PARADÓJICO TEMA DEL
TURISMO
ESTADOUNIDENSE EN CUBA
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Cristóbal Colón no fue el primer turista que visitara Cuba pero,
sin dudas, ha sido el principal propagandista del turismo hacia
la isla caribeña que recuerda la historia. Según algunos
historiadores, Colón escribió o declaró que se trataba de "la
tierra más hermosa vista por el ojo humano". Claro que, luego de
varios meses de navegación a través del Atlántico con sólo agua
de mar a la vista, el almirante genovés pudo no haber sido
totalmente objetivo en su evaluación que, no obstante, ha
servido para promocionar los atractivos de Cuba para el turismo
en todo el mundo durante siglos.
Es paradójico el tema del turismo en Cuba. Cuando nació la
república neocolonial tras la ocupación estadounidense que
frustró el triunfo de la guerra independentista, dos fuertes
tendencias influirían en el futuro del turismo estadounidenses
hacia Cuba: los que querían que Cuba fuera un vecino decente y
quienes sostenían que debía servir como lugar de diversión donde
los ciudadanos estadounidenses hallaran cosas que en su país
estaban vedadas por las leyes, la moral y las costumbres.
Entre 1915 y 1930, el turismo se convirtió en la tercera fuente
de divisas para Cuba, tras el azúcar y el tabaco. Contribuyó a
ello el hecho de que Estados Unidos llevaba a cabo entonces una
campaña contra la violencia, los vicios y la corrupción que
incluía la Ley Volstead, también conocida como “la prohibición”.
Una combinación de la gran depresión de los años 30, el fin de
la prohibición, y la II Guerra Mundial dañó gravemente a la
industria turística de Cuba. El "turismo" en Cuba se limitó
entonces a los hijos de muchas familias adineradas
estadounidenses que cumplían sus deberes militares en las
tranquilas bases militares en Cuba, lejos de los campos de
batalla. Su solvencia económica mantuvo activas las tiendas
turísticas que ofertaban mercancías que solo en el mercado negro
se encontraban por esos días en Estados Unidos. En la década de
1950 comenzaron a visitar la isla turistas comunes en una
cantidad significativa.
En 1946, la delincuencia organizada de Estados Unidos había
realizado en el Hotel Nacional de Cuba una conferencia que
tendría una gran influencia en el turismo cubano porque esbozó
el modus operandi que regiría la relación del crimen organizado
con el turismo en el hemisferio en los años subsiguientes.
Tras esta reunión, la más importante cumbre mafiosa después de
la Conferencia de Atlantic City de 1929, La Habana se convirtió
en ruta preferida para el comercio de narcóticos con EEUU.
En los años cincuenta un millón 700 mil estadounidenses
visitaron La Habana, donde no existían limitaciones para beber,
jugar al azar y otras diversiones no aceptadas social o
legalmente en casa. La llegada de turistas crecía a un ritmo del
8% anual y La Habana empezó a ser nombrada "Las Vegas de
Latinoamérica".
Pero, en los últimos meses de 1958, el turismo internacional
disminuyó casi totalmente debido a la situación intensa de
guerra en el país con las guerrillas en el campo y los
enfrentamientos entre la policía y los combatientes
revolucionarios en las ciudades.
La cohorte de asesinos y torturadores del tirano Batista huyó
del país el primer día de enero de 1959 para establecerse en el
Sur de la Florida. El gobierno revolucionario ordenó el cierre
de bares y salas asociados con la prostitución, el tráfico de
drogas y los juegos de azar que daban la imagen de Cuba como un
paraíso del placer.
En enero de 1961, Estados Unidos declaró los viajes a Cuba
contrarios a la política exterior y el interés nacional
estadounidense y poco después rompió las relaciones diplomáticas
con Cuba. Comoquiera que el 90% de los visitantes eran
estadounidenses, esto determinó la desaparición del turismo
extranjero en Cuba.
En las familias cubanas quedó el sentimiento de que el turismo
estaba estrechamente asociado con los males del capitalismo como
el pandillerismo, el proxenetismo, la prostitución, las drogas y
la degradación social y moral que tuvieron vertiginoso
desarrollo en los años de la dictadura de Batista. De ahí que
fuera acogida con satisfacción su declinar hasta casi
desaparecer durante los años inmediatos posteriores al triunfo
de la revolución.
Ahora, tras el anuncio de que ambos países han iniciado un
proceso conducente a la normalización de sus relaciones, se
habla del eventual levantamiento de la prohibición que rige para
los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.
Del lado Norte las agencias de viajes esperan que el principio
de la fruta prohibida incentive espectacularmente la sed de
viajar a la isla. Del lado Sur se comprende que los beneficios
económicos que derivarán del turismo estadounidense justifican
el riesgo que muchos temen a causa de los malos recuerdos, pero
se sabe que la experiencia que ya Cuba tiene con el turismo
canadiense y el europeo le permitirá garantizar a los turistas
estadounidense una acogida digna, sin los desenfrenos y vicios
que la parte sana de las poblaciones de ambas naciones rechazan.
Mayo 2 de 2015.
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