Expresa Alarcón que señal de
cambio sería que Obama extradite o juzge a Posada y reduzca o
anule sentencias de Los Cinco
La Habana, 10 abr
(Granma-RHC) El presidente del Parlamento cubano, Ricardo
Alarcón, dijo que una señal de cambio en la política actual
pudiera ser, que el presidente Barack Obama haga uso de
atribuciones que le atribuye la Constitución y extradite a
Venezuela o juzgue de veras en su país al terrorista Luis Posada
Carriles y emplee su potestad de reducir condenas o anular
sentencias en el falso caso que se sigue contra los Cinco Héroes
antiterroristas cubanos.
Precisó Alarcón en
conferencia magistral ante diputados, delegados, cuadros del
Partido Comunista y el gobierno y las organizaciones de masa,
periodistas, juristas y estudiantes de nivel superior que la
intención estadounidense de apropiarse de Cuba es anterior a la
formación del imperialismo y subrayó que la política de bloqueo
a la Isla comenzó antes de lo que suele decirse, incluso cuando
no se había constituido el Gobierno Revolucionario.
En su conferencia el
también integrante del Buró Político dio detalles del estado
actual del proceso judicial seguido en Estados Unidos contra los
cinco luchadores antiterroristas cubanos injustamente
encarcelados en aquel país.
Alarcón ilustró que,
mientras varios países de América Latina celebran el
bicentenario del inicio de sus guerras de independencia, Cuba
recuerda doscientos años de intentos de los gobiernos de Estados
Unidos de anexarla. Apuntó que en ese tiempo han pretendido con
la Isla lo que con ninguna otra nación: establecer cómo ha de
ser y funcionar su República.
La larga data de
esta política, arraigada a base de mentiras y ocultamientos en
varias generaciones de ciudadanos estadounidenses, exige del
pueblo cubano una actitud de defensa sin concesiones de su
soberanía, contra el imperialismo e incluso contra posiciones no
imperialistas, afirmó.
Entre lo que
calificó de mentiras fundamentales, el dirigente argumentó que
el llamado diferendo no es consecuencia de contradicciones entre
los dos gobiernos por alguna medida cubana, lo que se evidencia
en que el bloqueo -no embargo- realmente comenzó en 1959, cuando
el Gobierno Revolucionario no estaba constituido ni había
ejecutado sus acciones más radicales.
Por otro lado, la
política irracional de guerra económica también es anterior a
los vínculos cubanos con la URSS y responde a la vieja decisión
de Washington de recuperar una posesión perdida. Ya en abril de
1959 -detalló-, un informe del Departamento de Estado reconocía
el arraigo popular de Fidel Castro y recomendaba, como único
modo de disminuirlo, la creación de malestar a través del hambre
y la desesperación.
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