La Habana, viernes 22 de mayo de 2009. Año 13 / Número 142
The most immediate income that our country
might obtain is through economizing
 
LAzaro Barredo Medina

 A CubaNews translation. Edited by Walter Lippmann.

As Fidel has constantly said, the most immediate income in foreign currency that our country might obtain is through economizing.

In the extraordinary conditions that the serious economic and financial crisis has provoked throughout the world, this policy turns into something that is most vital. In the words of the Chairman of the Central Bank, Francisco Soberon, the seriousness of the problem that we are facing is of such a nature that, if we say, from a political perspective, “Fatherland or Death”, without any amount of exaggeration whatsoever, we might say, in the economic realm, “Economizing or Death.”

And hand-in-hand with economizing, comes efficiency, a word so frequently mentioned, to the point that its contents is only perceived in the realm of abstractions, as an empty long-winded speech. It should, on the contrary, become the sole point of reference to measure, from a small group of minimum indicators, how to do everything better. It should stop being a slogan for a given point in time that remains cold and indifferent in so many murals and banners.  

It might sound repetitious, but the problem being posed at this moment is to what extent it is essential to confront the passive attitude in workers’ collectives and the useless formalities of our organizations that are not sufficiently precise when we deal with the problem of all that is not produced or is squandered.

It is vital for every worker and leader have a better understanding and attitude of mind with respect to economizing, to produce with a greater efficiency and to offer services that would –as modest as they might be— satisfy people, and to do all this with a rational perspective, because financial complexities force us to make economic readjustments under extraordinary circumstances.  

The country requires that expenditures be forcibly lowered to avoid mortgaging ourselves, to better resort to planning, to review inventories, to establish unitary norms of consumption.  

The vital things in life right now are none other than avoiding the  squandering or misuse of resources, a rejection of trends to hoard them and to tie them up, and a quest for formulas to enhance productivity. And this is only achieved by creating the necessary organizational conditions, by making a systematic evaluation of the way in which the capacity of each worker is utilized and, of course, how they are remunerated in accordance with their real contribution.

In other words, responses are needed to produce, not to waste the potential of utilizing the working day and to extract the maximum profit from machines and investments, because it is not possible to maintain the unbalanced results of foreign trade that were registered in the first three months of the present year, when imports amounted to 78% and exports to only 22%.

At the closing of the 19th Congress of the Central of Cuban Central Workers Confederation [CTC], comrade Raul underlined that one of the most difficult challenges of ideological work is to get workers to feel as if they were collectively the owners of the wealth of society, and to have them act accordingly.

That is why it is vital for collectives to demand much more from management when information and accountability vis-à-vis workers are not deep enough to facilitate their deliberate participation in every matter of the workplace.

The country does not require bureaucrats nor technocrats; it needs managers that would act as unflinching guardians of the socialist state and who would act as leaders of their collectives.

One might wonder if we can allow for an activity to be managed or directed by someone who does not keep in mind the fact that his/her foremost function is precisely to fulfil those duties and to be exacting and to control the fulfilment of the plan, and also to make sure that the money and the resources that the state has put in his/her hands have an efficient use.

We Cubans love to resort to proverbs in order to depict a given situation. For this one, we would say: ”We have to tighten our belts,” and it is not possible to confront this struggle passively. Fidel once said that those who do not want to go looking for trouble, those who are tolerant, those who accept things that are wrong are those who damage the Revolution to a greater extent.    

http://www.granma.cubaweb.cu/2009/05/22/nacional/artic05.html

   
   

El ingreso más inmediato que puede tener nuestro país
es el ahorro

Lázaro Barredo Medina

 Como Fidel ha dicho insistentemente, el ingreso en divisas más inmediato que puede tener nuestro país es el ahorro.

En las condiciones extraordinarias provocadas en el mundo por la grave crisis económica y financiera, esa política se convierte en algo vitalísimo. En el decir del Presidente del Banco Central, Francisco Soberón, la gravedad del problema planteado es de tal naturaleza que si políticamente decimos "Patria o Muerte", sin un ápice de exageración pudiera decirse en el ámbito económico "ahorro o muerte".

Y junto al ahorro, la eficiencia, una palabra tantas veces mencionada, que su contenido se percibe solo en un campo de abstracción como una perorata vacía, cuando debiera devenir en rasero único de medición a partir de un grupito de indicadores mínimos para hacer todo mejor y que deje de ser la consigna de un momento que permanece fría e indiferente en tantos murales y pancartas.

Puede resultar reiterativo, pero el problema planteado en este momento es lo imprescindible que resulta enfrentar la pasividad en los colectivos de trabajadores y el formalismo de nuestras organizaciones que no exigen lo suficiente por todo lo que se deja de producir o se derrocha.

Es preciso una mayor comprensión y disposición de todos los trabajadores y los dirigentes por ahorrar, producir con mayor rendimiento y prestar servicios que aunque modestos, satisfagan a la gente, y hacerlo todo con racionalidad, porque las complicaciones financieras nos obligan a realizar reajustes económicos bajo circunstancias extraordinarias.

El país requiere que se bajen los gastos obligatoriamente para no hipotecarnos, usar más la planificación, revisar los inventarios, establecer normas de consumo unitarias.

Los imperativos de la vida ahora no son otros que evitar el despilfarro de los recursos, que no se desvíen, que rechacemos las tendencias de acapararlos e inmovilizarlos y buscar fórmulas para la elevación de la productividad que solo se logra si se crean las condiciones organizativas imprescindibles, se hace una evaluación sistemática de la manera en que se aprovechó la capacidad de cada trabajador y, por supuesto, se remunera en correspondencia con su aporte real.

En otras palabras, hacen falta respuestas para producir, no desperdiciar la potencialidad de aprovechar la jornada laboral y "sacarles el jugo" a las máquinas y a las inversiones, porque no es posible sostener el desequilibrio en el Comercio Exterior registrado en los tres primeros meses de este año, cuando las importaciones fueron el 78%, y las exportaciones, el 22.

En la clausura del XIX Congreso de la CTC, el compañero Raúl subrayaba que uno de los más difíciles retos del trabajo ideológico es lograr que el trabajador se sienta dueño colectivo de las riquezas de la sociedad y actúe en consecuencia.

Por eso es preciso que las colectividades exijan mucho más a las administraciones cuando las informaciones y la rendiciones de cuenta a los trabajadores no tienen toda la profundidad para facilitarles una participación consecuente en todos los asuntos del centro laboral.

El país no necesita burócratas ni tecnócratas, necesita administradores que sean celosos guardianes del Estado socialista y que obren como dirigentes de sus colectivos.

Cabe preguntarse si debe permitirse que administre o dirija una actividad aquel que no tiene en cuenta que su función principalísima es precisamente cumplir con estas obligaciones, así como exigir y controlar por el cumplimiento del plan y que el dinero y los recursos que el Estado ha puesto en sus manos tengan un uso eficiente.

A los cubanos nos gustan los refraneros para dibujar una determinada situación. Así que para esta, "hay que amarrarse los pantalones" y no es posible enfrentar esta batalla con pasividad. Fidel dijo una vez que los que no quieren buscarse problemas, los tolerantes, los que congenian con lo mal hecho, son los que más daño hacen a la Revolución.

 
  [http://www.granma.cubaweb.cu/2009/05/22/base.htm]