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La Habana, miércoles 22 de mayo de 2013. Año 17 / Número
143
A plena
capacidad producción de paneles fotovoltáicos
Ronald Suárez Rivas
PINAR DEL RÍO.— A siete meses de haber comenzado a funcionar a plena
capacidad —algo que nunca había sucedido desde su puesta en marcha hace
12 años— la fábrica de paneles fotovoltaicos de esta provincia mantiene
el compromiso de producir más en el 2013, que a lo largo de toda su
historia.
La
producción, desde noviembre, sobrepasa los 20 mil paneles, con una
capacidad total de generación superior a los cuatro MW.
De hecho, los más de 16 mil 220 módulos fabricados, de enero a la fecha,
implican un sobrecumplimiento del cronograma, que hasta hoy se comporta
al 106 % de lo previsto.
Aunque se dice fácil, el ingeniero Yoandri León, director de la UEB
Energía Fotovoltaica, perteneciente a la Empresa de Componentes
Electrónicos Ernesto Che Guevara, comenta que llegar a este resultado ha
exigido un trabajo arduo que trajo consigo aumentar a más del doble la
plantilla y abrir un segundo turno de trabajo.
"Desde que nos comunicaron la decisión del país de potenciar proyectos
de inyección de energía eléctrica a la red, mediante la generación por
módulos fotovoltaicos, comenzamos a prepararnos.
"Por un lado, nos dimos a la tarea de adquirir piezas de repuesto para
el equipamiento con varios años de explotación, a fin de evitar que una
rotura pudiera interrumpir el proceso y, además, nos dedicamos a
contratar la materia prima", explica.
Para cumplir
sus compromisos productivos, la fábrica ha tenido que crecer de 59
trabajadores a 139.
"Al mismo tiempo, empezamos a impartir cursos de capacitación, con el
propósito de preparar la fuerza necesaria para enfrentar el crecimiento
que nos estaban solicitando".
Con pie derecho
Ello ha permitido saltar de 59 trabajadores que existían en octubre a
139 en la actualidad.
"En el mes de noviembre comenzamos a recibir la materia prima para
producir un número de módulos equivalente a un megawatt (MW) de potencia,
como preámbulo de los 10 MW previstos para el 2013", recuerda Yoandri.
"Inicialmente se estableció un turno de trabajo, luego dos, y finalmente
se incorporó un tercero en el laminado, un proceso en el que se
encapsulan los módulos.
"Se trata de un paso que demanda mayor tiempo tecnológico, del que
depende que los paneles alcancen una durabilidad superior a los 20 años".
En los siete meses transcurridos desde entonces, la producción sobrepasa
los cuatro MW de potencia, de los cuales, más de la mitad ya están
siendo instalados en distintos sitios del país, con el propósito de
aportar energía al sistema eléctrico.
"A pesar de tener equipos funcionando de forma continua, las 24 horas,
no hemos sufrido interrupciones prolongadas, gracias a las precauciones
tomadas de adquirir repuestos y al apoyo del personal de mantenimiento
que posee nuestra empresa, con un alto nivel de capacitación", reconoce
Yoandri.
Mayor ahorro y menor contaminación
Destinada en su totalidad a la Unión Eléctrica, hasta el momento la
producción se ha concentrado en los módulos de 185 watts (W), y a partir
de julio prevé la incorporación de un segundo modelo, de 240 W.
No obstante, el director de la UEB asegura que de acuerdo con las
exigencias del cliente, la industria está en condiciones de elaborar una
amplia gama de surtidos, a partir de los 2 W, para las más variadas
aplicaciones.
"En estos momentos, por ejemplo, se trabaja paralelamente en proyectos
para su utilización en el bombeo de agua en sitios aislados y para
alimentar sistemas de regadío", precisa.
En todos los casos, dice, manteniendo un riguroso control de calidad,
que ofrece garantía por espacio de una década contra defectos de
fabricación, y asegura una degradación de potencia inferior al 20 % en
25 años. O sea, que al cabo de ese tiempo, los módulos salidos de esta
industria conservarán como mínimo el 80 % de su capacidad de generación
inicial.
"Durante mucho tiempo, el empleo de la energía solar estuvo frenado por
el precio elevado de las materias primas, pero eso ha ido cambiando, lo
que permite que se pueda amortizar el costo de la inversión en un
periodo relativamente corto", comenta Yoandri.
"Gracias a esto, su utilización —en un inicio limitada a las zonas
apartadas, donde resultaba muy difícil acceder con los tendidos— se ha
ampliado considerablemente".
Para nuestro país, el aprovechamiento de esta energía resulta
particularmente viable, teniendo en cuenta el nivel de radiación solar
que se mantiene prácticamente durante todo el año.
"En el caso de su utilización para la inyección a la red eléctrica,
permite un ahorro sustancial de los combustibles fósiles que se emplean
actualmente con el mismo fin, los cuales provocan altos niveles de
contaminación.
"Por ello, además de las ventajas desde el punto de vista económico, sus
efectos en el plano ambiental también son muy importantes", destaca
Yoandri.
De ahí el empeño de la industria pinareña —cuya producción en 12 años
había alcanzado una capacidad total de generación de 8,7 MW— en
demostrar que está en condiciones de hacer mucho más para apoyar el uso
de una energía limpia, que la naturaleza entrega gratuitamente todos los
días, tras la salida del sol.
http://www.granma.cubaweb.cu/2013/05/22/nacional/artic01.html
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