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THE US LEFT HAS A PAST AND A FUTURE
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Exclusive for the daily POR ESTO! of Merida, Mexico
Translated and edited by Walter Lippmann.
The United States is an atypical case among the most advanced industrialized societies because it does not have a large, national-level socialist party. The culture of that great North American nation emphasizes individualism and anti-statism. The role of government in society is much smaller than that of government in other parts of the world, for example in Europe.
During the period of the Great Depression and the economic crisis of the 1930s, many American socialists were hopeful that the time might have come to found a workers’ party in their country. But with the rise to power of Franklin Delano Roosevelt (FDR) and his New Deal coalition, the working class became a prominent force within the Democratic Party itself and the union leaders saw no benefit in trying to pursue their ideas independently.
The unions were actively working to promote voter participation within the bipartisan U.S. context. After the Great Depression, the trade union movement channeled its support mainly to the Democratic Party, which, in turn, developed a policy of broad acceptance of people on the left side of the U.S. political spectrum.
In recent history, in addition to the well-known Democratic and Republican parties, the Reform Party (far right), the Green Party (left), and the Libertarian Party, have been registered for elections in the United States. In the 1992 and 1996 elections, the Reform Party gained notoriety with Ross Perot as its presidential candidate, who was accused by the moderate right wing of having damaged George Bush senior’s re-election with his participation.
In 2000 and 2004, the participation of Ralph Nader of the Green Party, who was blamed by the moderate left for taking votes away from Democratic candidates, was seen to have benefited the Republican George W. Bush Jr.
FDR is credited with this policy of blocking the creation of a great socialist party in the United States by opening the doors of the Democratic Party to trade unions and many progressive people during the Great Depression. That’s why Roosevelt is considered the closest president to socialism America has ever had. Before World War II, Roosevelt had to confront the forces of the right within his own party to advance his transformative purpose in the United States.
Anti-Roosevelt Democrats even formed the American Liberty League in the 1936 presidential election. The then governor of New York and prominent Democratic leader Al Smith urged her to oppose Roosevelt by proclaiming that “America can have only one capital, Washington or Moscow,” meaning that the Roosevelt supporters’ movement had too many communists and socialists in its ranks.
Roosevelt died in 1945 but, at the end of the war, the left-wing political army of trade unionists, intellectuals and black community leaders that had been structured to support Roosevelt still retained great influence within the Democratic Party. Within the Democratic Party, unions such as the United Auto Workers, the International Longshore Warehouse Union, the National Maritime Union, and the United Steelworkers of America had large pro-Communist factions and leaders of that political orientation, including several members of the National Negro Workers Congress and other civil rights groups directly linked to the Communist Party of the United States.
Many Roosevelt Democrats had a very positive appreciation of the Soviet Union and the role it played in the defeat of fascism. They had no objection to aligning themselves with the Communist Party and its political environment on local issues.
In this way, the balance of left and right forces was maintained until, in 1946, the anti-communist Cold War repressive operation under Harry S. Truman, FDR’s replacement, began.
During this period of fascist terror against the left, the first targets of the witch hunt were Democrats who belonged to the populist and pro-Soviet left faction entrenched within the party itself.
Alger Hiss, a State Department official who had played a key role in founding the United Nations, was one of the first to be demonized. He was accused of being a Soviet agent and ended up in prison for perjury. Both Democrats and Republicans were harshly repressed by their own parties during this period.
Now, with the advent of Trumpism, everything seems to indicate that new difficult times are approaching for the workers, professionals and progressive members of the American middle class. July 2, 2018.
This article may be reproduced by quoting the newspaper POR ESTO
LA IZQUIERDA TIENE HISTORIA Y FUTURO EN EEUU
By Manuel E. Yepe
Por Manuel E. Yepe Exclusivo para el diario POR ESTO! de Mérida, México. http://manuelyepe.wordpress.com/
Estados Unidos es un caso atípico entre las más avanzadas sociedades industrializadas, porque no tiene un partido socialista grande de nivel nacional. La cultura en esa gran nación del norte de América enfatiza el individualismo y el anti-estatismo. El papel del gobierno en la sociedad es mucho menor que el que éstos tienen en otros países del mundo, por ejemplo en los europeos.
Durante el período de la Gran Depresión y la crisis económica de los años 1930 germinó en muchos socialistas estadounidenses la esperanza de que pudiera haber llegado el momento de fundar un partido de los trabajadores en su país. Pero con la llegada al poder de Franklin Delano Roosevelt (FDR) y su coalición del New Deal, la clase obrera se convirtió en una fuerza prominente dentro del propio Partido Demócrata y los líderes sindicales no percibían beneficio alguno en tratar de llevar adelante su ideario de manera independiente.
Los sindicatos trabajaban activamente en la promoción de la participación de votantes dentro del contexto bipartidista de Estados Unidos. A partir de la Gran Depresión, el movimiento sindicalista canalizó su apoyo mayoritariamente hacia el Partido Demócrata que, por su parte, desarrolló una política de amplia acogida de gente situada en la izquierda del espectro político estadounidense.
En la historia reciente se han registrado para las elecciones en Estados Unidos, además de los consabidos partidos Demócrata y Republicano, el Partido de la Reforma (ultraderecha), el Partido Verde (izquierda), y el Partido Libertario. En los comicios de 1992 y 1996, cobró notoriedad el Partido de la Reforma con Ross Perot como candidato presidencial, a quien la derecha moderada acusaba de haber perjudicado con su participación la reelección de George Bush padre.
En 2000 y 2004, fue visible la participación de Ralph Nader, del Partido Verde, a quien la izquierda moderada culpó de restar votos a candidatos demócratas, en beneficio del republicano George W. Bush hijo.
A FDR se le atribuye esa política de haber bloqueado la creación de un gran partido socialista en Estados Unidos, al abrir las puertas del Partido Demócrata a los sindicatos y a mucha gente progresista durante la Gran Depresión. Es por esa razón que se considera a Roosevelt el presidente más cercano al socialismo que haya tenido Estados Unidos. Antes de la Segunda Guerra Mundial, ya Roosevelt tuvo que enfrentar las fuerzas de la derecha dentro de su propio partido para hacer avanzar su propósito transformador en Estados Unidos.
Los demócratas que se le oponían llegaron a constituir la “American Liberty League” en las elecciones presidenciales de 1936. El entonces gobernador de Nueva York y prominente líder demócrata Al Smith, instó a la oponerse a Roosevelt proclamando que “¡Estados Unidos sólo puede tener una capital, Washington o Moscú!”, significando que el movimiento de los partidarios de Roosevelt tenía en sus filas demasiados comunistas y socialistas.
Roosevelt murió en 1945 pero, al término de la guerra, el ejército político de la izquierda constituido por sindicalistas, intelectuales y líderes comunitarios negros que se había estructurado para apoyar a Roosevelt aun conservaba gran influencia dentro del Partido Demócrata. Los sindicatos afines al Partido Demócrata como el United Auto Workers, el International Longshore Warehouse Union, el National Maritime Union, y el United Steelworkers of America, tenían grandes facciones procomunistas y líderes de esa orientación política, entre los cuales se incluían varios asociados al Congreso Nacional de Trabadores Negros y otros grupos de derechos civiles vinculados directamente con el Partido Comunista de Estados Unidos.
Muchos demócratas de Roosevelt tenían una apreciación muy positiva de la Unión Soviética y del papel que ésta desempeñó en la derrota del fascismo. No tenían objeción alguna a alinearse con el Partido Comunista y su entorno político en asuntos locales.
Así se mantuvo el balance de fuerzas de izquierda y derecha hasta que, en 1946, comenzó la operación represiva anticomunista de la Guerra Fría bajo Harry S. Truman, reemplazante de FDR.
Durante ese período de terror fascista contra la izquierda los primeros blancos de la caza de brujas fueron demócratas que pertenecían a la facción de izquierda populista y pro-soviética afianzada dentro del propio partido.
Alger Hiss, funcionario del Departamento de Estado que había desempeñado un papel clave en la fundación de las Naciones Unidas, fue uno de los primeros en ser objeto de demonización y acusación de ser agente soviético para terminar encarcelado por perjurio. Tanto demócratas como republicanos, fueron duramente reprimidos por sus propios partidos durante este período.
Ahora, con la llegada del trumpismo, todo parece indicar que se avecinan nuevos tiempos difíciles para los obreros, profesionales e integrantes progresistas de la clase media estadounidense. Julio 2 de 2018.
Este artículo se puede reproducir citando al periódico POR ESTO como fuente.
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