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¿Cómo me protejo el corazón?
Reducir en un 25 por ciento la carga de enfermedades cardíacas y
cerebrovasculares hasta 2025 es la meta de la Federación Mundial del
Corazón, a la que debemos sumarnos desde la asunción de hábitos de vida
saludables
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Juventud Rebelde
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27 de Septiembre del 2014 23:29:10 CDT
Nuestro corazón, un poco más grande que nuestro puño, es refugio de
sentimientos y emociones —según los poetas—, pero desde el punto de
vista biológico es el órgano más importante del sistema circulatorio,
encargado de impulsar la sangre a todas las células para que nuestros
órganos funcionen y podamos mantenernos con vida.
Sin embargo, ¿cuántas veces nos hemos preguntado en qué medida nuestro
estilo de vida nos impide tener un corazón sano? Alrededor de 17
millones de personas en el mundo fallecen cada año por ignorar esta
interrogante, y en Cuba la cifra asciende a 22 000 a causa de
enfermedades cardíacas, a la par que 8 000 mueren debido a las
cerebrovasculares, padecimientos que se sitúan entre las primeras causas
de morbilidad y mortalidad.
Pensar en lo prevenible de estas dolencias no tiene que circunscribirse
a la jornada de este lunes 29 de septiembre, cuando una vez más se
celebre el Día Mundial del Corazón, pues la única manera de contribuir a
la meta de la Federación Mundial del Corazón en lo concerniente a
reducir en un 25 por ciento la carga de enfermedades cardíacas y
cerebrovasculares hasta el 2025, es haciendo cada día lo que pueda
garantizarnos bienestar.
¿Qué debo cambiar, qué puedo prevenir?
Entre las enfermedades del corazón más frecuentes, las cardiopatías
isquémicas se posicionan en el primer lugar de una lista en la que
también aparecen las insuficiencias cardíacas, los trastornos del ritmo,
las valvulopatías y las cardiopatías congénitas.
Los accidentes hemorrágicos o isquémicos cerebrales, por otra parte,
encabezan la enumeración de aquellas enfermedades de origen vascular,
entre las que se pueden mencionar las derivadas de trastornos vasculares
periféricos o asociadas a enfermedades renales.
Factores de riesgo no modificables como la edad, el sexo o la carga
genética condicionarán la aparición de estas dolencias, explica a
JR
la doctora Marleny Cruz Cardentey, especialista de Primer Grado en
Cardiología del Hospital Hermanos Ameijeiras, en La Habana.
«No podemos transformar los antecedentes patológicos familiares pues el
hecho de que nuestros abuelos y padres hayan padecido enfermedades de
este tipo favorece que se nos presenten a nosotros, como tampoco podemos
luchar contra el tiempo pues la edad, el envejecimiento, propicia la
aparición de la aterosclerosis, entendida como la enfermedad de
obstrucción de las arterias, principal causa que origina las
cardiopatías isquémicas, por ejemplo.
«El ser hombre o mujer condiciona para los primeros una mayor
probabilidad de presentar este tipo de dolencia, y es este otro factor
no modificable. Sin embargo, sí podemos actuar frente a los hábitos
tóxicos como el tabaquismo y el alcoholismo, la asunción de una dieta
saludable y la práctica sistemática de ejercicio físico», apuntó.
También el hábito de fumar duplica el riesgo de padecer enfermedades
cardíacas y cerebrovasculares pues la nicotina y otras sustancias
presentes en el cigarro alteran la función normal de las arterias y por
consiguiente, la del corazón, afirma el cardiólogo Alfredo Dueñas
Herrera, jefe del Departamento de Cirugía Preventiva del Instituto de
Cardiología y Cirugía Cardiovascular, quien insiste en que la ausencia
de regulaciones legales más estrictas en relación con el tabaquismo y el
poco respeto de las existentes en diferentes espacios sociales crea un
clima favorable a la tolerancia de este hábito y por tanto, al futuro
padecimiento de estas enfermedades.
«Si los hombres consumen más de 60 mililitros de alcohol a diario y las
mujeres, más de 30 se “dispara” un elemento nocivo que atenta contra las
normales funciones de nuestro aparato circulatorio», agrega.
El también profesor consultante de la Facultad Manuel Fajardo de la
Universidad de Ciencias Médicas de La Habana destaca que la cultura
alimentaria de la población cubana favorece la aparición de estos males.
«Privilegiamos en nuestra dieta los alimentos más dañinos, no los
combinamos de la manera correcta, nos excedemos en la cantidad de sal y
grasa y además, no manejamos bien los horarios de comida, todo lo cual
atenta contra un estilo de vida saludable».
Coincide con el especialista su colega Cruz Cardentey cuando asevera que
las dislipidemias o trastornos para el metabolismo de los líquidos, que
inciden en la aparición de enfermedades cardiovasculares, pueden
evitarse simplemente si se mantiene una dieta sana y equilibrada, con la
incorporación de más frutas y vegetales y la ingestión de menos
alimentos ricos en colesterol.
«La misma cantidad de dinero que destinamos a comprar un pan, una pizza,
un dulce, un plato de spaguettis o de papas fritas puede utilizarse para
comprar pepino, habichuela, zanahoria, col, tomate y otros vegetales. Su
presencia en las comidas permite que la absorción de la grasa a nivel
intestinal sea menor y con ello, podemos evitar algún tratamiento basado
en determinados medicamentos».
Disminuir la sal en la elaboración de las comidas es esencial, añade
Dueñas Herrera, en tanto esta es una causa directa de la hipertensión
arterial, enfermedad crónica no transmisible que más tarde propicia la
emergencia de enfermedades cardíacas y cerebrovasculares.
«Enfrentar el sedentarismo y los bajos niveles de ejercicio físico que
predominan en nuestra cotidianidad, y asumir conductas responsables en
relación con la dieta desde edades tempranas es lo que realmente puede
garantizarnos un excelente estado de salud», acotó.
—¿Cuán frecuente
puede ser el padecimiento de estas enfermedades en jóvenes?
—No es común que un joven o un adolescente presente padecimientos
asociados al corazón, aunque se han reportado casos de infartos en
quienes no sobrepasan los 30, los 35 y hasta los 40 años de edad.
«No obstante, sí es frecuente encontrar a hipertensos jóvenes y menores
de 18 años, y ya sabemos que padeciendo esta enfermedad crónica, es
mayor el riesgo de padecer cardiopatías isquémicas y otras. Recientes
investigaciones arrojan que entre los fumadores, el 11 por ciento
comenzó a hacerlo antes de los diez años, y este hábito tóxico —que ha
disminuido en la población en general pero no en los jóvenes— incidirá
favorablemente en la emergencia de estos padecimientos».
Lo importante es que desde la adolescencia y la juventud se ponderen
hábitos de vida saludables, afirma la especialista Cruz Cardentey, y
para ello la educación familiar y escolar deben situarse en la misma
línea, subrayó el galeno.
La prevención de los padecimientos, en especial los asociados al corazón,
siempre será la mejor vía para enfrentarlos, enfatiza la especialista
Cruz Cardentey, aunque las instituciones de nuestro Sistema de Salud
cuenten en todo el país con una red dotada de medios diagnósticos y
terapéuticos para atender dolencias de ese órgano, la cual incluye desde
los medicamentos hasta la revascularización quirúrgica coronaria y el
tratamiento intervencionista coronario percutáneo.
Siempre será menos costoso evitar que curar, asegura Dueñas Herrera. «Al
Sistema de Salud cubano le golpea el bloqueo estadounidense en lo
referente a la compra de equipos, piezas de repuesto, medicamentos y no
siempre la voluntad y la solidaridad de otras naciones puede ser la
solución a nuestras necesidades. Sin embargo, y es el sentido humano lo
que se debe destacar, la salud de la población es el interés primordial
del país y se refleja en el valor que se le da a su cuidado de manera
preventiva y no curativa, cuando ya el mal halló lugar», reflexionó el
doctor.
Aliviar el estrés
Uno de los factores que más puede incidir en la aparición de
enfermedades crónicas que afectan al corazón es el estrés. Les
proponemos algunos consejos que pueden ayudar a aliviar estas tensiones
de la vida diaria.
Lo primero es identificar la causa del estrés y practicar técnicas de
relajación. Es importante mantener un estilo de vida que conjugue la
actividad física, reírse, socializar con los amigos y conocer los
límites de uno mismo ante situaciones de tensión emocional.
Se debe dedicar tiempo a un hobby, tener más contacto con la naturaleza,
hacer cosas creativas como pintar, escribir o algún trabajo manual.
El adecuado uso de la respiración es uno de los métodos de relajación
que más se utilizan para aliviar el estréss, ya que permite que la mente
esté consciente y activa. Pero para que resulte efectiva, basta con
intentar practicarla dos veces al día por diez minutos cada vez.
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