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Mamá por naturaleza
Como describió alguna vez Gabriel García Márquez, solo una madre
“sabe llevar de la mano entre las tinieblas de una realidad que
conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor
con menos luces”
Autor: Martha
María Mariño | internet@granma.cu
9 de mayo de 2014 22:05:27
Con la misma dedicación que en el hogar las mujeres en las FAR
llenan de ternura las tareas de su profesión. Foto: Anabel
Díaz
Como describió alguna vez Gabriel García Márquez, solo una madre
“sabe llevar de la mano entre las tinieblas de una realidad que
conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor
con menos luces”. Estas son cosas solo de mujeres, me atrevo a
afirmar, aunque cualquiera pudiese nombrar la alegoría como
feminismo soberbio.
Pero no se trata de feminismo, sino de la realidad de Mileydis,
Mayra, Carmen y Evilenny. Todas ellas, además de madres, amigas,
educadoras, asumen en sus hombros la seguridad nacional tal cual
se tratase de la seguridad para sus propios hijos. Son una
representación fidedigna de las madres en las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR).
La doctora y máster Mileydis Pozo Calderón, por ejemplo, es la
jefa de Servicios de Especialidades Clínicas en el Hospital
Naval, cuyo esfuerzo personal la ha ayudado a dividir las horas
del día entre consultas de Neumotisiología, las clases de
Morfofisiología a galenos, diplomados, maestría y los repasos a
su hija pequeña, actividades escolares, labores domésticas y
complicidad de esposa.
“Ser médico demanda bastante sacrificio y horas de estudio luego
de terminar todas las tareas en la casa. Ser médico en las FAR,
además, exige mayor compromiso en la disciplina durante el
cumplimiento de ese deber; pero si volvería a vivir escogería la
misma profesión y por supuesto, volvería a formar la familia que
hoy tengo. Si las mujeres nos hemos ganado tantos espacios en la
sociedad pues hay que saber defenderlos”, afirmó.
Opinión que también comparte la licenciada en enfermería Mayra
Hechavarría Simonó, quien lleva trabajando en esa misma
institución 25 años, de los cuales 19 los ha dedicado al
departamento de Hemodiálisis, donde los pacientes forman ya
parte de su familia.
“Son pacientes con insuficiencia renal crónica, por tanto son
personas muy sensibles. Sus padecimientos los vivimos juntos por
varios años, por tanto resulta difícil desligarse de ese
sufrimiento ajeno. Soy madre e hija también y sé lo que se
siente al tener a un ser amado en esas condiciones, por eso es
un reto y una prioridad para mí ayudarlos a salir adelante”,
refirió Mayra, jefa del Departamento de la especialidad.
Pero esa pasión es general en todas las esferas de la vida
militar. La teniente coronel Carmen Feteira Rodríguez es Máster
en informática y su responsabilidad es garantizar el óptimo
funcionamiento de la Academia de las FAR General Máximo Gómez
“Orden Antonio Maceo”, como la jefa del Centro de Automatización.
“Tenemos un grupo de desarrollo de software donde se crean
aplicaciones en función de la instalación docente, se gestiona
la informática del campamento, y un grupo de Soporte que es la
parte que se dedica a las aplicaciones”, explicó Carmen.
“Toda la docencia de la academia en general, depende de la
informática. El aseguramiento a todo eso garantiza que la
docencia y el resto de las actividades, den vida al centro.
Mantenerla es nuestra responsabilidad”, añadió.
Se trata de una cualidad intrínseca que las convierte en ideales
ante cualquier tarea que se les encomiende. Solo un justo
referente a la naturaleza de mujer que tantas victorias han
sumado a la historia nacional y las han forjado como Marianas,
Celias, Vilmas, Amalias, símbolos de valor que dejaron de legado
para todas las féminas el modelo de la mujer cubana: abnegada,
dulce e inteligente, de fuerte convicción patriótica.
Son cualidades —recalco— que como madres de los hombres de la
nación, orientan el destino de sus hijos hacia el camino
correcto para fundirlos como líderes y héroes. Como es el caso
de la teniente coronel Evilenny Camejo Rodríguez. Ella, desde
hace casi cuatro años, se desempeña en una unidad de tanques del
Ejército Occidental.
“Es difícil porque tengo dos niños pequeños y el trabajo
requiere de un tiempo prácticamente completo, no tenemos ni
sábado ni domingo, ni horas libres”, asintió. Sin embargo, nada
es imposible cuando se tiene al lado a “un compañero que te
ayuda en todo”.
“Mi esposo y yo tenemos un trato. Como él es oficial de mi
unidad, hemos establecido que siempre uno de los dos debe
acompañar a los niños, en dependencia del rigor de trabajo de
cada uno. Pero esto es resultado del entendimiento y la
complicidad durante los 20 años que ya llevamos juntos”, alegó.
Ejemplos como el de estas féminas no solo acreditan el sentir de
las madres para orientar el destino de sus hijos hacia el camino
correcto, sino que la profesión de la grandeza más que virtud es
un legado del esfuerzo, la disciplina, y, sobre todo, la
motivación por alcanzar los sueños propios.
http://www.granma.cu/cuba/2014-05-09/mama-por-naturaleza
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