la lista oficial de bases del Pentágono, el númerocrece. El informe de 2015 en la cartera global del Departamento dedefensa sólo incluye el campamento Lemonnier y otros tres sitiosarraigadas en o cerca del continente.
Durante años, varios reporteros han arrojado luz sobre puestos deavanzada del secreto, la mayoría de los cuales construidos,actualizados o ampliados desde el 9/11, que salpican el continente,incluyendo localidades de seguridad cooperativa (CSLs). Este año, elcomandante del AFRICOM, General David Rodríguez, divulgó que habíarealmente once sitios de este tipo.
Una investigación llevada a cabo por TomDispatch indica que en losúltimos años los militares estadounidenses, han desarrollado una muyextensa red de más de 60 puestos y puntos de acceso en África. Algunosde ellos están siendo utilizados actualmente, otros que se mantienenen reserva, y el resto pudieran ser cerrados. Estas bases,campamentos, compuestos, instalaciones portuarias, bunkers decombustible y otros sitios se pueden encontrar en al menos 34 países,más del 60 por ciento de las naciones en el continente, incluyendomuchos países públicamente clasificados por Estados Unidos comocorruptos y represivos de acuerdo a la conducta de sus gobiernos enmateria de derechos humanos, según los registros de Washington.
Estados Unidos también opera “Oficinas de cooperación de seguridad” yAgregadurías de defensa en aproximadamente 38 países africanos, segúnFalvo y ha llegado a cerca de 30 acuerdos para utilizar aeropuertosinternacionales en África como centros de recarga.
Cuando el AFRICOM se convirtió en comando independiente en 2008,campamento Lemonnier era uno de los pocos puestos norteamericanos enel continente. En los años posteriores, Washington ha incrementado suconstrucción. Como resultado, ahora es capaz de llevar a cabo unnúmero creciente de misiones abiertas y encubiertas, desde ejerciciosde entrenamiento hasta asesinatos con drones.
“AFRICOM en un mando nuevo, básicamente un laboratorio para un tipodiferente de guerra y una manera diferente de fuerzas posturales,” hadicho Richard Reeve, director del programa de seguridad sostenible enel Oxford Research Group, un think tank con sede en Londres. “Apartede Djibouti, no hay ninguna acumulación importante de tropas, equiposo incluso aviones. Hay una gran variedad de pequeñas bases… por loque significa que se extendió un pequeño número de fuerzas sobre unárea muy grande que permiten una concentración de las fuerzas muyrápidamente cuando sea necesario”.
De modo que estamos ante un experimento que denota una estrategia quedeja ver un continente salpicado de puestos militares estadounidenses,bases de drones para asesinatos selectivos, todo operado por fuerzasde élite de operaciones especiales.
Richard Reeve se pregunta “¿Podríamos estar ante un cuadro másaterrador para África?”
Abril 2 de 2016.
You must be logged in to post a comment.