A MODO DE INTRODUCCIÓN.
El tema racial, probablemente
sea él más complejo,
“desconocido” y difícil de
nuestra realidad social. Ningún
asunto provoca tanta inquietud,
preocupación y recelo.
No es difícil encontrar
personas que no desean escuchar
nada sobre el tema y que
soslayan hacer comentario
alguno cuando del problema
racial se trata.
El tema racial esta íntimamente
vinculado a otros, tales como:
la economía, los derechos
humanos, la desigualdad, la
equidad, la justicia social, la
marginalidad y la discriminación
religiosa, entre otros.
Las potencialidades del tema son
muy complejas. Depende de
quienes lo manejen y los
objetivos con que lo hagan. Su
arista negativa viene dada por
el alto componente potencial de
división social que posee. Su
lado positivo, esta
íntimamente vinculado a la
búsqueda de la integralidad
cultural y social y a la lucha
por la verdadera unidad nacional.
Sin embargo, hasta ahora, al
tema racial se le ha tratado,
casi siempre, mas bajo el temor
de provocar la división social,
que por sus componentes
positivos. Razón por la cual,
la atención que se le ha
prestado, hasta hoy, se ha
caracterizado mas por el
silencio y haberlo diferido
continuamente, dentro del
devenir histórico del país, que
por afrontarlo para su
definitiva solución.
La reacción ante el tema racial,
no admite una segura predicción
de los comportamientos
personales ante el mismo.
Resulta ser él mas soslayado y
esquivado de nuestra realidad
social. Muchos lo consideran
como inexistente, o algo sobre
lo cual no vale la pena hablar.
Las reacciones personales ante
el tema cubren una amplia gama
de actitudes, que transitan
desde la ingenuidad, la honesta
ignorancia, el desconocimiento,
la resistencia, la aceptación,
el temor, la reticencia, el
cinismo y la impotencia, hasta
la cobardía.
Respecto al tema existen
opiniones y enfoques
diferentes, con frecuencia
diametralmente opuestos. Estas
opiniones se tornan divergentes
en problemas tales como: si
existe o no la marginalidad de
negros y mestizos; si las
religiones de origen africano
han sido discriminadas o no; si
se mantiene una hegemonía de la
cultura llamada blanca o no; si
existe o no-racismo. Aunque todo
parece indicar, que las mayores
divergencias están alrededor de
sí el tema racial existe como
tal o no.
Lamentablemente, después de
haber devenido en un tabú, a
principios de los años sesenta,
tenemos hoy, en nuestro país,
un gran atraso en el tratamiento
del tema racial, tanto en el
orden intelectual, como
científico y político. Una
parte importante de nuestra
intelectualidad, ni siquiera lo
menciona en sus enfoques
actuales sobre la realidad
social y cultural de la nación
cubana. Lo cual refleja sin duda
la existencia de concepciones
diferentes, acerca de en que
momento histórico del proceso de
consolidación de la nación nos
encontramos.
Consideramos, que hay que
acabar de aceptar, que a todos
los que hoy somos cubanos, no
nos correspondió el mismo lugar
dentro del proceso de formación
de la nación. Resultando
imprescindible tomar en
consideración las diferencias
aportadas por los distintos
puntos de partida, para lograr
asumir una actitud realista ante
la existencia de los grupos
raciales, las desigualdades
sociales y la problemática
racial en la Cuba de hoy.
Cuando el tema racial sale a
relucir, generalmente, ello se
produce en forma hiriente, de
reprobación o de reclamo de los
“dolientes”, por haberlo
mantenido en silencio. Dolientes
que pueden pertenecer a
cualquiera de los grupos
raciales que componen
actualmente la población cubana,
pues durante estos mas de 40
años la revolución ha logrado
generar en nuestro pueblo, una
ética antidiscriminatoria.
Se pensaba, al triunfo de la
Revolución, que el tema racial
se solucionaría, sin embargo,
reemerge ahora, con la
virulencia propia de los
problemas, que dados como
resueltos, realmente no lo
están. Provocando sorpresas,
disgustos y no poca resistencia
a su aceptación. Por ello,
resurge también en medio de un
cierto “complejo de culpa”, que
limita su abierto reconocimiento;
algo similar a lo ocurrido, al
principio, con la prostitucion,
pero de manera más dramática y
contradictoria.
Soslayar el tema durante tanto
tiempo, deviene actualmente en
un gran reto para la unidad de
la nación cubana. Porque la
unidad nacional, entre otros
caminos, se tiene que lograr
sobre la base del consenso
dentro de la sociedad civil. Por
lo que para que el consenso
social logrado sea real, no
puede existir tema alguno que la
sociedad no pueda debatir
abiertamente, para tratar de
hallarle solución. De lo
contrario, se puede caer en la
demagogia del slogan
republicano, de que “todos
somos iguales “, cuando aun no
es verdad, haciéndose
necesario recorrer todavía un
largo camino, para que ello
deje de ser un deseo o una
declaración de principios, para
pasar a convertirse en una
realidad.
Nuestra sociedad es sin lugar a
dudas multirracial, mas bien
multicolor, pero resta mucho aun
por avanzar, para que esa
multicoloridad, que no es un
simple problema de matices,
domine en todos los ámbitos de
nuestra vida social.
No tratándose tampoco de un
simple problema de
representatividad numérica de
blancos, negros y mestizos, en
diferentes posiciones. Si no de
terminar de asumirnos todos como
lo que somos y lograr compartir
el poder en igualdad de
condiciones. Tal distribución de
poder aparece con mucha fuerza,
porque no todos los grupos
raciales están en condiciones de
imponerse de manera ponderada,
para lograr los equilibrios de
una sociedad realmente
multirracial.
Tema que reconozcamos existe,
siempre se identificara con
asuntos que afectan a algún
sector de la sociedad. No
tratarlos, es dejar brechas a la
inconformidad social y a su
aprovechamiento por parte de los
enemigos del proyecto social de
la Revolución.
La raza o el color de la piel,
es un fuerte fundamento
histórico de las diferencias
socioeconómicas en Cuba. Raza o
color de la piel y estructura de
clase y genero se dan la mano
dentro de la historia cubana.
Los europeos, en particular
españoles, que llegaron con
credenciales de blancos( y así
se quedaron), vinieron a la Isla
como colonizadores, por
voluntad propia, para hacerse
de un proyecto de vida que no
pocas veces lograron. Los negros
fueron cazados o comprados en
las costas de Africa y traídos
como esclavos en los barcos
negreros y eso determino el
lugar que ocuparon, desde el
principio, tanto ellos como sus
descendientes, dentro de la
sociedad cubana colonial
primero y republicana después.
Con los africanos llegados bajo
la forma de esclavos a Cuba, ni
siquiera es posible hablar de
la “... migración de un grupo
étnico, pues esta noción de
grupo no se daba en las
condiciones del trafico de
esclavos...”
“Luego entonces, la influencia
que los negros esclavos
tuvieron en la formación de la
cultura cubana, no puede ser
entendida al margen del tipo de
traumatismos que genero en los
negros esclavos y sus
descendientes, él haber llegado
a Cuba abrupta y violentamente,
trasplantados de su medio
natural y social y del tipo
psicológico que tal fenómeno
genero”.
Se trata de una tragedia muy
difícil de superar, aun y cuando
para las actuales generaciones
de negros y mestizos sea solo
un lejano recuerdo trasmitido.
Por lo que entonces “... todas
las supervivencias de la cultura
africana deben considerarse
siempre a partir de las
condiciones sociales y
sicológicas del hombre africano
“.
Muchas personas aun hoy, pueden
experimentar cierta tristeza al
recordar que sus antepasados
tuvieron que sufrir el fenómeno
de la trata y la esclavitud.
Desde 1886, en que fue
oficialmente abolida la
esclavitud, han pasado solo 119
años. Apenas algunas
generaciones; poco tiempo aun
para olvidar semejante tragedia.
Pero mucho menos aun, si
consideramos que fue solo a
partir de 1959, que la
dirección política
revolucionaria reconoció como
una lacra el problema de la
discriminación racial, el
crimen de la trata y se comenzó
a tomar medidas al respecto.
Aun menos, si consideramos,
que 45 años después, la
discriminación racial es
todavía un asunto no resuelto
dentro de la sociedad cubana.
Por lo que todo vestigio de
prejuicio racial, discriminación
y racismo, actúan negativamente
sobre una memoria histórica, que
tiende a recordar el problema
y lo ve reflejado en lo que
aun no esta superado.
El llamado blanco se
identifico siempre con la
riqueza, el control de la
economía, el privilegio, la
cultura dominante, el poder. El
negro, por su parte, se
identifica siempre con la
pobreza, el desamparo, las
culturas sojuzgadas y
discriminadas, la ausencia de
poder. Lastres que aun no han
sido superados y que todo
parece indicar, determinadas
fuerzas dentro de nuestro
ambiente social, aun pretenden
perpetuar.
No es posible entonces, dentro
de Cuba, en cualquier análisis
que se haga de la realidad
social, soslayar la existencia
de los grupos raciales y del
color de la piel. Algo que solo
un análisis socioeconómico, no
bastaría para caracterizarlo.
Porque encierra componentes
socioeconómicos, pero también
políticos, culturales,
antropológicos, sicológicos.
A pesar de que resulta evidente
hoy, para casi todos los
intelectuales cubanos, que la
masiva importación de esclavos
hacia Cuba, para mantener el
sistema de producción imperante
en la Isla, desempeño un papel
determinante en la formación de
la sociedad, de la nación
cubana y su cultura, aun se
debe avanzar mucho todavía en el
reconocimiento explicito del
papel, que esa masa de
esclavos primero y personas
libres después, desempeñaron en
la formación de la nación.
Esa insuficiencia se manifiesta
claramente cuando nos detenemos
a observar como esta recogido en
nuestra historia y en nuestra
cultura, el componente europeo,
español en particular.
Pero existen todavía en
nuestros días, además de lastres
y deficiencias insuperadas, un
fenómeno de reproducción y
soporte de los estereotipos
raciales negativos, los
prejuicios y la discriminación
racial, que la sociedad cubana
es aun capaz de reproducir y
que continúan afectando
seriamente la situación de
negros y mestizos en la Cuba
actual.Dificultándoles ocupar
el lugar que les corresponde
en la sociedad.
Entre tales problemas, podemos
mencionar algunos muy
importantes, como los
siguientes:
1- La historia de Cuba, escrita,
continua siendo en lo
fundamental, una historia
hegemónicamente blanca.
Existiendo aun muy poco de su
contenido que exprese el papel
desempeñado por los esclavos,
la población negra y mestiza.
2- Las culturas “negras” que
vinieron de Africa, son casi
solo recogidas, en la mayoría
de la bibliografía, como
religión, como folklore; casi
nunca como filosofía, como
cosmogonía y pensamiento,
existiendo pocas excepciones
importantes al respecto.
3-A pesar de los esfuerzos
realizados la literatura y la
intelectualidad africana son
prácticamente desconocidas en
Cuba.
4- Se sabe muy poco de la
historia de esos negros y
mestizos que tomaron en masa
muchos oficios, empleos y se
asentaron en ellos, durante los
siglos XVIII y XIX, generando,
particularmente en La Habana
una cierta clase media.
4- La familia negra o mestiza y
sus redes de parentesco, están
casi ausentes de nuestra
historia escrita, también con
muy pocas y honrosas excepciones.
Lo anterior se ve
retroalimentado por nuestra
televisión, en la que en muy
raras ocasiones, el negro o el
mestizo son mostrados en el
contexto familiar. La familia
negra o mestiza cubana, apenas
aparece en nuestra televisión.
5- Se desconoce de manera cierta
la composición “racial” del
Ejercito Libertador, sin que
hasta ahora exista una
investigación completa sobre el
mismo. Presuponiéndose por
fotografías de la época,
testimonios y otras
informaciones, que estaba
formado por una gran cantidad de
negros y mestizos.
6- De la mujer negra y mestiza
dentro de la sociedad cubana,
durante el siglo XIX y
principios del XX, e incluso
hasta hoy, se conoce muy poco
aun.
Contamos con una amplia
producción literaria, histórica,
cinematográfica, danzaría,
cultural en general, que
reivindica la presencia
africana en nuestra cultura,
pero muy poco de esa encomiable
labor confronta suficientemente
nuestra realidad actual, plagada
aun de estereotipos raciales
negativos, prejuicios,
discriminación racial y racismo.
Por todo ello, se hace necesario,
en varios campos de la
actividad cultural, y de la vida
cotidiana de la republica hasta
hoy, investigar a fondo y
construir obras valorativas
criticas, acerca de la
participación del negro y el
mestizo cubano en la vida
social, política y cultural de
la nación.
Esta necesaria construcción,
mas arriba mencionada,
responde a que resulta
indispensable aportar esa
información valorativa, para que
definitivamente quede registrada
en nuestra historia y se estudie
en nuestro sistema nacional de
educación.
En fin, la necesidad de todo lo
anteriormente expresado, parte
de que lo cubano subsumió al
negro y al mestizo, pero dentro
de un contexto hegemónicamente
blanco, por lo que de ellos
en si mismos ( negros y
mestizos), sabemos aun muy
poco.
Que aportaron el blanco europeo
y el español en particular, a la
cultura cubana y a la formación
de la nación, esta muy
claramente reflejado en la
historia escrita; pero sobre
que aportaron el negro y el
mestizo a ese devenir histórico,
falta aun mucho por investigar,
escribir y sobre todo divulgar.
Todo ello responde, entre otros
factores, a que el llamado
“Blanqueamiento “, no solo fue
una realidad dentro de la
ideología colonial y republicana,
sino que se contaron con
acciones políticas y actitudes
dentro de la sociedad civil,
dirigidas a que esa fuese la
dinámica de la población cubana
.Ya que no era posible devolver
los negros a Africa ( aunque su
propaganda existió, al negar
algunos que los negros no eran
cubanos) y no pocos sostenían
la tesis de que el problema se
resolvería haciendo blanquear a
la población negra y mestiza.
Salvo excepciones de personas
muy conocidas, tal pareciera
como si la historia de Cuba la
hubiesen hecho solo los blancos
de procedencia europea. En
Cuba, al parecer, tenemos la
conciencia de que tal cosa no
es verdad, sino que la historia
la hemos hecho todos los que hoy
somos cubanos, pero en la
practica diaria no se hace aun
lo suficiente para cambiar esa
realidad.
Ello se manifiesta en que no
pocas veces en la relación,
sobre todo con el negro, asoma
ese desconocimiento, bajo la
forma de un sutil temor, por
ignorar mucho aun sobre el tipo
de persona con quien sé
esta tratando. Lo cual se
expresa frecuentemente, en el
trato paternalista, que algunas
personas blancas prodigan al
negro o al mestizo.
Lo anterior, es resultado
también de lo reciente que
resulta todavía en nuestro país,
la subestimación con que se han
tratado en nuestro ambiente
social las manifestaciones de
las culturas, sobre todo
religiosas, venidas de Africa.
La televisión nacional en
particular, hace aun el
aporte negativo a ese no-reconocimiento
y desconocimiento. De modo que
incluso, recientemente, fueron
abiertos dos canales educativos,
casi sin negros o mestizos
como presentadores. Así como que
al anunciar, promocionar, o
reflejar alguna actividad,
raras veces negros y mestizos
son tomados como modelos, o
aparecen en posiciones
protagónicas.
Una persona racista dentro de
nuestra sociedad, es fuente de
contradicciones que deben ser
resueltas si deseamos continuar
avanzando. Pues no son solo las
contradicciones con el
imperialismo las que deben ser
resueltas. El racista es también
un enemigo del proyecto de la
Revolución.
Hoy día en Cuba hay personas que
comparten idénticos objetivos
clasistas, pero visiones
sociales que los separan. Son
machistas, racistas, discriminan
a los homosexuales, y
practican otras formas de
discriminación. Tratándose de
contradicciones no antagónicas,
que dificultan la marcha del
proyecto social, en esencia
compartido por todos, pero que
aun debe ser consolidado.
Si nos remitimos al estado del
tema racial dentro de nuestro
Sistema Educacional y al mundo
académico universitario en
particular, la situación podría
calificarse de bastante
insatisfactoria.
Esa historia insuficiente, ya
mencionada, es la que aun se
estudia en nuestras escuelas y
facultades universitarias. No
existen los “ Estudios Raciales
“ en nuestras universidades,
pues apenas han comenzado a
aparecer; ni apenas se
imparten sistemáticamente tales
contenidos en los programas de
pregrado o de postgrado.
Nuestra educación no podría
ser calificada como racista,
por cuanto todas las personas,
independientemente de su clase
de procedencia o color de la
piel, tienen acceso a ella, en
igualdad de condiciones y
tratamiento. Pero, mirando mas
profundo, observamos que los
troncos formativos de nuestra
nacionalidad y de nuestra
cultura no integran
equilibradamente dentro del
contenido de la educación que
se imparte. No comparten por
igual el contenido de nuestros
planes de estudio y programas.
Niños o jóvenes, blancos, negros
y mestizos, no se sientan en las
aulas a recibir una enseñanza
que por igual los asuma como
parte de una sociedad unietnica
y multirracial.
La cuestión relativa a nuestra
identidad multirracial tiene
que acabar de tomar su lugar
dentro de la educación cubana.
Pues se trata de un problema que
nos afecta a todos. Mientras
ello no sea así, no estaremos
realmente educando para ser
cubanos. O estaremos dejando el
asunto a la espontaneidad , que
es peor. Teniéndose noticias,
de que ya hay maestros que
tratan de hacerlo, pero no sobre
la base de una explicación
histórica, coherente y
argumentada que todos debemos
conocer, acerca de cómo se
formo la nación que hoy tenemos
en Cuba y cuales son los retos
que aun su consolidación nos
plantea. Sino de un modo en que
las diferencias son introducidas,
creando confusión entre los
niños y llevándoles a la mente
preocupaciones, fuera de un
ámbito programático y
argumentado, que nunca serian
capaces de entender y mucho
menos solucionar.
Apenas existen investigaciones
sobre el tema racial, trabajos
de diploma, tesis de Maestría
o de Doctorado. Muchas de las
investigaciones que se hacen
sobre el tema, aun, por lo
general, quedan engavetadas,
esperando interminablemente para
ser publicadas.
Dentro de nuestras universidades,
aunque tal vez sea posible
excluir a los Institutos de
Arte, la llamada cultura
occidental, anglo, blanca,
aplasta o mantiene en un lugar
secundario y subalterno a las
culturas de origen africano o no
“blancas” en general. ¿Que
impacto puede tener esto en los
estudiantes, su formación y en
la retroalimentación de tales
criterios excluyentes?
Una educación con tales
insuficiencias, como las
señaladas, puede contribuir a
desconcientizar a los negros y
mestizos, aunque también a los
blancos; es decir, a borrar
en estos la conciencia de su
identidad. De lo contrario ¿cómo
explicar la insuficiente
conciencia racial que existe aun
en nuestra población, sobre todo,
no blanca?.
La respuesta creemos, es bien
sencilla, en nuestra educación
aun son alimentadas las
tendencias al “blanqueamiento”.
Educamos eludiendo mencionar el
color, con todas sus
implicaciones, enseñanzas y
reconocimientos. Por lo cual,
querámoslo o no, en la practica,
¿educamos para ser blancos?.
Porque, si aun vivimos en una
sociedad que conserva y
alimenta parámetros de
hegemonía blanca y al educar no
mencionamos el color, ¿ para
qué color educamos? Resultando
entonces, que no se excluye a
negros y mestizos de las aulas,
pero si se les excluye del
contenido de los programas de
estudios y los planes de las
asignaturas. Aunque como
expresamos, al excluir al
negro, estamos excluyendo al
llamado blanco, porque esa es
también su cultura. Creyendo
que con ello se hace un bien.
Pero lamentablemente, estamos
desconociendo, que poco
importa que dos niños de color
diferente sean amigos, anden
de la mano en la escuela,
incluso lleguen a tener
relaciones amorosas, si
sentados en el aula no reciben
contenidos académicos, que por
igual los asuma y presente
mutuamente como forjadores de
una nación unietnica y
multirracial. Cuando crezcan, lo
más probable es que cada uno
tome su camino. Podrán salir
de ese experimento algunos
matrimonios interraciales, pero
no habremos avanzado mucho, ni
todo lo que hubiéramos podido.
En realidad, todo ello
concluye, lamentablemente, en
un ambiente social que tiende
aun a trasmitir a los negros y
mestizos, a todos en general,
que es mejor ser blancos.
Nuestra literatura,
especialmente la científica, es
muy limitada aun en trasmitir
valores que permitan a las
personas, sobre todo negras y
mestizas, sentir que vivimos
en una sociedad multirracial. Se
ven muchas personas blancas y
no blancas, conviviendo en
nuestras ciudades, escuelas,
instituciones, en la calle,
compartiendo múltiples espacios
sociales y políticos, pero el
ambiente social aun no trasmite
con suficiente profundidad la
educación y la cultura de una
sociedad multirracial. Porque,
entre otros, quedan aun muchas
cosas básicas, que todavía
no son compartidas en igualdad
de condiciones.
Este fenómeno, que resulta del
todo negativo, de no ser
atendido en su profundidad y
extensión, puede devenir en un
serio factor de afectación de la
cohesión política lograda
durante todos estos años.
Todo ello, a nuestro entender,
es una de las expresiones mas
serias de la tendencia al “blanqueamiento”,
que aun sobrevive en nuestra
sociedad. Aquí nuestra
televisión en particular,
vuelve a hacer su aporte
negativo. Somos capaces de
presentar a nuestro pueblo,
con toda su coloridad en los
actos públicos, pero muy mal en
sus identidades individuales y
grupales.
Entonces, el hecho de que los
negros cubanos, hayan tendido
mas a proclamarse como cubanos
que como negros, algo que de
hecho es positivo, tiende a
tener también su lado negativo.
Pues proviene de un ambiente
ideológico, que ha subestimado
y hasta atacado el autoasumirse
como negro o mestizo. Por lo
cual, autoasumirse, que puede
ser considerado como una riqueza
de nuestra cultura, se ha
tendido a verlo mas como un
fenómeno de racismo. Cuando en
realidad, no tiene nada de
racista, el que negros y
mestizos se asuman como tales,
al mismo tiempo que se asumen
como cubanos. Cayéndose en el
error de valorar el asunto como
una cuestión de raza o color de
la piel, cuando de lo que se
trata, en realidad, es de
una disfuncionalidad cultural
de la nación vista como un todo.
Muy poco se ha publicado en
Cuba, sobre el tema racial,
que aborde su actualidad en
los últimos 40 años.
Lamentablemente, las tres
investigaciones más extensas,
sobre el tema racial en Cuba,
no han sido producidas por
científicos o escritores
residentes la Isla. Varias
investigaciones sobre el tema
racial, realizadas con mucho
esfuerzo por el centro de
Antropología de la Academia de
Ciencias de Cuba, esperan aun
para ser publicadas.
En nuestra televisión y el cine,
con muy pocas excepciones
también, tal pareciera como si
los negros y mestizos, durante
el siglo XIX, solo hayan sido
esclavos, cimarrones o miembros
del Ejercito Libertador.
Prácticamente ningún cineasta se
atreve a abordar el tema racial
en la contemporaneidad, o
proyectándose hacia ella; y
casi sin excepción quienes se
han atrevido a hacerlo, no la
han pasado muy bien.
Las novelas cubanas de la
televisión, en la que negros
o mestizos aparezcan en
posiciones protagónicas, son
prácticamente inexistentes.
Dando lugar a la opinión,
bastante generalizada, de que en
Cuba, hacemos con el negro, en
nuestra televisión, lo que la
demagógica y racista televisión
norteamericana, no se da ya el
lujo de hacer. ¿Faltan razones
para tal afirmación?
·
¿Se puede continuar
investigando a la sociedad
cubana, sin abordar a fondo el
tema racial?
·
¿ Que consecuencias tiene para
las Ciencias Sociales y
Humanísticas cubanas no
investigar ampliamente y a
fondo el tema racial en Cuba?
·
¿ Que consecuencias tiene para
la realidad social cubana
actual, que no se aborde en
nuestros medios y en la
educación de manera sistemática
el tema racial?
·
¿ Que consecuencias tiene para
la lucha contra el racismo y las
relaciones con los movimientos
indígenas y afrodescendientes
en América Latina y el caribe,
mantener el discreto silencio
que sobre el tema racial aun
sobrevive?
Por fortuna, en los últimos años,
la problemática racial cubana ha
recomenzado a ser abordada desde
la óptica del trabajo científico
y de hecho, ya constituye un
tema de atención prioritaria en
el quehacer de una parte
importante de la intelectualidad
cubana en el campo de las
ciencias sociales y humanísticas.
Lo cual es sumamente importante,
dado el atraso que aun
presentamos en el tratamiento
del tema, junto a la necesidad
que tiene nuestra política
social de contar con
investigaciones profundas que
impacten la practica y el
discurso para la batalla de
ideas.
RACISMO Y RACISTAS
Después de mas de 30 años de
lucha, él ultimo intento real,
por lograr un espacio político,
económico y social para negros
y mestizos, terminada la ultima
etapa de la contienda
independentista, lo realizaron
Evaristo Estenoz y Pedro
Ivonnet, dos exoficiales del
Ejercito Libertador, fundadores
del denominado Partido
Independiente de Color. Pero
como sabemos, terminaron
aplastados sangrientamente,
durante la mal llamada Guerrita
del Doce, por miembros del
antiguo Ejercito Libertador,
devenidos en esbirros del
entonces presidente José Miguel
Gómez. Es decir, por los
mismos con los que juntos un
día batieron armas contra el
Ejercito Colonial Español.
También en aquel momento los
acusaron de racistas y de
querer implantar en Cuba una
“republica negra”.
Todo el racismo contenido y
disimulado durante la lucha
contra España, se puso de
manifiesto entonces.
Luego, la acusación de racistas,
que se ha esgrimido siempre que
los negros y mestizos han
tratado de sacar a flote el
problema de la discriminación
racial, tiene un trasfondo
histórico muy fuerte, que solo
en años recientes ha comenzado
a ser superado.
Entre los cubanos, la
acusación de” racista” ha sido
siempre un instrumento muy
socorrido para evitar hablar del
tema racial. Ha sido siempre el
intento mas fuerte de agredir
la inconformidad que brota de
una realidad en la que el
“no-blanco” puede aun sentirse
discriminado. Algo así como un
instrumento paralizador,
aplicado siempre, por los que no
quieren o no les conviene
hablar del tema.
El silencio sobre el tema,
varias veces revitalizado, ha
contribuido a la supervivencia
del racismo y a la creación de
“semideologias” racistas.
Consideramos que los negros y
mestizos, no deben permitir
mas que el tema sea silenciado.
Lo cual es una manifestación de
la hegemonía blanca, dentro de
la cual nos hemos desenvuelto.
Pues no han sido precisamente
los negros y mestizos los que
han tenido la capacidad de guiar
los destinos del tema. Al
desaparecer del discurso publico
en 1962, el tema racial no hizo
mas que ocultarse, escondiéndose
en los espacios privados, donde
la raza no dejo de ser un
asunto en las relaciones entre
amigos, vecinos, compañeros de
trabajo y familiares.
M. Martines, en el Diario de la
Marina del 29 de mayo de 1929,
ya decía” El problema negro
solo existe cuándo del se habla
y eso es jugar con el fuego sin
necesidad”.
No consideramos que esa
tendencia a la acusación de
racistas, amen del silencio
también entre los propios
negros, provenga del negro mismo;
quien ha tenido que sufrir
mucho, de manera directa e
indirecta, la posposición de
sus intereses y la
discriminación. Creo que es una
tendencia que proviene
esencialmente del blanco, o
más bien de ciertos sectores
blancos, privilegiados, en
principio, y por carácter
transitivo, impuesta a todos
los grupos raciales y a la
sociedad en su conjunto.
Es posible suponer además, a
nivel solo de hipótesis
explicativa, que los blancos
privilegiados lo han hecho para
tener un instrumento de defensa
y detener las criticas.
Muchos blancos de las clases
bajas, a su vez han aceptado
la imposición, tal vez por
vergüenza, o para también
evitar, algunos, hablar del
problema; mientras que otros,
la mayoría, porque parecen
haber aceptado de la clase
poderosa, hegemónicamente blanca,
la tesis de que aun siendo
pobres, el hecho de ser
blancos, ya los hace superiores.
Que están por encima de los
negros y mestizos, lo que se
expresa dentro de la cultura
popular a través del slogan,
generalmente aceptado por todos
los grupos, de que, “ser
blancos ya es una carrera “. Lo
cual es una resultante, que
históricamente hablando, dentro
de la dinámica social, parece
ser cierta; pues es posible
constatar, dentro del devenir
de la vida diaria, que al
blanco, no importa la clase a
que pertenezca, todo le resulta
menos difícil; no es
discriminado a simple
observación, como si lo son
el negro y el mestizo; sale más
fácil del “solar” y encuentra
con mayor facilidad quien lo
apoye para hallar un buen
empleo, etc. No se trata de
que podamos afirmarlo como una
conclusión definitiva, pero si
es algo que experimentamos, que
vemos cada día, como
observadores críticos de la
realidad, y que sabemos mucha
gente, de todos los grupos
raciales, también lo siente.
CERRANDO EL ESPACIO A LOS NO
BLANCOS
A diferencia de lo ocurrido en
el Caribe anglófono y Estados
Unidos, no hubo en Cuba un
movimiento de importancia en
cuanto a abogar por un
panafricanismo, el separatismo
o el retorno a Africa. La
historia particular de los
negros y mestizos Cubanos, no
genero con fuerza
aspiraciones de esa
naturaleza.En general, los
negros y mestizos cubanos,
prefirieron siempre luchar
dentro del contexto de la nación
y de la patria. Experimentando
siempre de manera muy fuerte el
sentimiento de ser cubanos.
A diferencia de lo que tuvo
lugar en América latina, en la
que los españoles fueron
expulsados. En Cuba, la
hegemonía blanca, bajo la cual
continuo la nación, apoyada por
la intervención norteamericana,
dio un trato preferencial a la
burocracia civil española, así
como a los hombres de negocio,
permitiéndoles, no solo
permanecer en Cuba, sino incluso
ampliar su presencia. Dado que,
a la mayoría de esa permanencia,
posteriormente se le agrego una
inmigración, que al ser católica
y blanca, esta era considerada
como el tipo de persona idónea,
que reunía las características
éticas, morales y fenotípicas,
para producir el “
blanqueamiento “ de la Isla.
Aspiración, que con la
intervención norteamericana, se
vio reforzada.Por cuanto, en la
mentalidad racista dominante en
Estados Unidos, el hispano
tampoco es blanco.
Entonces, los potenciales
espacios de reivindicación
económica y social para los
negros y mestizos se
redujeron aun más. Pues entre
1882 y 1930, ya incluso dentro
de la republica, se produjo
una” favorecida emigración de
españoles hacia Cuba”, que
puede ser considerada como
parte de un proyecto de “blanqueamiento”,
el que al mismo tiempo limito
seriamente el acceso de
negros y mestizos a los empleos
y mejores posibilidades de vida.
Baste constatar por los hechos y
las estadísticas, que esa gente(
europeos) vino a Cuba en
condiciones privilegiadas,
recibieron tierras, facilidades
de empleo y financiamiento.
De modo que los negros y
mestizos, que habían peleado en
masa por la independencia,
sufrían entonces la competencia
por los puestos de trabajo, de
parte de aquellos mismos contra
los que habían tenido que luchar
y no pocos ofrendar sus vidas,
por la libertad de Cuba.
Muchos de los pocos negros y
mestizos, intelectuales sobre
todo, vinculados a estos hechos,
tenían ya claridad de que la
nación estaba primero y muchos
de ellos habían luchado por la
nación, pero otros( casi en su
totalidad blancos) se la habían
repartido como “botín de
piratería”; dejando
especialmente a la masa
mayoritaria de los ex
miembros del Ejercito Libertador,
negros y mestizos en su inmensa
mayoría, sin siquiera un
empleo decoroso. Como si
fuera poco, no querían darles
el derecho de
representación política-electoral,
como ya explicamos, usando como
instrumento a la tristemente
celebre Enmienda Morua.
Durante los años cuarenta del
siglo XX, especialmente a raíz
de los debates de la
Constitución, parecía que se
lograría una Ley contra la
discriminación y por una
distribución racial más
equitativa de los puestos de
trabajo, impulsada por los
comunistas, según compromisos
establecidos por los artículos
20 y 74 de la Constitución de
1940. Pero todo ello finalmente
quedo en el “saco sin fondo” de
la burocracia parlamentaria del
momento. Como sabemos, en
particular Fulgencio Batista se
las arreglo entonces para
extraer el máximo provecho de la
Asamblea Constituyente
Un grupo de intelectuales
negros y mestizos lucho
desde la prensa, los sindicatos,
los clubes y las sociedades
fraternales, para lograr mejorar
la situación, pero muy poco se
obtuvo desde el punto de vista
real. Aunque en el plano
subjetivo ello fortaleció la
conciencia, también entre
muchos blancos, de que la
nación, para seguir adelante,
necesitaba dar solución al
racismo y la discriminación que
él trae aparejada.
RACISMO Y CONCIENCIA RACIAL.
Cuando llego el año de 1959, la
inmensa mayoría de los negros y
mestizos, aun tenían una
alternativa propia para luchar
por sus reivindicaciones, aunque
no estaban lo
suficientemente organizados
como para tratar de evitar, o
al menos debatir, el
silenciamiento que sufrió el
tema racial, sobre todo a partir
de 1962.El ambiente político
tampoco parecía propicio para
sacar a relucir el tema, otro
enfrentamiento de mayor
envergadura, con Estados Unidos,
ocupo su lugar. La Dirección
Política entonces, que había
levantado el tema, finalmente,
dio el asunto como resuelto.
La tendencia evidente a la
integración racial, ha operado
también como una cierta “trampa
“ histórica. Los negros, pero
también los mestizos, que
disponían de organizaciones
fraternales, abandonaron estas,
para acogerse a una
institucionalidad, que si bien
representaba sus intereses como
parte de todos los ciudadanos,
era aun relativamente
insuficiente para representar
su situación como grupos
sociales en desventaja.
Los negros y mestizos habían
luchado arduamente por sus
reivindicaciones, se habían
organizado para ello,
vinculado a otras
organizaciones, e incluso
poseían una cierta
contraideología para enfrentar
el racismo. Sin embargo, a
partir de principios de los años
sesenta, todo ello se
considero como innecesario,
pues la revolución asumía la
defensa de negros y mestizos,
dentro de su proyecto humanista.
Proyecto que se hizo sentir
inmediatamente en una mejoría
sustancial de las condiciones
de vida para toda la población
pobre del país y de la masa
fundamental de negros y mestizos
dentro de ella.
Pero en el orden del debate
político, promovido por el
propio Fidel Castro, se produjo
un viraje, entre el enfoque
dado al tema por la Dirección
de la Revolución el 22 de
marzo de 1959 y lo que ocurrió
después. El tema racial devino
en un tabú.Se produjo el
silencio. La cuestión racial
quedo subsumida dentro del
tema más general de la lucha
contra la pobreza, la
discriminación y la búsqueda de
la justicia social. Sobre la
base de un amplio Sistema
Redistributivo, liderado por el
Estado Revolucionario. Este
ultimo enfocaba sus medidas
globalmente, por lo que entonces
lo especifico de la situación
del negro y el mestizo
desaparecía, no así lo
referente a la mujer.
Finalmente, el color de la piel,
no llego a ser una variable
especifica a considerar dentro
de la política social de la
revolución.
Con posterioridad, el periodo
de 1962- 1986, fueron años
en los que negros y mestizos
en Cuba, junto a todo el
pueblo, arribaron a un grado de
conciencia muy alto, que se
correspondió con su nivel de
participación dentro del
proyecto como nación y el grado
de enfrentamiento político con
la contrarrevolución en esos
años. Pero al mismo tiempo,
mientras todo ello tenia lugar,
se rompió la continuidad de
su pensamiento como grupo
racial, pasando a un grado de
conciencia y de subjetividad,
presionados por el
enfrentamiento político con el
imperialismo, en particular con
Estados Unidos. Lo anterior no
les permitía comprender que
habían diluido su identidad,
como negros y mestizos,
dentro de un proyecto social,
desde el cual tendrían aun
que luchar mucho, para lograr
los espacios que les
corresponden. Todo lo cual
afectaba también la lucha
interna por la igualdad social y
en fin, la coherencia política
del proyecto social de la
Revolución Cubana.
Ese nivel de conciencia, que
priorizo a la nación por
encima de la conciencia del
grupo racial, debió servir
también para comprender los
limites cuya trasgresión
perjudica el avance del
proyecto nacional revolucionario,
única garantía de que el
problema racial se solucione.
Porque también debió servir
para comprender los limites de
un proyecto nacional, que aun
no ha sido lo
“suficientemente radical” como
para solucionar la
discriminación racial. Todo lo
cual hace irreal tratar de
convertir el tema en un tabú.
Cuba, posiblemente sea la
prueba más ejemplarizante de que
el tema racial no puede ser
desconocido ni silenciado.
Ante las realidades que aun
aquejan al tema, debiéramos
preguntarnos entonces, ¿ De qué
modo los cubanos van a explayar
su conciencia de nación, sino
tienen todavía una integral
comprensión, desde el punto de
vista “racial”, de cómo luchar
para que la nación sea para
todos por igual? Creemos que eso
es convertir, dentro del negro y
el mestizo en particular, a sus
“ identidades raciales ” y como
cubanos, en una contradicción
sin solución. En una ecuación
con mas incógnitas que
variables.
Un negro o mestizo, sin
conciencia de “raza”, no existe
como individuo, porque no tiene
conciencia de sí mismo, de quien
es, de donde procede; por lo que
su conciencia de nación, sin la
comprensión de su identidad
individual, deviene en un
absurdo, sin asidero físico,
moral o espiritual.
Ello entonces expresa una
disfuncionalidad; la nación es
así incompleta, porque ¿
quienes tienen la mayor
responsabilidad de aportar el
componente africano o
simplemente no blanco de
nuestra identidad como nación,
a la cultura nacional , y más
que ello, de sacar a ese
componente del ostracismo en
que lo han intentado sumir
durante siglos el racismo y la
hegemonía de la cultura llamada
blanca?.
No es posible lograr que la
cultura cubana sea realmente una
cultura multirracial, si todos
los componentes de esa cultura
( negros, blancos y mestizos) no
están en posibilidad de actuar
en igualdad de condiciones para
lograrlo. Si no es así, Cuba
seguirá bajo el peligro de
la hegemonía de la parte europea
de nuestra cultura. Lo cual
quiere decir, que la cultura
cubana, continuara siendo como
emergió, una cultura de un alto
componente racista. Se habla
mucho de la cultura cubana como
una cultura mestiza, pero nos
queda aun avanzar mucho en el
camino de su consolidación. No
podemos extendernos en las
consecuencias que en el orden,
ya no solo cultural, se
desprenden de esta
disfuncionalidad, para otros
campos en la vida de la nación
cubana.
No estamos planteándonos la
construcción de identidades
raciales. Ojala fuera tan
sencillo. La identidad racial
existe, con independencia de
que la creemos o no. Ha estado
presente, muy especialmente en
los blancos. Los que siempre
han tendido a utilizarla como
un instrumento de poder. Porque
esa identidad ha sido y es,
clasista y racial al mismo
tiempo.
Los llamados blancos en Cuba
siempre han tenido el poder y
eso ha sido tan fuerte que la
burguesía cubana logro
trasmitir a muchos blancos,
diríamos a demasiados, de que
solo ser blancos ya es una
ventaja.
No se trata de construir
identidades raciales, sino en
principio, resolver el problema
de que se respete la diversidad.
Pues lo típico dentro de nuestra
realidad social, históricamente.,
ha sido comportarse ante la
otredad sobre la base de un
criterio de hegemonía racial.
Ello es parte de nuestra cultura,
aunque muchos vergonzosamente lo
nieguen. Otros muchos no lo
acepten , otros tantos ni
siquiera se lo pregunten y que
sea tan difícil debatirlo.
Para que alguien pueda sentirse
parte de una nación o de un
grupo cualquiera, es condición
indispensable que sienta, ante
todo, su mismidad. Solo se puede
ser parte de algo, si se es uno
mismo primero que todo.
La identidad del mestizo, sobre
todo la del negro, ha sido
una identidad siempre muy
agredida. En la misma medida en
que ha tenido que abrirse paso a
traves del campo de batalla del
no reconocimiento, de la no
aceptación, del estereotipo
negativo, de la discriminación,
del juicio de valor hegemónico
que ataca su otredad.
Aun en medio de un proceso tan
humanista como el de la
Revolución Cubana, el negro y el
mestizo han tenido que
desenvolverse dentro de un
ambiente ideológico agresivo
hacia la intención de asumirse
como negro o mestizo, aunque al
mismo tiempo, ello no niegue
asumirse como cubanos, cosa
esta ultima que el negro sintió
tempranamente, a pesar de lo
critico que fue su proceso
de “Criollizacion”.
Lo anterior encierra un peligro
permanente, porque para la
conciencia individual del
ciudadano, que se encuentra de
la media hacia abajo, el color
de la piel le es más cercano
que la patria y la nación. Del
mismo modo que el color de la
madre, le es más cercano que los
de la bandera. ¿De que modo
entonces vamos a acercar a ese
ciudadano a otros conceptos que
le son más lejanos, abstractos
y subjetivos, si le impedimos
que se acerque a los de su
propia identidad individual, si
le impedimos que se asuma en lo
individual, única manera en que
pueden formar parte de lo
social? ¿ y como lo social los
va a asumir, sino es en su
individualidad, para elevarlo
a la totalidad?
“ Las identidades humanas son
casi imposibles de pensar sin la
posibilidad que tienen las
personas de elaborar una crónica
de sus vidas “
Ello significa, que en la misma
medida en que el aporte del
negro y del mestizo está
insuficientemente recogido en
nuestra historia, mientras que
el aporte europeo blanco no, el
negro y el mestizo están en
desventaja, pues se encuentran
limitados siquiera para pensarse
y construir una crónica de sus
vidas. Por lo que la ayuda
principal que necesitan negros
y mestizos es reconstruir esa
historia, en la que ellos no
están suficientemente recogidos.
Por lo que no es difícil
concluir, desde esta perspectiva,
que no es la única, que la
identidad de negros y mestizos,
es una identidad históricamente
incompleta, “no cuajada”; que
resulto así como
consecuencia de la
conveniencia de las clases
dominantes, a partir del
régimen de explotación
esclavista, la situación de
opresión racial en la republica
y la supervivencia aun
alimentada de la discriminación
racial que permanece en
nuestro país.
“Para poder `participar en la
sociedad como miembro efectivo
de ella y entrar en interacción
social permanente con los demás,
debemos establecer quienes
somos en términos sociales. Se
trata de atribuirse un
significado a sí mismo, del
mismo modo en que se lo
atribuimos a otras cosas y
personas.
Si el negro o mestizo no tiene
conciencia de su identidad, que
es decir de su mismidad, puede
ocurrir, lo que no pocas veces
tiene lugar, que tal identidad
sea determinada de forma
externa o sobre la simple base
del reconocimiento de un color
externo. Situación que abre
paso a los estereotipos
negativos construidos. Una
actitud pasiva ante la
definición de la identidad y una
incapacidad de explayarla
externamente, alimenta la
supervivencia del racismo y la
discriminación. El individuo en
la búsqueda de su identidad
individual desempeña un papel
fundamental, pero también desde
la sociedad se le debe ayudar”.
Como una resultante, de todo el
proceso atravesado y de las
manipulaciones realizadas por
las clases dominantes, tampoco
el negro y el mestizo en
Cuba, poseen entonces la
suficiente “conciencia racial
“ que aun necesitan para
luchar por su lugar dentro de la
sociedad. Tal parece como si nos
estuviésemos planteando
retroceder, pero no lo es, por
cuanto la raza, aun y cuando
esta sea una construcción
social, se trata de una
construcción que nos persigue,
que se objetiviza a cada paso
y que al mismo tiempo resulta
necesaria su comprensión para
luchar contra el racismo, desde
la identidad individual.
Los que ejercen la
discriminación por el color de
la piel, es decir los racistas,
también debieran saber que la
raza no existe,
comprendiéndola como una mera
construcción social. Pero no se
detienen a pensar en ello,
simplemente echan mano de los
estereotipos negativos y sus
prejuicios raciales para
menospreciar el valor social del
otro. Para plantearse la otredad
desde la posición de hegemonía
racial.
Entonces, desde el plano de la
subjetividad, la solución del
problema esta, en grado
importante, en que negros y
mestizos, en primer lugar,
combinen ambas conciencias( la
de sentirse cubanos y la
racial), como componentes
inseparables de su identidad
individual, como las dos caras
de una misma moneda, la nacional
y la de `pertenecer a un grupo
racial determinado.
Un cubano que se asume desde la
perspectiva de la identidad
nacional, lo tiene que hacer
necesariamente con todos sus
atributos: “raza” o color,
lugar de nacimiento, sexo,
residencia, procedencia social
de los padres etc. De lo
contrario no existe. Porque la
identidad nacional en si no es
nada sin todos esos atributos.
La nación no existe en si misma,
no es nada si no esta formada
por el pueblo que la compone. Un
pedazo de tierra, de cielo, una
bandera, no son mas que meros
símbolos tangibles de un pueblo
que los construyo con su
historia. Sin ese pueblo la
nación no existe. Luego la
identidad nacional sin la
identidad individual, de grupos
etc., no existe, seria un
concepto etéreo, que no nos
lleva a entender nada.
De que modo se podría explayar
la identidad nacional sí ella
misma esta afectada en su
contenido. Si negros y mestizos
no la integran en igualdad de
condiciones. La identidad
individual, sea racial o de
genero, no puede quedar diluida
dentro de la identidad nacional.
Esta ultima es un complejo
sistema de identidades que
tienen que ser reconocidas todas
de manera equilibrada, para que
la identidad nacional pueda
funcionar como tal. Se trata de
un complejo único y diverso al
mismo tiempo. Donde él todo no
puede funcionar sin las partes.
Pues de lo que se trata, es de
hacer funcionar la unidad en el
contexto de la diversidad. La
diversidad deberá ser reconocida,
porque ese reconocimiento
deviene en el factor vital,
cohesionador, que permite la
unidad. Entonces, todo lo que
desconozca o ataque la
diversidad, afectará la unidad.
No hay que temerle a que
alguien se reafirme en lo que es,
porque esa es la condición
indispensable, ineludible, para
que pueda ser parte de
cualquier otra cosa, aunque ello
solo sea una posibilidad
teórica.
“Cuando cualquiera se mira así
mismo, esta buscando, encuentra,
construye elementos que lo
enlazan con su origen,
satisfaciendo sus necesidades de
arraigo, pertenencia, ubicación
en el mundo y su autoestima.
Quien no realiza ese proceso
por si mismo, o alguien no lo
ayuda a realizarlo, queda como
suspendido en una vació. Porque
el ser humano necesita saber
quien es, de donde ha venido. Lo
contrario produce una sensación
de inexistencia.”
Se trata de asuntos de muy alta
complejidad, que solo pueden
ser abordados a partir de la
ciencia y no de la simple
empiria subyacente en la cultura
popular y el sentido común
heredados. Porque basados en
ellos no superamos la
ideología burguesa.
Pero ante todo ello, solo una
perspectiva cultural no es
suficiente. Hay que partir de la
realidad de la existencia de
las desigualdades
socioeconómicas, lideradas por
una clase social,
hegemónicamente blanca, desde la
etapa colonial, pasando por el
capitalismo, aun y cuando
muchos negros y mestizos puedan
haber compartido y compartan
aun ese espacio de poder, e
incluso lo utilicen para
discriminar a los de su propio
grupo racial.
Es verdad que han existido,
incluso negros, cuya posición de
poder podría provocar la envidia
de cualquier blanco. Pero esa
no ha sido la regla social. Y si
ha quedado claro a lo largo de
la historia cubana, que aun
siendo ricos, los negros y
mestizos nunca han estado en
igualdad de condiciones con los
blancos. Como para dejar bien
establecido, que la más alta
posición económica, aunque puede
contribuir al alivio de la
discriminación, ello no es
suficiente para que el negro y
el mestizo dejen de ser
discriminados. Y es aquí donde
otras perspectivas de análisis
se hacen necesarias.
Pero además, la pobreza de los
negros y mestizos en Cuba, no
fue históricamente y aun no es,
cualquier pobreza. Porque se
trata de una pobreza “aderezada”,
que carga sobre los hombros de
estos grupos el componente
adicional de la discriminación
por el color de la piel. Es
decir, el motivo básico de la
discriminación el negro y el
mestizo lo llevan encima.
Por eso, hay personas blancas
que pudieran estar en peores
condiciones de pobreza material
y cultural que muchos negros y
mestizos. Pero estos últimos no
tienen la capacidad de
“escapar” que tiene el llamado
blanco. Este ultimo se puede
superar, educarse, mejorar su
status material y cultural;
entonces, su color además, le
permite practicar el mimetismo
que le facilitaría sumergirse
dentro de la sociedad y escapar
de su condición previa. Pero al
negro le es mucho más difícil,
aun y cuando pueda superar los
obstáculos de la pobreza
material y cultural ¿ Que
mimetismo puede practicar el
negro para escapar de su
condición de discriminación?¿
Dentro de que color se va a
sumergir? Por eso, por lo
general, el blanco, solo, o con
un poco de ayuda, sale de la
pobreza, al negro
particularmente, hay que
sacarlo de ella. Hay que crearle
condiciones sociales, que no son
otras, que la desaparición del
racismo.
El negro y el mestizo deben
entonces preservar y
desarrollar la conciencia de
que lo son, de lo contrario no
van a tener fuerzas
ético-morales e ideológicas
suficientes para combatir
contra el racismo, que aun les
afecta en sus individualidades y
como grupo, perjudicando al
mismo tiempo la fortaleza del
proyecto social. Porque cuando
se ejerce cualquier tipo de
discriminación, la racial entre
ellas, sé esta atacando la
esencia misma del proyecto
social de la revolución; que no
es otra, que la del respeto y
la inclusión de la diversidad.
¿De que manera un negro o
mestizo cubano, en la
situación actual, va a luchar
contra el racismo, si al mismo
tiempo que se asume como cubano,
no se asume como negro? Si
incluso, una de las
manifestaciones del racismo aun
en Cuba, ha sido precisamente,
la de considerar como
ideológicamente inaceptable él
asumirse racialmente.
Sostenemos entonces la posición,
de que la ausencia de
identidad racial en negros y
mestizos en particular, resulta
una debilidad para luchar contra
el racismo. No los hace fuertes
ante el mismo y por tanto,
tiende a mermar su capacidad de
respuesta.
Durante mucho tiempo en Cuba,
el mito de la “Igualdad Racial
“, tendió a convertir en un
insulto el que los negros y
mestizos se reivindicasen como
tales, aun dentro de una
conciencia de nación ganada
por parte de ambos,
individualmente y como grupo.
Los negros y mestizos están
obligados a defender y
desarrollar su identidad de
ser cubanos, porque también
hubo quienes deseaban
arrebatarles la nación (devolviéndolos
a África), pero deben mantener
y desarrollar también su
identidad” racial”.
La conciencia” racial” en un
país como Cuba, no puede ser
diluida dentro de la conciencia
nacional. Ello ha sido una
insuficiencia ideopolítica,
que ha llevado implícito
el peligro de una
disfuncionalidad dentro del
proyecto social de la
Revolución.
Pues la funcionalidad del
proyecto social de la nación
cubana, tiene que ser logrado
sobre la base de la unidad
dentro de la diversidad.
Diversidad, que tenemos que
impedir continúe siendo un
problema, y que solo se puede
solucionar sobre la base de la
aceptación, inclusión y
respeto de la diversidad.
Condición básica para acceder a
un carácter sostenible de la
unidad dentro de la nación.
¿ Como reaccionarían negros y
mestizos, dentro de un ambiente
social en el que la economía
emergente los acogiera sin
aplicarles criterios de
idoneidad racializados; que se
vieran continuamente y a la par
del blanco, en la televisión, el
cine, el ballet; que tuvieran
acceso a los cargos de todo tipo;
que pudieran a la par que el
blanco, representar al país en
la actividad diplomática; que se
vieran integralmente
reconocidos en los libros de
historia y en los programas
académicos, como constructores
y parte de la nación? ¿ Le
estaríamos construyendo alguna
identidad racial? .O simplemente
la sociedad los estaría
reconociendo, como integralmente
merecen.
Se trataría de construirles una
identidad racial al negro y al
mestizo, o simplemente
tratarlos con la justicia a
que la Revolución Cubana
siempre ha aspirado.
¿Que necesidad tendrían los
negros y mestizos, ante un
escenario como el anteriormente
planteado, de construirse
alternativas al margen dela ley,
o morar en verdaderos ghetos,
desde los cuales se construyen
identidades defensivas, racistas
y excluyentes? ¿ Que necesidad
podrían sentir negros y mestizos,
de adoptar actitudes, que no
hacen sino alimentar el “miedo
al negro “, la exclusión y su
sobre representación en las
cárceles, sirviendo no pocos
de materia prima, para continuar
alimentando los estereotipos
negativo, los prejuicios, el
racismo y la discriminación. ?
Siempre podría haber gente
negativa y marginal, aunque
estas tuviesen todas las
oportunidades. Pero la regla
social dice que el incremento
de las oportunidades, resulta
inversamente proporcional a la
existencia del delito, la
pobreza y la marginalidad
social.
¿No estamos planteando entonces
construir identidades? Estas
objetivamente existen hace
tiempo, con todas sus
implicaciones ya explicadas. El
problema consiste en que existe
una disfuncionalidad del
proyecto social cubano, dentro
de la cual, aun con la
Revolución, nunca se ha
disfrutado de un equilibrio
social completo por parte de
los diferentes grupos raciales
que componen a la sociedad
cubana.
Como resultado de las
diferencias socioeconómicas que
se mantienen y que son
consecuencia originalmente de
los disímiles puntos de partida
históricos de esos grupos
raciales. Lo que ha
determinado posiciones de poder
diferentes para negros y
mestizos en particular, a las
que se les agregan, los
estereotipos negativos, los
prejuicios raciales, la
discriminación y el racismo,
que aun los afecta,
dificultando consolidar el
proyecto social, como un
proyecto de igualdad y justicia
social para todos los cubanos
por igual.
Pensar lo contrario es
situarse en una posición de
idealismo, a veces también
de paternalismo, que no se
corresponde con la lucha de
un país en revolución,
tratando de superar la
multifacética y
reproducible herencia del
colonialismo. Se trata de un
idealismo y del peor tipo,
porque tanto el racismo como
el machismo existen y nos
acompañaran aun por largo tiempo.
Por lo que seria erróneo
considerar, que tanto la
identidad de genero como la”
racial” pudieran ser diluidas
dentro de la identidad nacional.
Además, porque esa lucha
contra los prejuicios
mencionados, debe ser librada
también desde las identidades
individuales y no solo desde
el plano social del poder del
Estado y de las instituciones
de la sociedad civil.
La conciencia social no existe
sin la conciencia individual,
del mismo modo que él todo no
existe sin las partes. Aun y
cuando el todo, no sea tampoco
la simple suma de las partes.
El negro y el mestizo deben
tener conciencia de que lo son,
pues esa es la única forma en
que pueden luchar contra los
prejuicios, el racismo y la
discriminación que aun subyacen
dentro de la sociedad cubana.
Autoasumirse es condición
indispensable para luchar por
una identidad nacional, que es
de hecho multirracial. En esto
ultimo, la ignorancia seria un
peligro y la” inocencia” no
seria una virtud.
Si esa dialéctica, antes
mencionada, se trata de eludir
o es frenada artificialmente,
la lucha se va a dar de todas
maneras y tal vez incluso,
con consecuencias negativas
para el consenso nacional
ante el proyecto social. Porque
la propia revolución ha dotado a
negros y mestizos, masivamente,
de la capacidad de librar la
lucha anticolonial y por la
igualdad social y seria
paradójico que la propia
política de la revolución
deviniera en un freno de sus
aspiraciones.
Es que solo puede hacerse
realidad que Cuba sea una
sociedad verdaderamente “multirracial”,
multicolor, si todos los “grupos
raciales” que la componen están
en condiciones socioeconómicas y
culturales de exigir ese
equilibrio. Lo cual es en
principio un equilibrio de poder,
económico, político, y
cultural, al mismo tiempo.
Los desequilibrios que están
presentes aun, no contribuyen
para nada a la comprensión del
tema racial ni a su solución.
Ante ellos, hay que accionar
para resolverlos. Proceso dentro
del cual, es indispensable
evitar, a toda costa, que la
población negra y mestiza,
llegue a experimentar la
sensación de que no posee
recursos políticos e
institucionales para defenderse.
Porque realmente, un simple
discurso discretamente publico,
aun insuficiente en su contenido,
para caracterizar a profundidad
el problema, y la orientación
de acciones en un marco de
discreción, no satisfacen la
complejidad del momento. Tal vez
una expresión de ese peligro
latente la encontramos en lo
siguiente:
“En una encuesta con jóvenes
negros, en 1994, el 16% de los
mas jóvenes considero que era
necesaria una organización
racial solo de negros. “
Al mismo tiempo, la atención a
la individualidad es muy
importante, porque desde esa
perspectiva, cada persona que
lucha por mejorar, no lo hace
en abstracto sino desde su
condición social. Ello
contribuye a la sociedad y a la
autoestima del grupo,
colaborando también con la
construcción de los paradigmas,
que son tan importantes en la
batalla por la superación de
toda forma de discriminación.
Para los negros y mestizos
cubanos, ello tiene un
significado crucial, por cuanto,
en ninguno como en estos grupos,
se pone tan claramente de
manifiesto la falta de
autoestima y la tendencia a
“destacarse por lo negativo”.
El grupo racial blanco
también necesita de esa
conciencia, aunque por lo
general no es el discriminado;
no es el “doliente directo”, mas
allá de que el desarrollo de una
nueva realidad social haya
logrado introducir en la
conciencia individual de muchas
personas una ética
antidiscriminatoria. Pero para
el negro y el mestizo se trata
de algo vital. Al blanco le
cuesta mas trabajo adquirir esa
conciencia, porque no confronta
directamente con la
discriminación por el color de
la piel. Entonces, ¿Cómo
inculcarle al blanco, que el
también desempeña un papel
importante para que el negro y
el mestizo no sean
discriminados? Pensamos que
ello solo puede lograrse sobre
la base de trabajar fuertemente
por una “cultura de la
inclusión”. Que no ha sido
precisamente lo que durante
siglos, antes de llegar a la
etapa revolucionaria después de
1959, había caracterizado a la
cultura cubana. Entonces, se
trata también de una lucha por
terminar de desterrar de
nuestra cultura el componente
racista con que esta nació.
Lo contrario de lo aquí
expresado, trae consecuencias
muy negativas desde el punto de
vista social, porque cualquier
negro o mestizo, aun en la Cuba
de hoy, que pretenda olvidar
que lo es, o que pretenda
asumirse como lo que no es,
puede quedar defraudado por la
realidad y esa frustración lo
puede llevar al racismo, al
adoptar entonces la actitud de
discriminar a los que lo
discriminan, vía por la cual
el problema no tendría
solución.
Todo ello hace muy necesario
también luchar contra el
“Blanqueamiento “, que ha sido
otro de los lastres negativos
dentro de nuestra cultura.
Presente, como aspiración, en
todos los grupos raciales, y que
aun ocupa espacio dentro de
nuestro sistema educacional.
Lamentablemente, aun en la Cuba
de hoy, se puede ser racista y
no pagar compensación alguna
por ello. Ser racista no es un
obstáculo para integrar el
Partido Comunista de Cuba, ni
acceder a los más altos niveles
de poder y de reconocimiento
social. Pues la calificación del
individuo esta dejada a la
“espontaneidad del merito”, sin
que este ultimo pueda ser
cuestionado, como resultado de
no aceptar la inclusión y la
diversidad, como piedras
angulares del proyecto social
de la revolución.
Por lo cual, hoy en Cuba no
tiene mucha implicación
política ni social ser racista,
si ello puede ser
convenientemente ocultado en
las interioridades del propio
grupo racial, la familia o los
amigos íntimos. Cirscuntancia de
la cual proviene en parte, el
grado de hipocresía y de
cinismo con que no pocos
cubanos, de todos los grupos
raciales, aun enfocan el
problema racial. Pero es
difícil que alguien se reconozca
racista, porque en el fondo de
su alma, todo el mundo tiene la
conciencia de que ello es malo.
Un ejemplo de ese cinismo lo
podemos encontrar en la anécdota
siguiente:
Tengo un amigo( blanco) de
muchos años, que me dijo, “ ¿para
qué tu quieres que los negros
estén mas en la televisión?, si
ya tienen un canal para ustedes
solos: el Deportivo”.
Entonces, solo llevar el tema
de nuevo al discurso publico y
ampliar el marco del debate
científico-académico, puede
quebrar esa “suerte de
hipocresía”, que no tiene nada
que ver con una ética
verdaderamente revolucionaria.
Un debate amplio, puede
contribuir a esclarecer y a
combatir los prejuicios y
estereotipos negativos, sobre
todo, ayudando paralizar y
arrinconar a los que están en
el lado opuesto. Todo lo cual
forma parte de la lucha por
superar la herencia de la
cultura burguesa, dentro de la
cual el racismo se encuentra
cómodamente instalado.
Prácticamente a nadie se le
ocurre discriminar abiertamente
a alguien por ser mujer;
mientras que en nuestras calles
es frecuente escuchar frases
peyorativas sobre los negros,
incluso, dirigidas por los
propios negros, hacia su grupo
racial.
Dialécticamente hablando, el
hecho de que la tendencia dentro
del problema racial en Cuba haya
sido hacia la integración,
también ha tenido sus
inconvenientes. Porque el slogan
de “todos somos iguales”, fue
parte también de la demagogia
republicana frente al racismo.
Además, el hecho de que la
revolución, durante muchos años,
haya dado el asunto como
resuelto, declarando un largo
periodo de silencio, en
realidad, ha tendido a crear mas
problemas que los que ha
resuelto.
Si la sociedad cubana hubiera
logrado continuar el ritmo
socioeconómico de la primera
mitad de los años ochenta, el
problema racial tal vez no
hubiera reemergido con la fuerza
que ahora lo ha hecho. Pero la
crisis económica de los años 90
lo hizo salir. Lo saco a la
superficie con la virulencia
y el impacto psicosocial
propios de aquellas cosas,
que consideradas como
resueltas, realmente no lo
están.
“El racismo, consustancial a
una sociedad que había surgido
con la opresión de unos grupos
étnicos sobre otros, dio lugar
a prejuicios donde se unen y
confunden lo socioeconómico y
lo racial, con las relaciones
sociales muy marcadas por él “.
Sin embargo, la propia dinámica
social, signada por un proceso
de lucha de negros y mestizos
por sus reivindicaciones
sociales, varias conspiraciones
antiesclavistas, la paulatina
formación de una masa de negros
y mestizos libres, el
cimarronaje y tres Guerras de
Independencia, en los marcos de
un sistema colonial que
aceptaba la compra de su
libertad por parte del esclavo
y de una cierta aceptación a la
convivencia con las culturas
venidas de África, generaron un
proceso lento y doloroso, pero
continuo, de integración racial
de la sociedad cubana, que no ha
concluido aun. En realidad “ El
Ajiaco “ no esta aun terminado.
Incluso, tenemos personas que no
se sienten nadando en la olla.
Dentro de esta ultima hay carnes
y viandas, que son mas que las
que hubiésemos imaginado antes
de la crisis de los años noventa,
y que aun no se han ablandado.
Por tanto, debemos todavía
mantenerlo al fuego, (oponiéndonos
muy de cerca a los que quisieran
disminuir la intensidad de la
llama); revolviéndolo con fuerza
para que termine de cocinarse.
Por lo cual, el ajiaco vale para
nosotros, no tan solo por sus
resultados esperados, sino por
el proceso mismo de la cocedura.
Realidad, esta ultima, que no
todos estamos de acuerdo en
asumir, pero que resulta de
importancia vital interiorizarlo
y trabajar por su comprensión,
en medio de la lucha que
todavía debemos librar por la
consolidación de la nación.
Tal vez sea Cuba uno de los
pocos países del mundo, donde
negros, blancos y mestizos
comparten mas espacios comunes
en el orden geográfico, social,
cultural y político. Donde la
mezcla es la regla, acelerado
ello por una Revolución radical
y extraordinariamente humanista,
que declaro la guerra a la
discriminación de todo tipo, a
la pobreza y a la desigualdad,
hasta el mismo borde del
igualitarismo.
No es difícil aceptar, de que
Cuba es el país donde más se ha
hecho y continua haciendo,
contra la discriminación, por
la igualdad y la justicia
social.
Pero la tendencia evidente a la
integración racial y social en
general, acelerada y
amplificada por la revolución,
en el contexto de una falta de
atención directa a la cuestión
racial, ha operado también como
una “cierta trampa”, que ha
traído como resultado la
percepción “ idealista” de
considerar que el racismo, los
prejuicios y la discriminación
racial, ya habían desaparecido,
o que al menos estaban
desapareciendo a un ritmo mayor
del que en realidad estaba
teniendo lugar. Muchos factores
integradores han actuado
durante estos mas de cuarenta
años en Revolución, para
hacernos creer que esa “lacra”
del racismo( como la califico
Fidel Castro en marzo de 1959)
podía desaparecer tan rápido.
Pero a partir de la segunda
mitad de los años ochenta la
situación cambio dramáticamente
En medio de las nuevas
condiciones, generadas por la
crisis económica, del periodo
que comenzó especialmente hacia
la segunda mitad de los años
ochenta, se hizo evidente que
son negros y mestizos los
que más han padecido, en su
mayoría, como parte de la
población más vulnerable
económicamente y por el resurgir
de los prejuicios y la
discriminación racial. Siendo
hoy, los que como grupo,
cualitativamente, mas
dificultades enfrentan.
Negros y mestizos, desde 1959,
habían sido muy defendidos
por el Estado, lo cual
les infundía una extraordinaria
confianza; porque nunca antes
los negros y mestizos habían
podido contar con un Estado y
un gobierno que los
representara y bregara por sus
intereses. Junto a ese esfuerzo
institucionalizado, la nueva
conciencia ético-moral
antidiscriminatoria, que
emergió de los cambios
socioeconómicos y políticos,
ayudo mucho también. Pero cuando
la crisis económica llego,
proporcionalmente entre los
negros y mestizos se
encontraba aun la masa
fundamental de los que más
lejos estaban de alcanzar un
proyecto de vida.
“El color de la piel”, no puede
ser olvidado, es una nefasta
herencia de la esclavitud, muy
fuerte, que se asentó como un
hito e instrumento de
diferenciación social, que la
republica profundizo, por lo que
resulta ser, aunque no se
quiera, una variable de
obligada consideración.
Esta afirmación anterior, se ve
reforzada a partir de que una
concepción como la cubana,
acerca del papel dinámico que
desempeña la política social
sobre el desarrollo económico,
lo que obliga de manera
especial a que los problemas de
la pobreza, la vulnerabilidad y
la desigualdad social, sean
atacados a fondo.
Tales problemas como sabemos,
se ha evidenciado que están
fuertemente ligados al color de
la piel, mezclándose a la vez
con asuntos relativos a los
estereotipos negativos, la
discriminación y el racismo, que
afectan seriamente a negros y
mestizos como personas y como
grupos poblacionales.
Por tanto, tales espacios de
vulnerabilidad social, estas
disfuncionalidades, no pueden
ser resueltas sino se toman en
consideración los problemas
relativos al color de la piel.
Sin embargo, parece haber
existido al respecto cierta
“resistencia “, que ha impedido
o, al menos ha obstaculizado,
los estudios sociodemográficos,
en los que el color de la piel
haya sido considerado como una
variable rectora. Aun hoy en
Cuba, no es difícil encontrar
trabajos científicos que se
refieren a la población cubana,
donde esta no es clasificada por
el color de la piel. Por lo cual,
tales análisis se quedan a
medias.
Cuba, país unietnico y
multirracial, ha recogido
con cierta sistematicidad
información sobre el color de
la piel de sus habitantes,
desde los años tempranos de su
historia censal hasta hoy,
pero estos datos, sobre todo en
los años recientes, no han
permitido hacer estudios
globales de fondo.
Es cierto, que mirada de
conjunto, la sociedad cubana y
sus instituciones, en especial
el Partido Comunista de Cuba,
defienden los derechos de negros
y mestizos en la Cuba de hoy.
Pero no hubiera sido nada
negativo, que ellos mismos,
negros y mestizos, por sus
propios medios y esfuerzos,
luchasen también, en estrecha
coordinación con la estructura
cultural y política del Estado,
para eliminar la lacra del
racismo de la sociedad, como
parece estarse abriendo paso,
aunque muy lentamente todavía,
en los últimos años.
No es posible desaprovechar la
oportunidad de que, por primera
vez en la historia de Cuba, los
negros y mestizos tienen la real
posibilidad de dejar de ser
discriminados; de compartir con
los blancos en igualdad de
condiciones los destinos de la
nación y de ocupar el lugar que
les corresponde dentro de una
sociedad multirracial, la que
quiérase o no, se abre paso, a
pesar de todo lo que por largos
años de historia las clases
dominantes y sus aliados,
hicieron por tratar de “blanquearla”.
Una dinámica social, respecto a
la cuestión racial, como la mas
arriba considerada, lleva
implícito la necesidad de una
comprensión a fondo, de que
conciencia racial en negros y
mestizos, e incluso, cierta
institucionalidad de esa
conciencia, no llevan aparejados
necesariamente división social;
sobre todo en una sociedad
cubana como la actual.
Lo que sí lleva implícito una
afectación muy seria a la unidad
nacional lograda, es que los
estereotipos, los prejuicios
raciales, el racismo y la
discriminación, que ellos
traen aparejados, puedan
continuar ampliando su espacio
dentro de la sociedad cubana
actual e incluso llegar a
reinstalarse en la macro
conciencia social.
Ciudad de La habana, agosto del
2005.
NOTAS
Ya en marzo de 1959, cuando
Fidel Castro planteo la cuestión
de la discriminación racial,
como una lacra a resolver, hubo
quienes no lo apoyaron e incluso
llegaron a predecir situaciones
difíciles y desagradables.
Después de haberlo considerado
durante tanto tiempo como un
problema ya resuelto, no es
extraño que esas misma actitudes
continúen existiendo, como hemos
logrado comprobar en varias
ocasiones. ( Nota del Autor).
Esa reacción responde mucho a
que se ha tendido a concebir
nuestro ambiente social, como
incompatible aun con todas las
lacras que se observan en otros
lugares. Lo cual proviene en
general, de una apreciación
superficial de los problemas de
la transición hacia una nueva
sociedad; y en particular, de
cómo realmente la crisis
económica de los años noventa
ha afectado a Cuba. Por eso se
observa una fuerte resistencia
a la aceptación de fenómenos,
como la prostitucion, la droga,
la discriminación racial, entre
otros. Haciéndose necesario
reconocer también que tales
problemas, por muchos años, no
habían estado presentes dentro
de la realidad cubana. ( Nota
del Autor).
Tal y como ya aparece recogido
en el “Report of the Comisión
for Assistance to a Free Cuba”,
también conocido como” Informe
Powell “, Pág. 168-170.Sin duda,
aquí se exponen los argumentos
que servirán para atacar a la
revolución cubana,
produciéndose el doloroso
fenómeno de que el país de este
hemisferio que mas ha hecho por
la igualdad social, termine
acusado de racista. ( Nota del
Autor).
Argeliers León “ Tras las
Huellas de las civilizaciones
negras en América”, La Fuente
Viva, Fundación Fernando Ortiz,
La Habana, 2001, p. 223.
Ver Ob. , A. León pp. 28-38.
Ob. A. Leon p. 2
Dentro de este trabajo de
investigación, nos decidimos por
utilizar tres categorías de
grupos raciales: negros, blancos
y mestizos. Además, utilizamos
la categoría mestizo, en lugar
de mulato, porque consideramos
expresa con mayor amplitud y
precisión al mismo tiempo, todo
esa coloridad intermedia entre
el negro y el blanco, o lo que
a veces llamamos no- blanco. (
Nota del Autor).
Es interesante observar, los
pocos historiadores negros o
mestizos, que ocupan lugar entre
nuestros historiadores mas
destacados. Un José Luciano
Franco y Pedro Deschamp
Chapeaux, resultan verdaderas
excepciones. Historiadores que
le hayan prestado atención al
tema racial, muy pocos. El tema
cuenta con un Programa de
investigación del CITMA a nivel
nacional, pero no esta
priorizado.( Nota del Autor).
Vale la pena mencionar aquí, el
extraordinario esfuerzo y
dedicación, que durante muchos
años, han realizado el Profesor
y Etnólogo, Dr. Rogelio Martínez
Fure, y otros intelectuales
cubanos, como por ejemplo,
Argeliers León, para que esa
literatura y otros aportes del
negro a la cultura sean de
conocimiento en Cuba. A lo cual
se une una larga obra dedicada
al rescate y defensa de la raíz
africana de la cultura cubana,
desplegada por un grupo de
intelectuales . Lo cual tiene
sus antecedentes en la obra
realizada por el Sabio, Etnólogo
e Historiador, don Fernando
Ortiz. ( Nota del Autor).
Ver: Pedro de la Hoz, “Africa en
la Revolución Cubana: nuestra
búsqueda de la más plena
justicia”. Editorial Letras
Cubanas, La Habana, 2005. Se
trata de un esfuerzo encomiable,
que recoge una larga lista de
obras en diferentes campos. Pero
aun insuficiente para que esta
obra pase a formar parte de la
formación de la gente en Cuba.
( Nota del Autor ).
Tales intenciones aparecen muy
claras en el siglo XIX, dentro
del pensamiento de José Antonio
Saco ; las acciones mas tarde
para desarrollar una
inmigración blanca europea,
entre finales del siglo XIX y
principios del XX; así como
desplegar la tesis del retorno
a Africa. (Nota del Autor ).
Entre los historiadores que
hayan prestado una atención
importante al papel de la
población negra dentro de la
cultura cubana, se destaca Don
Fernando Ortiz. Cualquiera, sin
pensarlo siquiera, respondería
negativamente esa pregunta. (
Nota del Autor).
Para ampliar acerca de esto
aspectos sicológicos ver: “Piel
Negra, Mascaras Blancas”, Frantz
Fanon, Instituto del Libro, La
Habana, 1968, pp.32-33.Aun es
insuficiente lo que presenta la
televisión. El cine que aborda
el tema, ha tenido
dificultades para ser divulgado.
La literatura es insuficiente y
el trabajo en el campo
científico también. En general,
todo lo que aborde el tema
racial dentro de la
contemporaneidad, pertenece
casi a un submundo intelectual,
insuficientemente divulgado. No
es simplemente que los
organismo encargados lo frenen,
sino que sectores o personas
dentro de la propia
intelectualidad le hacen la
guerra, como ha tenido lugar con
la película “Roble de Olor”, de
Rigoberto López. ( Nota del
Autor)
En la facultad de Artes y letras,
desde hace varios años, se
estudian estos temas, pero ello
no irradia hacia el resto de las
áreas universitarias, Filosofía,
Historia, Comunicación Social
etc. quedando constreñidos a los
marcos de los programas de las
carreras donde se imparten. En
las áreas de Ciencias Sociales y
el resto de las Humanidades,
apenas en Antropología, se
imparte una conferencia que toca
los asuntos de la racialidad.
Solo el departamento de
Antropología desarrolla talleres
dirigidos a la comprensión de
este complejo problema. ( Nota
del Autor).
También desconcientiza a los
llamados blancos, porque
excluyendo de los programas a
las culturas negras venidas de
Africa, se esta afectando a la
cultura cubana como un todo. No
es una prioridad de nuestra
investigación histórica abordar
el problema. Por tanto, el
llamado blanco, como cubano,
también es discriminado. ( Nota
del Autor).
Lamentablemente, la conciencia
racial de los blancos fue
formada, por lo general, de
manera negativa. Inculcándoles
el sentido de superioridad sobre
los no blancos, en especial
sobre los negros. No siendo
muchas las personas que logran
escapar de esta realidad. ( Nota
del Autor).
La intención parece ser que es,
educar para ningún color. Lo
cual consideramos es correcto;
pero, ello no responde a la
realidad de una sociedad donde
aun hay que luchar contra los
estereotipos raciales negativos,
la discriminación racial y en
la que todavía rigen no pocos
parámetros de “hegemonía blanca”,
que se hacen presentes en varios
espacios de nuestra vida social
actual. ( Nota del Autor).
Se han hecho varias encuesta, en
la que muchas personas han
dado esa respuesta, de que “es
mejor ser blancos” .Como también
afirmaciones, sobre la
desgracia que para no pocos,
significa aun en Cuba ser negro.
Muchas personas también siendo
negras o mestizas no se asumen
como tal, fenómeno clásico que
afecta la confiabilidad de
nuestros censos de población. (Nota
del Autor).
Por ejemplo, el acceso a los
mejores empleos, sobre todo en
la llamada economía emergente,
la televisión y los espacios de
algunos organismos” blanqueados”,
entre otros. ( Nota del Autor).
Dentro de la exposición
dedicamos un espacio a debatir
mas el asunto. (Nota del Autor).
Se le llamo Guerrita del 1912 a
la masacre de negros y mulatos
realizada bajo las ordenes de
José Miguel Gómez, entonces
presidente, apoyándose en él
ejercito nacional y con el
apoyo norteamericano, en contra
de los miembros del llamado
Partido Independiente de Color.
(Nota del Autor).
Hoy ya no es nada fácil, como
si lo fue siempre, acusar de
racista a un negro o mestizo,
sumiéndolo en la confusión, el
desconcierto o el miedo, cuando
ha sacado a relucir el tema
racial. Durante algunos años,
tal actitud era siempre
reprimida. ( Nota del Autor).
Según una encuesta realizada en
La Habana y Santiago de Cuba en
1995, el 75% estuvo de acuerdo
en que el prejuicio racial sigue
siendo común en la Isla; en
tres barrios habaneros, la
encuesta dio como resultado que:
el 58% de los blancos consideran
que los negros son menos
inteligentes; el 69% afirmo que
los negros no tienen los mismos
valores y decencia que los
blancos; y el 68% se opuso al
matrimonio interracial. Centro
de Antropología, La Habana,
1995.
Algo también muy doloroso tiene
lugar con los juicios de valor,
siendo muy común escuchar,...”
es negro, pero es muy buena
persona”. También es muy común,
ya en un comportamiento más
sutil, otorgar credibilidad o
no, tomando en consideración la
raza o el color de la piel,...
es negro, pero es una persona
seria”. Y otras tantas como “...
“es negro, pero es muy
inteligente”, “ es negro, pero
es honrado”. ¿ Quién no ha
escuchado en su vida tan
dolorosas expresiones? ( Nota
del Autor).
No obstante, muchos regresaron.
Ver : Rodolfo Sarracino,”Los que
volvieron a Africa”. Edit. C.
Sociales, La Habana, 1988.Pero,
no parece haberse debido a un
movimiento político organizado
como si lo fue en los Estados
Unidos. ( Nota del Autor)
Los negros y mulatos cubanos,
siempre vieron sus
reivindicaciones como parte de
las luchas políticas y sociales
dentro del país. Nunca se genero
una corriente importante que
los separara de ello. ( Nota del
Autor).
Téngase en cuenta, que la
inmensa mayoría de los
exmiembros del Ejercito
Libertador, que tomaron
posiciones altas en el gobierno
de la republica, después de
1902, eran blancos. ( Nota del
Autor).
Para ampliar Ver: Maria del
Carmen Barcia, “Un Modelo de
Emigración Favorecida.Traslado
Masivo de Españoles a Cuba
1880-1830”. Revista Catauro, No.
4, La Habana, 2001, pp. 36-59.
Martín Morua Delgado, senador de
la republica, mulato, presenta
la enmienda, el 11 de febrero de
1910, para eliminar de la vida
política al Partido
Independiente de Color,
Fundado el 7 de agosto de 1908.
Considerando como ilegal
cualquier agrupación o partido
político constituido
exclusivamente por individuos de
una misma raza... Ver: de Silvio
castro Fernández La Masacre de
los Independientes de Color (
Inédito), Dossier “La Jiribilla”.
P. 10.Esta oposición al Partido
Independiente de Color, estuvo
muy influida también por el
carácter tan progresista de su
programa. Excepto en el caso de
Brasil o Uruguay, que tuvieron
Partidos similares, para el
resto de América latina, la
tendencia de los negros y
mestizos fue a integrarse a los
sistemas multipartidistas
controlados por los blancos.
Ver Aline Helg... Ob. p.6.
Para ampliar sobre este
particular ver: de nuestro ya
fallecido amigo José A. Tabares
del Real “Fulgencio Batista y la
Asamblea Constituyente de 1940”,
revista Bimestre Cubana, No. 14,
La Habana, enero-junio del 2001,
pp.86-96.
Los negros y mestizos, hacia los
primeros años del siglo XX
lograron alcanzar un alto nivel
de movilización, sin importantes
divisiones entre ellos, pues así
juntos habían integrado en masa
el Ejercito Libertador. Pero
todos los intentos de forjar una
alternativa propia fracasaron.
( Nota del Autor).
Para ampliar ver: Alejandro de
la Fuente,” La- Raza- y los
silencios de la cubanidad”,
Revista Encuentro, No. 108,
Madrid, España, pp. 108-125
Para Ampliar Ver: Revista
catauro No.6 Esteban Morales...
Este asunto es largamente
explicado en él articulo
publicado por la Revista
Catauro N0 6: “Un Modelo para el
Análisis de la Problemática
Racial Cubana Contemporánea “,
del autor de este ensayo.
Tal Sistema Redistributivo
beneficiaba de manera
considerable a negros y mestizos,
pero solo como parte de toda la
población pobre. No existía
ninguna medida ni criterio
especial que tuviese en cuenta
que los negros y mestizos eran
en su mayoría pobres, pero con
una herencia social y cultural
adicional de discriminación, que
les había dejado el colonialismo
y el capitalismo, que los hacia
mas pobres. Ahora parece,
después de la experiencia de la
crisis económica de los años
90, esto se entiende mejor,
pero sin abordar a fondo todavía
la situación y dejando espacios
que aun deben ser cubiertos;
como los del empleo en la
llamada economía emergente, el
ascenso a cargos de dirección,
la representatividad en los
medios y otros. Aspectos en los
cuales, negros y mestizos
presentan una situación de
acceso limitado, que en general
no se justifica a partir de sus
niveles educacionales. Tal
situación nos asoma al debate de
la Acción Afirmativa. ( Nota
del Autor)
El tema racial aparece
continuamente en el arte, la
música, dentro de esta el
Rap, que lo presenta con una
gran dosis de agudeza critica.
Negar su existencia o tratarlo
con excesiva discreción y en
lugares muy cerrados, ha traído
que el mismo se haya agudizado
en los últimos años.
Profundizándose también el
descontento en muchas personas,
a partir de la incomprensión de
por que no se debate
públicamente. ( Nota del Autor).
Parte de la lucha contra el
racismo tiene que ver
directamente con la necesidad de
superar esa ideología heredada
de la burguesía .Esta ultima es
tan fuerte y su acción ha sido
tan prolongada, que ha logrado
que la gente asimile su modo de
ver al mundo como algo natural.
Superar esa situación es
imprescindible para solucionar
al racismo ideológico y el
“simple” racismo también.
Siendo este ultimo el mas
difícil, pues es aquel que
experimenta mucho gente, cuando
al compararse con el negro, se
autopercibe casi siempre en una
posición superior. Lo cual es
una herencia neta de la actitud
burguesa y pequeño burguesa ante
el no blanco en Cuba. Por eso
el asunto es tan difícil. ( Nota
del Autor).
Los negros, aun nacidos en Cuba,
durante mucho tiempo no fueron
considerados como criollos, y
muchas personas no lo
consideraban como cubanos,
hasta entrado del siglo XX.
No debemos olvidar , que uno de
los principales mensajes de los
Independientes de Color, era que
los negros fueran reconocidos
como plenos integrantes de la
nacionalidad cubana. ( Nota del
Autor).
Ver Carolina de La Torre, “Las
Identidades: Una mirada desde la
sicología”, Centro de
Investigación y Desarrollo de
la Cultura Cubana “ Juan
Marinello”, La Habana, 2001, p.
80.
Para ampliar, ver: Carolina de
La Torre, Ob., pp.82-88.
Pienso que debe quedar claro a
que nos referimos cuando
hablamos de grupo racial. No es
que reivindiquemos el concepto
de raza, sino me refiero a la
construcción sociocultural,
dentro de la cual aun estamos
obligados a vivir y que debe
ser decosntruida por la
sociedad, vista de conjunto,
no solo por negros y mestizos.
Pues se trata de un asunto de
toda la nación. ( Nota del Autor)
Ver: Carolina de La Torre. Ob.,
pp. 82-92.
Eso es lo que no se entiende o
no se termina de aceptar, cuando
creemos que blancos, negros y
mestizos, pueden ser tratados
homogéneamente como pobres. (
Nota del Autor).
“Ser cubano, significa entre
otros aspectos, tener plena
conciencia de las raíces étnicas
y de la heterogeneidad racial
de nuestro pueblo, conocer el
basamento histórico que subyace
en el ejercicio de la
discriminación y el prejuicio
racial...”. Ver : Ana Cairo,
Revista Cubana de Ciencias No.
30, La Habana, 1995, p. 130.En
Cuba, lamentablemente, esa no es
aun una exigencia para que
alguien pueda autollamarse
cubano, incluso revolucionario y
militar en el Partido Comunista
de Cuba. ( Nota del Autor),
No se vive en un mundo perfecto
y del mismo modo que la mujer no
puede diluir su identidad de
genero dentro de la identidad
nacional, tampoco negros y
mestizos pueden diluir su
identidad racial dentro de la
identidad nacional. Porque tanto
el machismo como el racismo
existen y tienen que ser
combatidos también desde las
identidades individuales. Cuando
decimos “disfuncionalidad”, nos
estamos apropiando de un
concepto de la sociología
estructural-funcionalista de T.
Pearson, que supone dentro de
la teoría social que lo sostiene,
una desviación frente a
determinadas normas ideales,
que impiden el funcionamiento
optimo del sistema social. (
Nota del Autor)
Lo cual afecta no solo a negros
y mestizos, sino a blancos
también, solo que en otros
planos de la realidad. ( Nota
del Autor).
Personas del “grupo racial”
blanco también sufren
situaciones de este tipo, pero
para negros y mestizos, se
prueba estadísticamente, que la
situación es especialmente mas
grave. ( Nota del Autor).
Para algunas actitudes que
existen aun en Cuba, esto no
tiene sentido, porque se parte
de que no existe la
discriminación racial, sino
solo algunos lastres de
prejuicios subyacentes en la
familia, personas o determinados
grupos dispersos. Todo ello a
pesar de que el debate sobre el
tema crece paulatinamente
dentro de la sociedad cubana de
hoy. Aunque si con una
dificultad importante hoy se
enfrenta el tema, es
precisamente con la “ignorancia”,
que tanto negros, como blancos y
mestizos tienen sobre el
mismo, o la resistencia cínica
con que no pocas personas
hacen frente a la existencia
de esa penosa realidad. ( Nota
del Autor)
Se observa claramente que la
Dirección del País adopta
medidas de un alto componente de
justicia social: elevación del
nivel mínimo de las pensiones,
elevación del nivel mínimo de
los salarios, distribución a
precios preferencialmente bajos
de artículos electrodomésticos
de primera necesidad; manejo de
la relación del intercambio
monetario a favor de la moneda
nacional, etc.. Pero ninguna
de estas medidas aparece
vinculada mas que a una lucha
contra la pobreza y las
dificultades económicas y por la
elevación del nivel de vida de
la población, bajo los mismos
criterios redistributivos
siempre aplicados, donde la raza
o color de la piel no aparece
como una variable de especial
consideración. ( Nota del Autor).
Alejandro De La Fuente, Ob. P.
451.
Lamentablemente hay personas,
que debido a verse inmersas en
determinadas cirscuntancias de
vida, de la que no logran salir,
ello les impulsa a renunciar a
las buenas cualidades y deciden
“destacarse por lo negativo”, lo
cual es indicativo de un alto
nivel de enajenación social,
fenómeno contra el cual hay
que luchar denodadamente. (Nota
del Autor).
Tratase de un asunto que a la
larga solo puede ser resuelto a
partir de que cada cubano, de
cualquier grupo racial,
comprenda, que al ser cubano, no
es negro, blanco o mestizo,
sino solo una mezcla, dentro d e
la cual ya se han fundido todas
las etnias, las razas, rasgos y
colores.. Para como decía
Nicolás Guillén, llegar al
“color cubano”..(Nota del Autor).
Es perfectamente posible
observar que nuestros dos
últimos Censos ( 1981 y 2003),
padecen de ese mal de la
tendencia al “Blanqueamiento ”.
( Nota del Autor).
Ver : Ana Vera Estrada. “Cuba
Cuadernos de la Familia”.
Editorial Ciencias Sociales, La
Habana, Cuba, 1997, p. 29
Ver: Ana Vera Estrada. “ Cuba
Cuadernos sobre la Familia”,
Editorial Ciencias Sociales, La
Habana, Cuba, 1997, p. 29
A Don Fernando Ortiz, “ La
interpretación del proceso
formativo de la nacionalidad...
le facilito crear... la después
repetidísima metáfora de que
–Cuba en un ajiaco- en el cual
los ingredientes que cada día se
agregan a la mezcla anterior,
van conformando la sustancia
resultante. Esta no debe
aquilatarse en el logro de un
momento dado, sino en la
consideración misma del
transcurso de la cocedura,
porque la cubanidad no esta
solamente en el resultado, sino
también en el mismo proceso
complejo de su formación...”Isaac
Barral, “Retorno a las Raíces”,
La Fuente Viva, Fundación
Fernando Ortiz, La Habana, 2001,
pp.154-155.
Ver: Del Autor, “ Un Modelo para
el Análisis de la Problemática
Racial Cubana Contemporánea”,
Revista Catauro No. 6. Trabajo,
donde brindamos una explicación
amplia sobre las condiciones
que generaron la situación aquí
esbozada.( Nota del Autor).
Varias investigaciones en
nuestro poder, realizadas por
el Centro de Antropología del
CITMA y el INIÉS del Ministerio
de Economía y Planificación,
ponen de manifiesto esta
realidad aquí mencionada. ( Nota
del Autor).
En Cuba, la esclavitud tuvo
siempre color oscuro. La pobreza
no necesariamente, podía ser
blanca., como lo es hoy aun.
Pero la herencia colonial actúo
siempre haciendo de los negros
los mas discriminados
integralmente. Considerado como
un objeto, casi nunca como un
ser humano. El blanco puede
ser discriminado como pobre, el
negro por ambas cosas. Aunque
fuese rico, podría continuar
siendo discriminado como negro.
Al negro le resulta muy difícil
quitarse la discriminación, esta
actúa como un traje que
siempre lleva puesto. El blanco
puede quitarse de encima la
discriminación , al negro hay
que quitársela. (Nota del Autor)
Ver: “Reforma Económica y
Población en Condiciones de
Riesgo, en Ciudad de La Habana”,
de Ángela ferriol, Maribel
Ramos y Lía Añe. INIE-CEPDE-ONE,
La habana, enero del 2004.
Ver “Los Censos de Población en
Cuba: fecha de realización,
población y estructura ( %) por
color de la piel. Ver anexo.
Solo recientemente, el INIE del
Ministerio de Economía y
Planificación, ha concluido una
investigación sobre la provincia
Ciudad de La Habana, en la que
se toma en cuenta la variable
color de la piel. ( Nota del
Autor).
Antecedentes muy ilustrativos de
este proceso son posibles de
leer en el formidable libro
de Raúl Cepero Bonilla,
“Azúcar y Abolición”, por
ejemplo, en él capitulo X “
Racismo y Nacionalidad”,
pp.125-140, Editorial Ciencias
Sociales, La Habana, 1971.
Por lo general se considera que
esta cierta institucionalidad
traería aparejada divisiones
raciales. Lo cual es una
consideración errónea., pues
Cuba es una nación consolidada.
Pero si un sector dentro de la
sociedad tiene intereses que no
se ven satisfechos por la
institucionalidad oficial o no,
buscara algún modo de formar su
institución propia. Un ejemplo
muy claro de ello lo tenemos en
Cuba en el caso de los “Raperos”,
a los que finalmente ha habido
que considerarlos. Pero además,
el caso de “Color Cubano” de la
UNEAC, es el ejemplo claro de
una organización que actúa
dentro del tema racial con el
objetivo de promover la
multirracialidad, instruir sobre
el tema y divulgar la
necesidad de su conocimiento
en el contexto de un gran
proceso de negociación con todos
los organismos del país. Formada
además por personas de todos
los grupos raciales.
Considerando que la tarea de
luchar contra la discriminación
racial es de la sociedad en su
conjunto y no de una parte de
ella. ( Nota del Autor).
*
El ensayo que aquí presentamos,
es una muy apretada síntesis
de algunos de los asuntos
tratados en el libro “La
problemática racial cubana
actual: consideraciones para un
modelo de análisis”, actualmente
en proceso de publicación, por
la Fundación ” Fernando Ortiz
“.
( Nota del Autor)
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