Cabalgando con Fidel
[Riding with Fidel] by Raúl Torres
Song composed by Raúl Torres
Author: Raúl Torres | Internet@granma.cu
December 1, 2016 02:12:10
A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.
They say these days
Camilo and Marti have been seen
Riding along on Revolution Square.
And that leading the caravan
Slowly trots a riderless horse
For you.
Open are the wounds that never heal
Of the men and women
who will never let you go.
Today our hearts beat in that square
It hurts so, but your people
do not want to see you go.
Man: the grateful ones are with you.
We shall all miss your great deeds.
Even Death cannot believe it took you.
Man: we learned to know you’d be eternal.
Just as Olofi and Jesus Christ,
There is not a single altar without a light for you.
Today I don’t want to call you, Comandante;
nor ‘barbudo’ nor ‘gigante’.
Or everything I know of you.
Today I want to shout “father of mine”
Do not let go of my hand
I still cannot walk without you.
Man: the grateful ones are with you.
We shall all miss your great deeds.
Even Death cannot believe it took you.
Man: we learned to know you’d be eternal.
Just as Olofi and Jesus Christ,
There is not a single altar without a light for you.
Man: the grateful ones are with you.
We shall all miss your great deeds.
Even Death cannot believe it took you.
Man: we learned to know you’d be eternal.
Just as Olofi and Jesus Christ,
There is not a single altar without a light for you.
They say that the square this morning,
Is completely full of horses,
Coming from far beyond.
A desperate crowd
of heroes with wings on their backs
Who have gathered there.
And leading the caravan
Slowly trots a riderless horse
For you.
Raúl Torres
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Cabalgando con Fidel (+Video)
Canción compuesta por Raúl Torres
Autor: Raúl Torres | internet@granma.cu
1 de diciembre de 2016 02:12:10
Dicen que en la plaza en estos días
se le ha visto cabalgar
a Camilo y a Martí.
Y delante de la caravana
lentamente sin jinete,
un caballo para ti.
Vuelven las heridas que no sanan
de los hombres y mujeres
que no te dejaremos ir.
Hoy el corazón nos late afuera
y tu pueblo aunque le duela
no te quiere despedir.
Hombre, los agradecidos te acompañan
Cómo anhelaremos tus hazañas.
Ni la muerte cree que se apoderó de ti.
Hombre, aprendimos a saberte eterno.
Así como Olofi y Jesucristo,
no hay un solo altar sin una luz por ti.
Hoy no quiero decirte, Comandante,
ni barbudo, ni gigante
todo lo que sé de ti.
Hoy quiero gritarte «padre mío»,
no te sueltes de mi mano,
aún no sé andar bien sin ti.
Hombre, los agradecidos te acompañan.
Cómo anhelaremos tus hazañas.
Ni la muerte cree que se apoderó de ti.
Hombre, aprendimos a saberte eterno.
Así como Olofi y Jesucristo,
no hay un solo altar sin una luz por ti.
Hombre, los agradecidos te acompañan.
Cómo anhelaremos tus hazañas.
Ni la muerte cree que se apoderó de ti.
Hombre, aprendimos a saberte eterno.
Así como Olofi y Jesucristo.
No hay un solo altar sin una luz por ti.
Dicen que en la plaza esta mañana,
ya no caben más corceles
llegando de otro confín.
Una multitud desesperada
de héroes de espaldas aladas
que se han dado cita aquí.
Y delante de la caravana
lentamente sin jinete,
un caballo para ti.
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