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La Isla Desconocida navega
en pos de sí misma, la utopía en pos de la utopía, buscándose y
hallándose siempre a medias, en mares cercanos a los dominios
reales.
Datos personales
-
Enrique Ubieta Gómez
- Ensayista y
periodista. Es autor de los libros Ensayos de identidad
(1993), De la historia, los mitos y los hombres (1999), La
utopía rearmada (2002), Venezuela rebelde (2006) y Cuba, ¿revolución
o reforma? (2012), entre otros. Integró el equipo de
redacción de la Historia de la literatura cubana en tres
tomos, que preparó el Instituto de Literatura y Lingüística.
Fundó y dirigió la revista Contracorriente (1995 - 2004) y
la Videoteca Contracorriente del ICAIC (2003 - 2007).
Actualmente dirige La Calle del Medio, publicación de
opinión y debate. Recibió en 2002 la Distinción por la
Cultura Nacional y en el 2011 la Orden Félix Elmuz
El falso mapa de Ted Henken.
![](http://4.bp.blogspot.com/-MAWx4sqvVTU/TfGieHvIzgI/AAAAAAAACtM/Yk1V9Ik8PMk/s400/blogosfera.jpg)
Enrique Ubieta Gómez
Uno de los grandes obstáculos que ha enfrentado Estados
Unidos en su guerra de subversión contra el gobierno
cubano, ha sido la carencia de auténticos líderes
sociales con un perfil contrarrevolucionario. Si en
Polonia existía un Lech Walesa, indiscutible líder
sindical anticomunista, en Cuba no aparece, en el
espectro de la magra contrarrevolución interna, ninguna
persona que haya sido alguna vez líder de su comunidad,
de su fábrica, de su sindicato. Los llamados “líderes”
de la contrarrevolución lo son en virtud de un
“nombramiento” externo, mediático, y solo funcionan
frente a una cámara de CNN o de TVE o en virtud de
premios y designaciones de revistas pertenecientes a
grandes corporaciones. Esto es válido especialmente para
“figuras” como Yoani Sánchez. Los intentos de sacarla a
la calle han fracasado. Hablo de ausencia de liderazgo
popular.
Los ideólogos de la subversión –que no son cubanos, por
supuesto--, lo saben, y necesitan de dos o tres anillos
de contacto que amplíen el alcance de los falsos líderes.
En el caso de la blogosfera el primer anillo es por
supuesto el de la contrarrevolución abierta, y lo
integran personas como Yoani, sean o no de su círculo de
influencia. Es un anillo tan pequeño y viciado, tan
implicado en contubernios trasnacionales, que es
invisible para la sociedad cubana. La mayoría de las
personas en Cuba supieron de su existencia por el
programa Las razones de Cuba de la televisión
cubana. Pero la causa de su invisibilidad no es la poca
o nula difusión que el Estado que intentan subvertir da
a sus escritos –en la historia de los conflictos
sociales nunca ha sido ese un obstáculo insalvable,
cuando se trata de líderes auténticos--, sino la poca
legitimidad de sus integrantes, sus nexos públicos con
embajadas de gobiernos extranjeros que trabajan
abiertamente (y financian) la subversión del gobierno
local. Por eso existe un segundo anillo menos enfático,
“rebelde”, “no comprometido”, que enciende el
intermitente hacia la izquierda y dobla hacia la derecha.
Es el caso de Havana Times. Algunos de sus miembros
cultivan la atractiva y falsa rebeldía que promociona el
mercado, la que no parece conducir hacia ninguna parte,
y acaba el recorrido en el garaje capitalista. Uno de
los blogueros de este grupo se presenta así: “estoy muy
bien definido políticamente: soy un agrio opositor de
los mandones, los abusadores, los impositivos, los que
se creen con la verdad etc. pónganse estos el traje que
se pongan”. El lector, naturalmente, piensa que se
refiere al imperialismo norteamericano: arrogante,
abusador, impositivo, que se cree en posesión de una
verdad absoluta y universal. Sin embargo, veremos más
adelante cómo este autor aclara en sus escritos la
posición que comparte. Ted Henken lo define así: “Havana
Times es un experimento del norteamericano Circles
Robinson (…) Quiso abrir el mundo cerrado del periodismo
oficial cubano, por lo que fundó Havana Times: un sitio
bilingüe inglés-español, con la propuesta de hablar
sobre Cuba al mundo ‘con una mente abierta’, según la
declaración de bienvenida al sitio.
Es decir, intenta ser una alternativa al periodismo
oficial sin escorarse hacia una crítica feroz ni a una
alabanza sin fisuras. Como indiqué antes, esta
independencia requiere una autonomía editorial y
económica que se logra, irónicamente, a través de un
yuma, Circles, quien financia el portal. (…) Havana
Times, como Voces Cubanas, cuenta con un equipo o red
ciudadana de traductores voluntarios, muchos de los
cuales viven en EEUU, y sobrevive gracias a su bajo
presupuesto y a la generosidad de Circles Robinson,
quien no solo mantiene el sitio, sino que paga sus
colaboraciones a quienes escriben en él”. Pero este
segundo anillo tampoco tiene el alcance deseado, a pesar
de su camuflaje tercerista e izquierdoso. Curiosamente,
está amparado por el dinero de un yuma que incluso paga
las colaboraciones, como dice El Yuma Ted.
Los grupos restantes que se presentan no son anillos del
sistema opositor, sino espacios de participación de la
Revolución. Espacios institucionales, en los que jóvenes
blogueros revolucionarios, como el de la profesora
universitaria Elaine Díaz o el de los jóvenes profesores
y estudiantes matanceros de La Joven Cuba, abren por
iniciativa propia. La estrategia de Henken y demás
compinches es dividir la blogosfera revolucionaria:
separar a los más jóvenes de los menos jóvenes, creando
una zona supuestamente minada de intransigencia, de la
que los demás deben diferenciarse. Zona que comparten
los extremos a favor y en contra; sin embargo, elogia y
propone el diálogo con la que se pronuncia abiertamente
por la contrarrevolución. El objetivo de Henken está
claro. Con cierta candidez mediática insinúa su
propuesta, disfrazada de asombro: “Entre estos cuatro
grupos hay muy poca relación. Apenas se conocen (…) Son
cautelosos al hablar entre sí, dadas sus muy diferentes
posiciones políticas. Hay desconfianza mutua. Pero los
de Voces Cubanas me dijeron que en el pasado habían
intentado entrevistar a Elaine Díaz y a los de La Joven
Cuba, tender puentes, crear un diálogo, o intentarlo. Lo
cual, para La Joven Cuba y Bloggers entraña un problema:
si dialogan, aunque sea desde la diferencia, esto sería
un modo de reconocimiento a los que han sido calificados
oficialmente como mercenarios. Si se niegan a ello,
ponen en duda su presunta independencia”.
El anzuelo está oculto en el trozo de pescado que ha
sido lanzado al mar. Porque la blogosfera
contrarrevolucionaria no tiene capacidad propia de
diálogo con la sociedad cubana y necesita del liderazgo
que solo los jóvenes de la Revolución, los que acceden
al ciberespacio por voluntad propia, pueden proporcionar.
Ese soñado tercer anillo sería el único capaz de
conectar al más estrecho y francamente subversivo –que
simboliza Yoani, el extremo en contra--, con la sociedad
cubana. Conozco a los muchachos de La Joven Cuba, hemos
conversado largamente en la Universidad de Matanzas, y
admiro el trabajo que realizan. Por eso resulta ofensivo
el intento por desmembralos del universo revolucionario,
al que pertenecen por derecho propio. En un post
reciente de Erasmo Calzadilla, el autor antes citado en
su autopresentación de Havana Times, se hace un extraño
elogio de La Joven Cuba. Extraño, porque Erasmo no
expresa entusiasmo por ninguno de los post que
diariamente publica el blog, sino por el carácter
abierto de sus comentarios que, según dice, en un 99.
99% responden a la pregunta “¿qué es mejor, el
socialismo o el capitalismo?”, para enseguida precisar:
“Predominan en número y calidad (a juicio mío) los
detractores del ‘socialismo’. Pongo las comillas porque
son detractores del régimen cubano, al que yo no
llamaría de este modo”. ¿Es realmente un elogio de La
Joven Cuba? A pesar de su franca toma de partido –que
clarifica en definitiva su “muy definida posición
política”--, Erasmo que pasa la mano compasivamente al
revolucionario Tatu y aplaude la brillantez del
contrarrevolucionario El Vice, quiere que sean una
Familia (en toda familia hay discusiones), y que dejen
de pelear, para que “el polvo que levantan [no impida]
ver otra Cuba”. ¿Otra…? Sí, ni socialista, ni
capitalista. Imposible propuesta que sigue la
recomendación del profe Ted. Puedo estar o no de acuerdo
con algunas opiniones de mis compañeros de las
universidades habaneras o de Matanzas, pero jamás se me
ocurriría pensarlos ajenos a mis desvelos. Ellos son
parte de la rica experiencia de participación ciudadana
de la blogosfera revolucionaria, en la que no existen
dos o tres “tendencias”, sino toda la diversidad de un
país en Revolución. Ni los muchachos de La Joven Cuba
sentirán vergüenza de compartir con Lagarde o conmigo la
trinchera, ni nosotros nos sentiremos traicionados
cuando discrepemos: a diferencia de la blogosfera
contrarrevolucionaria, monótona y monotemática, nosotros
somos diversos porque somos revolucionarios. Somos la
verdadera Familia.
Muy brevemente debo comentar algunas de las “malévolas
ingenuidades” que el profe Ted coloca en
la respuesta a
mi comentario anterior sobre el tema:
a. “Es decir para Ubieta todo gira en torno al dinero,
pero yo diría que el dinero es solo un medio de
intercambio; uno de los muchos posibles, y no malévolo
por naturaleza. Además en este mundo nuestro tan super
conectado no hay nadie absolutamente libre, ni Enrique
Ubieta, ni Raúl Castro, ni Yoani Sánchez, ni Barack
Obama, y por supuesto, tampoco Ted Hanken”. Estamos de
acuerdo en que nadie es totalmente libre, pero cuando el
dinero determina un posicionamiento, la libertad se
reduce al mínimo, ¿o no?;
b. “Dice él que para conseguirlo no depende de ningún 'estado
extranjero'. ¿De quién entonces?” Sin complejos Ted: del
estado revolucionario cubano, es que soy cubano y no
yuma, y soy además revolucionario ¿o es que crees que
sería más libre si dependiera de Estados Unidos?;
c. “Probablemente no gane un salario por lo que escribe,
ni pague dinero para acceder a Internet (parece que no
tuvo muchas complicaciones para leer la entrevista de
Encuentro), pero habría que preguntarse si no paga él
algún precio político o ideológico por su acceso”. Pero
Ted, tu que dices saber tanto del ciberespacio cubano,
¿no sabes que Encuentro envía el contenido de sus
ediciones por la vía del correo electrónico a una larga
lista de intelectuales cubanos, entre los que me
encuentro? Ahí radica tu gran confusión: no pago ningún
precio político o ideológico porque creo en la
Revolución, y asumo su defensa –también la crítica si la
creo necesaria--, como revolucionario que no cobra,
nunca como mercenario (que sí cobra);
d. Ted: la frase de Bush, “el que no está conmigo está
contra mí”, es exactamente lo opuesto a la de Fidel,
“dentro de la Revolución, todo; contra la Revolución
nada”. ¿Debo aclarar que Fidel estaba abriéndole la
puerta a todos los no revolucionarios, que no estaban
contra el proceso revolucionario?
Me he extendido ya demasiado en este post, pero me
parece que es un tema que amerita ser debatido. Ted no
se comporta como un académico conocedor, sino como un
activista que cumple su tarea. Siento haber equivocado
su apellido, no sé si eso pueda ocasionarle algún
problema en su currículo. No sé ni me importa quien le
paga, ni siquiera en su caso si le pagan, pero es
importante desenmarañar sus ideas, insinuaciones y
propuestas, sean abiertas o camufladas.
VEA TAMBIÉN SOBRE LA JOVEN CUBA: Los nuevos Quijotes
matanceros.
http://la-isla-desconocida.blogspot.com/2011/06/el-falso-mapa-de-ted-henken.html
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