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Publicado el 5 Octubre 2009
en Especiales, Silvio Rodríguez
Silvio Rodríguez y Mercedes Sosa.
Mercedes Sosa - La maza
![](docs271.gif)
http://www.youtube.com/watch?v=S-k4AHbfstw
Quizá
la había visto antes en Cuba, pero siempre me ha parecido que conocí a
Mercedes Sosa en el estadio de béisbol de Santiago de los Caballeros, en
la República Dominicana, una noche de diciembre de 1974. Ella se
incorporaba a “Siete días con el pueblo”, un festival de canción
comprometida que se venía celebrando desde hacía dos o tres jornadas.
Aquella noche, las luces del estadio parecían romper la oscuridad y el
pueblo reclamaba a sus cantores. En el pequeño espacio en que nos
apretábamos los que esperábamos turno, me las arreglé para ubicarme al
lado de ella, presentarme y decirle lo que la admiraba. Por último,
azorado de mi propia locuacidad, tuve la mala pata de brindarle un trago,
que rechazó arrugando la nariz. Mal comienzo, me dije.
La recuerdo otra noche, también recién llegada, en este caso a Cuba,
para más señas en Casa de las Américas, ella junto a nuestra amiga común,
Haydée Santamaría. Fuimos un grupito de cantores a recibirla, a gozar
del privilegio de tenerla cerca por un rato. Por entonces la acompañaba
un asombroso guitarrista que se llamaba Pepeto, el que, lamentablemente,
no mucho después falleció. Entre Mercedes y Pepeto, más que conjunción,
había un estado de gracia.
La recuerdo también en Managua, en un Festival por la Paz. Estaban Alí
Primera, Chico Buarque, Isabel Parra, Daniel Viglietti, los hermanos
Mejía Godoy y muchos más. Pocas veces como aquel día tuve un flujo de
comunicación tan intensa con Mercedes. Fue algo extraverbal, una empatía
poderosa que ocurrió entre ella y yo. Alguien que pasaba nos hizo un par
de fotos que recogen un poco el momento. Siempre que las veo, me
estremezco.
A principios de los años 80 me designaron para presentarla en Varadero,
en uno de los dos festivales de la canción que dirigió la Nueva Trova. Y
a mí, que tanto me corto en esos lances y que salgo sin guión, se me
ocurrió decir que se trataba de alguien cuyo nombre era oro en la
historia de la canción latinoamericana… Me acuerdo de que, mientras la
ovacionaban, yo me bajé de allí con la sensación de haber dicho una
estupidez, por comparar a Mercedes con el también llamado vil metal.
Hoy, con el dolor de la pérdida presente, lejos de aquel agitado
Varadero, me doy cuenta de que dije lo correcto. Mercedes -como Yupanqui
y Violeta- es oro sustancial de las raíces de los Andes, tesoro de
nuestro patrimonio sin tiempo. Bienaventurada es Mercedes Sosa
URL del artículo :
http://www.cubadebate.cu/especiales/2009/10/05/palabras-de-silvio-rodriguez-por-la-muerte-de-mercedes-sosa-video/
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