«Luchamos
porque somos hijos de la democracia»
En directo, desde Santiago, para JR. Anuncian los
secundarios chilenos la entrada de su movimiento en una nueva
etapa
Marina Menéndez
Quintero
mmenendez@jrebelde.cip.cu
http://www.juventudrebelde.cu/2006/abril_junio/junio-11/mundo_luchamos.html
Que la educación retorne al Estado. Esa es la
demanda esencial que mantienen los estudiantes secundarios de
Chile, luego de tres semanas de movilizaciones y tomas de
colegios que los han dejado ciertamente agotados, pero no
rendidos. Satisfechos, pero en pie de lucha aún.
Consideran exitoso el resultado de la protesta,
que llegó a nuclear a más de un millón de adolescentes y a
muchos profesores y padres en Santiago, la capital, y en otras
importantes ciudades del país.
Observadores calificaron la movilización como la
más contundente de los últimos 30 años en Chile, y destacaron la
capacidad organizativa de los muchachos, su firmeza y coherencia,
con lo cual ganaron la atención de la presidenta Michelle
Bachelet, y su aquiescencia a una buena cuota de las demandas de
los liceos.
El viernes último declararon el cese del paro
iniciado una veintena de días atrás, pero ahora se inicia «otro
ciclo», explicó a JR, vía telefónica, César Valenzuela, uno de
los voceros de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes
Secundarios de Chile, cabeza de la movilización.
César sueña viajar a Cuba, y saluda calurosamente
a sus colegas de la Isla. Tiene apenas 17 años y cursa el cuarto
y último curso de la enseñanza media; pero habla con la
seguridad de un dirigente de experiencia.
—¿Cuál es esa nueva etapa de lucha?
—En un primer ciclo habíamos convocado a
movilizaciones, y en el segundo a paros indefinidos y tomas de
colegios. La etapa que se inicia ahora es de información, para
tratar de generar un proyecto de ley que cambie la estructura de
la educación chilena.
—¿Cómo la cambiarían?
—En Chile no existe el concepto de Estado-docente.
No es el Estado el que brinda la educación; esta se encuentra a
cargo de los gobiernos locales que aquí se llaman
municipalidades...
—¿Tiene eso relación con la Ley Orgánica
Constitucional impuesta durante el régimen de Pinochet, que
ustedes han protestado?
—Exactamente. Esa es la última ley que dicta
Pinochet. Y estipula, entre otras cosas, que cualquier persona
puede abrir y cerrar establecimientos educacionales sin tener
conocimientos pedagógicos, de modo que nosotros pasamos a ser un
simple número económico, más que involucrarse el Estado en la
calidad de la educación. El Estado solamente brinda el dinero
—muy escaso, por demás— por cada educando en clase.
—¿Qué ha significado para ustedes estar tres
semanas ocupando los planteles, en la calle, enfrentando a los
uniformados?
—Sin dudas, este tiempo durmiendo en malas
condiciones, comiendo mal, ha generado un agotamiento. Pero
sabemos que esto no lo podemos dejar por agotamiento. Iniciamos
otra fase.
—¿Cómo valoran los anuncios formulados por la
presidenta Michelle Bachelet a tenor de sus exigencias?
—Bien. Creo que la Presidenta ha abierto nuevos
caminos para los estudiantes. Pero aún falta, y eso es lo que
estamos reclamando.
—¿Dónde estarían esos «nuevos caminos»?
—Tú sabes que de todas maneras el gobierno, por
sí solo, no tiene la facultad de cambiar ciertas leyes, por
ejemplo. Eso lo tiene que hacer el Parlamento. Y los
legisladores han hecho un compromiso con nosotros de crear,
juntos, un proyecto de ley que pueda ser aprobado.
—¿Qué diría esa legislación?
—Nosotros queremos que la educación retorne al
Estado, directamente al Estado.
—¿Qué demandas respondidas hay después de este
período de movilizaciones?
—Vamos a tener un pase escolar para el transporte
que nos reduce el dinero que hay que pagar, todos los días de la
semana y las 24 horas del día. Para el 80 por ciento de los más
pobres, será gratuita la prueba de selección universitaria, es
decir, la prueba para postular a la universidad.
—Cuando uno mira a Chile, observa una gran
beligerancia de ustedes, los más jóvenes. ¿A qué atribuyes esta
combatividad juvenil?
—¿Sabes lo que pasa? A raíz de esa horrible
dictadura que tuvimos, muchos de las generaciones anteriores,
cayeron. Surgió la generación del «no estoy ni ahí», del
conformismo... Pero nosotros somos hijos de la democracia,
nacimos en democracia, y es por eso que vamos a seguir peleando
por lo que consideramos justo.
(Con la colaboración de la colega de Radio
Rebelde, Ana Teresa Badía) |