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Memories of a Mercenary
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation by Walter Lippmann
Exclusive to the daily POR ESTO! of Merida, Mexico. Http://manuelyepe.wordpress.com/
In recent days, a book written by a Cuban who has been a mercenary in the service of the Central Intelligence Agency (CIA) has been published in the United States and has played dissimilar roles in that criminal organization’s actions not only in the Washington battle against his Home country, but also to other infamous plans of the agency in other parts of the world and in the United States, including the latter, to the assassination of John F. Kennedy.
The American magazine Newsweek, in its May 28, 2017 issue, publishes a review by journalist Jefferson Morley on the book “Trained to Kill: The CIA Secrets about His Plans Against Castro, Kennedy and Che,” written by his ex Operative agent Antonio Veciana.
The terrorist “exploits” of this mercenary were widely known in Cuba and recognized by the American press, but the value of the infamies confessed by Veciana is that he adds elements to the multiple versions of the CIA’s leading role in the assassination of Kennedy .
According to Veciana, in 1960, he worked as an official of the Cuban government when, having already tried to subvert it from within, he stole official funds and used the money to finance attacks against government offices, factories and warehouses.
Two years later, he used his position in the government to distribute propaganda falsely announcing that the government planned to take custody of school-age children with the purpose of provoking panic in Cuban families and having some send their children to the United States , Where they would be welcomed by the Catholic Church in South Florida. The operation was called Peter Pan, separated 14,000 Cuban children from their families and was described in the press as “a disinterested effort to rescue the victims of communist oppression.”
Controller of Veciana for the operation was “Maurice Bishop” whose real name was David Atlee Phillips, who would become Head of the Division of the CIA for the Western Hemisphere until his retirement in 1975.
After the failure of Bay of Pigs, at Playa Girón, Phillips expressed his contempt for Kennedy, explains Veciana. After JFK’s peaceful conclusion to the missile crisis, Phillips created Alpha-66, a terrorist organization to attack Cuban targets that became a CIA instrument to pressure Kennedy with his actions.
In March 1963, Veciana and his group attacked a Russian merchant ship headed for Cuba, generating headlines around the world. Phillips sought to humiliate the Russians and embarrass JFK to take more aggressive action against Cuba. But Kennedy downplayed the issue and “Castro’s enemies, including Phillips, became even more furious,” Veciana says.
Veciana confirms how she met Kennedy’s alleged assassin, Lee Harvey Oswald, in the lobby of the Southland Center, the tallest building in Dallas, where he was introduced by Bishop.
“That was full of people, but Bishop, standing in a corner, was talking to a young man, pale, insubstantial. When he introduced me, I do not remember if he did it by his name (he might have said, ‘Tony, this is Lee. Lee, this is Tony.) But what I’m sure of is that Lee did not say anything. “
Following the assassination in Dallas on November 22, 1963, Oswald was arrested, and his face was broadcast on television. “I recognized him immediately,” writes Veciana. “He was, without a doubt, the same pale, insignificant young man he had seen eleven weeks before” in the company of Maurice Bishop. “
Veciana recalls that early in 1964 the agency man asked if a cousin of his who was a Cuban intelligence officer would be willing to state that he had conspired with Oswald before JFK was killed. Phillips offered to pay for such testimony, but Veciana replied that his cousin was communist and could not be bought.
A decade later, in 1975, when the JFK investigation was reopened, a congressional investigator, knowing that Veciana had worked for the CIA, approached him to learn more about how the agency collaborated with Cuban exiles. Veciana told her the story of her work with Bishop, including meeting with Oswald. Arrangements were made for an artist to draw a picture of Bishop based on Veciana’s description and the result was a portrait that closely resembled Phillips. Veciana was then taken to Washington for a meeting with Phillips, but he pretended not to know Veciana who, out of fear of reprisals from the CIA denied that Bishop and Phillips were the same person. “A lie that I have maintained until today”, emphasizes Veciana.
Certainly, in the confessions of this bloodthirsty terrorist there are elements that contribute data to the clarification of some half truths and manipulations in the criminal history of the USA.
June 5, 2017.
MEMORIAS DE UN MERCENARIO
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Exclusivo para el diario POR ESTO! de Mérida, México. http://manuelyepe.wordpress.com/
En días recientes se publicó en Estados Unidos un libro escrito por un cubano que hizo carrera como mercenario al servicio de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y desempeñó disímiles papeles en acciones de esa organización criminal vinculadas, no solo a la batalla Washington contra su país natal, sino también a otros planes infamantes de la agencia en otras partes del mundo y en los propios Estados Unidos, incluyendo entre estos últimos, al magnicidio de John F. Kennedy.
La revista norteamericana Newsweek, en su número de 28 de mayo de 2017, publica una reseña del periodista Jefferson Morley sobre el libro “Entrenado para matar: Los Secretos de la CIA sobre sus planes contra Castro, Kennedy y Che”, escrito por su ex agente operativo Antonio Veciana.
Las “hazañas” terroristas de este mercenario eran ampliamente conocidas en Cuba y reconocidas por la prensa estadounidense, pero el valor de las infamias que confiesa Veciana radica en que agrega elementos a las múltiples versiones acerca del papel rector de la CIA en el asesinato de Kennedy.
Según Veciana, en 1960, él trabajaba como funcionario del gobierno cubano cuando, teniendo ya como proyecto subvertirlo desde dentro, robó fondos oficiales y utilizó el dinero para financiar ataques contra oficinas, fábricas y almacenes del gobierno.
Dos años más tarde, utilizó su posición en el gobierno para distribuir propaganda anunciando falsamente que el gobierno planeó tomar la custodia de niños en edad escolar, con el propósito de provocar pánico en las familias cubanas y hacer que algunas enviaran a sus hijos a Estados Unidos, donde serían acogidos por la Iglesia Católica en el sur de la Florida. La operación fue llamada Peter Pan, separó a 14 mil niños cubanos de sus familias y fue descrita en la prensa como “esfuerzo desinteresado para rescatar a las víctimas de la opresión comunista”.
Controlador de Veciana para la operación era “Maurice Bishop” cuyo verdadero nombre era David Atlee Phillips, quien llegaría a ser Jefe de la División de la CIA para el Hemisferio Occidental hasta su retiro en 1975.
Tras el fracaso de Bahía de Cochinos, en Playa Girón, Phillips manifestó su desprecio por Kennedy, explica Veciana. Luego de la conclusión pacífica abogada por JFK para la crisis de los misiles, Phillips le creó Alpha-66, organización terrorista para atacar objetivos cubanos que se convirtió en instrumento de la CIA para presionar a Kennedy con sus acciones.
En marzo de 1963, Veciana y su grupo atacaron un buque mercante ruso que se dirigía a Cuba, generando titulares en todo el mundo. Phillips buscaba con ello humillar a los rusos y avergonzar a JFK para que tomara acciones más agresivas contra Cuba. Pero Kennedy restó importancia al tema y “los enemigos de Castro, incluyendo a Phillips, se pusieron más furiosos aún”, dice Veciana.
Veciana confirma cómo conoció al supuesto asesino de Kennedy, Lee Harvey Oswald, en el vestíbulo del Centro Southland, el edificio más alto de Dallas, donde le fue presentado por Bishop.
“Aquello estaba lleno de gente, pero Bishop, de pie en un rincón, hablaba con un hombre joven, pálido, insustancial. Cuando me lo presentó no recuerdo si lo hizo por su nombre (podría haber dicho: ‘Tony, este es Lee. Lee, este es Tony’). Pero de lo que estoy seguro es de que Lee no dijo nada.”
Tras el asesinato en Dallas el 22 de noviembre de 1963, Oswald fue arrestado, y su rostro transmitido en la televisión. “Lo reconocí inmediatamente,” escribe Veciana. “Era, sin lugar a dudas el mismo hombre joven, pálido e insignificante que había visto once semanas antes” en compañía de Maurice Bishop”.
Veciana recuerda que, temprano en 1964, el hombre de la agencia le preguntó si un primo suyo que era oficial de inteligencia cubano, estaría dispuesto a declarar que él había conspirado con Oswald antes de que JFK fuera asesinado. Phillips le ofreció pagar por tal testimonio, pero Veciana le respondió que su primo era comunista y no podía ser comprado.
Una década más tarde, en 1975, cuando la investigación JFK se reabrió, un investigador del Congreso, sabiendo que Veciana había trabajado para la CIA, se acercó a él para conocer más sobre cómo la agencia colaboraba con los exiliados cubanos. Veciana le contó la historia de su trabajo con Bishop, incluida la reunión con Oswald. Se hicieron arreglos para que un artista hiciera un dibujo de Bishop basado en descripción de Veciana y el resultado fue un retrato que se parecía mucho a Phillips. Veciana fue entonces llevado a Washington para una reunión con Phillips, pero éste fingió no conocer a Veciana quien, por miedo a represalias de la CIA negó que Bishop y Phillips fueran la misma persona. “Una mentira que hasta hoy mantuve”, subraya Veciana.
Ciertamente, en las confesiones de este sanguinario terrorista hay elementos que aportan datos al esclarecimiento de algunas medias verdades y manipulaciones en la historia criminal de EEUU.
Junio 5 de 2017.
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