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Poor Puerto Rico
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Exclusive for the daily POR ESTO! of Merida, Mexico
Translated and edited by Walter Lippmann for CubaNews.
Sad is the situation that Puerto Ricans are going through. The island was recently devastated by a deadly hurricane that crossed its entire length. Hovering over it, sharpened vehemence, is another phenomenon, one more criminal, prolonged and bloody. its condition of being a colony of the United States..
The Federal Agency for Emergency Management (FEMA) has bureaucratically hindered the distribution of aid that has been able to reach Puerto Rico. There are reports that claim that most of the aid for the disaster is still on the docks of San Juan, the capital.
Fifty percent of the population still lacks access to drinking water. The power grid is so damaged that 85 percent of the population still does not have electricity. The lack of fuel and energy hinders the functioning of hospitals and puts at risk the lives of the most vulnerable: children and the elderly. The death rate is increasing, especially in rural areas.
In the midst of the greatest devastation on the island, due to the passage of Hurricane Maria, Puerto Ricans were severely offended when President Trump blamed them for the humanitarian crisis the island was facing.
“Texas and Florida are doing very well, but Puerto Rico, which already suffered from a damaged infrastructure and massive debt, is in trouble,” Trump wrote in his Internet account, comparing the rapid recovery of two of the nation’s major states hit by hurricanes. In the process of degradation that affected them, with the tragedy suffered by their country in the Caribbean because of the most violent hurricane in Borinquen history, with sustained winds of 155 mph (250 km/h).
Trump’s angry reaction to the atrocious humanitarian crisis in Puerto Rico exacerbated by the meteorological phenomenon in the conditions of a country deeply hurt by decades of colonialism and neoliberal policies, has created an explosive situation.
Puerto Rico currently has a debt of $73 billion to its creditors, which is equivalent to the total of its GDP. The commonwealth officially is in default (unable pay the debt). Neither the US government nor the International Monetary Fund (IMF) have presented any solution.
In reality, the country’s debt began to grow in the 1970s. Its economy, since the middle of the last century, was based mainly on the pharmaceutical industry. But with the appearance of the maquiladoras in Mexico and Asia, this sector has been moving to those regions in search of cheaper labor and higher productivity.
Currently, the official unemployment rate in 16 municipalities is 20 percent and in 61 others it exceeds 12 percent, although in reality the real unemployment rate is much higher than the official rate. Some 45 percent of the island’s 3.5 million people live in poverty and 83 percent of children live in poor areas. In a desperate act, last may Governor Rosselló cut the budget by $674 million dollars. This affected the health care system, education, various social programs and the University of Puerto Rico. As a result of the economic crisis, 144,000 Puerto Ricans left the island in search of employment.
Puerto Rico and Cuba have shared destinies as Spanish colonies. Their emancipatory struggles were interrupted by an opportunistic US intervention that sought to adjudge the remnants of the Spanish colonial empire in disgrace. Cuba achieved that the military occupation of the then nascent US imperialism was limited to 4 years and gave way to the proclamation in 1902 of an independent pseudo-republic. January 1959 brought, through the revolution, a genuine independence, although at the cost of a bloody daily battle against American hegemonic appetites.
118 years ago Washington seized Puerto Rico and the other vestiges of the Spanish empire in the Western Hemisphere. When neoliberalism broke onto the scene, to provide an injection of life to capitalism in crisis, the impulse towards the privatization of everything that existed caused extraordinary damage in Puerto Rico. Living conditions deteriorated with the disappearance of government funds for social programs and jobs. The island’s infrastructure was devastated by a campaign to convert everything from roads and public services to the education system into private for-profit companies.
Colonialism imposed an unpayable debt on Puerto Rico. Now it has had a dictatorial junta imposed on it to ensure that this debt is paid, even at the cost of a humanitarian crisis for the Puerto Rican people. Boricuas are demanding, specifically, that this debt be audited and that it be determined which part of it is legitimate and who is responsible for having assumed it.
October 30, 2017
Pobre Puerto Rico
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Exclusivo para el diario POR ESTO! de Mérida, México
Triste es la situación por la que atraviesan los puertorriqueños; recién arrasada su isla por un mortífero huracán que la atravesó por toda su extensión, se cierne sobre ella con agudizada vehemencia otro fenómeno más criminal, prolongado y cruento, su condición colonial respecto a Estados Unidos.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, según las siglas en inglés) ha obstaculizado burocráticamente la distribución de la ayuda que ha podido llegar a Puerto Rico. Hay reportajes que afirman que la mayor parte de la ayuda para el desastre aún se encuentra en los muelles de San Juan, la capital.
Cincuenta por ciento de la población carece aún de acceso a agua potable y la red eléctrica está tan dañada que el 85 por ciento de la población aún no tiene electricidad. La falta de combustible y energía obstaculiza el funcionamiento de hospitales y pone en riesgo la vida de los más vulnerables: los niños y ancianos. La tasa de mortandad está aumentando sobre todo en áreas rurales.
En medio de la mayor devastación de que se tenga memoria en la isla a causa del paso del huracán María, los puertorriqueños se sintieron duramente ofendidos cuando el presidente Trump les culpó por la crisis humanitaria a la que estaba abocada la isla.
“Texas y Florida van muy bien, pero Puerto Rico, que ya sufría una infraestructura dañada y una deuda masiva, está en problemas”, escribió Trump en su cuenta de Internet comparando la rápida recuperación de dos de los principales estados de la nación ante huracanes en proceso de degradación que les afectaron, con la tragedia sufrida por su colonia en el Caribe a causa del cruce por su territorio del huracán más violento que haya azotado a Borinquen en toda su historia, con vientos sostenidos de 155 m/h (250 km/h).
La reacción iracunda de Trump ante la atroz crisis humanitaria de Puerto Rico agudizada por el fenómeno meteorológico en las condiciones de un país profundamente herido por décadas de colonialismo y políticas neoliberales, ha creado una situación explosiva.
Actualmente Puerto Rico tiene una deuda de 73 mil millones de dólares a sus acreedores, lo que equivale al total de su PIB. El Estado Libre Asociado oficialmente está en default (incapacidad de pagar la deuda) sin que ni el gobierno norteamericano ni el Fondo Monetario Internacional (FMI) hayan presentado solución alguna.
En realidad la deuda del país empezó a crecer a partir de los años 1970. Su economía desde la mitad del siglo pasado estaba basada principalmente en la industria farmacéutica pero con la aparición de las maquiladoras en México y en Asia, este sector se ha estado trasladando a aquellas regiones en busca de mano de obra más barata y de mayor productividad.
Actualmente el índice oficial de desempleo en 16 municipios es del 20 por ciento y en otros 61 supera al 12 por ciento, aunque en realidad la tasa real de desempleo es mucho más alta que la oficial. Un 45 por ciento del total de 3,5 millones de habitantes de la isla viven en la pobreza y el 83 por ciento de los niños viven en áreas pobres. En acto desesperado, el gobernador Rosselló recortó en mayo pasado el presupuesto en 674 millones de dólares afectando el sistema de salud, la educación, varios programas sociales y la Universidad de Puerto Rico. Como resultado de la crisis económica 144.000 puertorriqueños abandonaron la isla en busca de empleo.
Puerto Rico y Cuba han compartido destinos como colonias de España cuyas luchas emancipadoras fueron interrumpidas por una oportunista intervención estadounidense que pretendió adjudicarse los remanentes de imperio colonial español en desgracia. Cuba logró que la ocupación militar del entonces naciente imperialismo de Estados Unidos se limitara a 4 años y diera paso a la proclamación en 1902 a una seudorepública independiente que en enero de 1959 trajo, revolución mediante, una independencia verdadera, aunque al costo de librar una cruenta batalla cotidiana contra los apetitos hegemónicos estadounidenses.
Hace 118 años que Washington se apoderó de Puerto Rico y los demás vestigios del imperio español en el hemisferio occidental. Cuando el neoliberalismo irrumpió en la escena para proporcionar una inyección de vida al capitalismo en crisis, el impulso hacia la privatización de todo lo existente causó perjuicios extraordinarios en Puerto Rico. Se deterioraron las condiciones de vida al desaparecer los fondos gubernamentales para fines sociales y los empleos. La infraestructura de la isla quedó devastada por una campaña para convertirlo todo, desde las carreteras y los servicios públicos hasta el sistema educativo, en empresas privadas con fines de lucro.
El coloniaje impuso a Puerto Rico una deuda impagable y ahora le ha impuesto una junta dictatorial para asegurar que se pague esa deuda, aunque sea al costo de una crisis humanitaria para el pueblo puertorriqueño. Los boricuas reclaman, justamente, que se audite esa deuda y se determine qué parte de la misma es legítima y quiénes son los respons
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