|
|
|
|
|
||
|
|
Sexo sentido Abstinencia sexual: Célibe por cuenta propiaAbstenerse de
realizar prácticas sexuales es una más entre las opciones de
cualquier ser humano, tan digna de respeto como cualquier otra 27 de septiembre de 2008 00:20:18 GMT
«El corazón toma caminos que la razón no
entiende».
René Descartes ¿Quién no ha soñado con el príncipe o la princesa encantada que atrapará su corazón? Libros, películas, canciones, obras teatrales y hasta videojuegos recrean esa ilusión, heredada casi desde las cavernas. Y mientras llega ese gran amor, ¿qué hacer con esos vívidos deseos de rozar otra piel, intercambiar besos, vivir una experiencia erótica enriquecedora? ¿Cómo domar las ardientes hormonas, no siempre al tanto del elevado vuelo del espíritu? Ante esa disyuntiva, muchos dan rienda libre a sus instintos por aquello de que «el cuerpo no es jabón que se gaste». Pero cuidado: todo intercambio sexual implica riesgos biológicos, y un alto costo sentimental y social, aun cuando se ignore la opinión ajena o la del propio corazón. Tales reflexiones llegan con frecuencia a Sexo Sentido: gente que aplaude el derecho a la libre elección de una pareja... pero se duele de que en esa libertad apenas mencionemos la opción de no elegir ninguna. En tal caso están decenas de jóvenes no iniciados sexualmente porque sienten «que aún no llega su hora», a pesar de las reiteradas presiones del grupo. Otros desgranan razones de fe para no entregarse fuera del matrimonio, y también sufren incomprensión social. Un tercer grupo comenta decepciones sufridas por elegir de forma apresurada, y prefieren detenerse hasta tener la total seguridad de encontrarse ante el amor verdadero. A esas personas damos hoy voz desde esta página, conscientes de que el celibato no ha pasado de moda, sino que es un componente más de ese abanico humano que es la diversidad sexual, sinónimo también de riqueza cultural. Primero el amor
«No quiero tener sexo solo porque mis amigas lo hacen», dice Liz, una joven de 21 años, quien coincide con Félix en que la abstinencia no solo es un método seguro para evitar ITS, sino además una forma de conservar el corazón intacto. «Promover la relación sexual libre ha provocado que hoy los jóvenes no le den importancia al amor», afirman algunos, con cierta añoranza por aquellos prolongados noviazgos de otros siglos, olvidando que en esa época la pureza del cuerpo era exigida solo a las muchachas. Sin embargo, en algo tienen razón: la promiscuidad y las llamadas «descargas» no estimulan el altruismo en las relaciones sexuales. Aquello de «mi pareja es importante para mí y voy a hacer lo que esté a mi alcance para que se sienta amada», no es filosofía que prime en tales encuentros. ¿Y cómo, si no se les entrena para ello? La familia cubana ha aprendido a decir a sus adolescentes: «protégete», pero con frecuencia olvida añadir: «primero enamórate», un elemento clave para su desarrollo. Aquello de romper sillones antes de ir a la cama ahora parece ridículo, pero es innegable que la abstinencia durante el noviazgo ayudaba a los amantes a conocerse mejor y a desa- rrollar estrategias para pasar el tiempo juntos sin el protagonismo del intercambio sexual... algo que falta hoy en muchos proyectos amorosos en los que el sexo fue punto de partida y no desenlace, por lo que no es extraño que a los pocos meses se sientan defraudados o descubran con terror que la pareja no tiene «nada que ver conmigo». Después de PandoraVicente, un holguinero asiduo a Sexo Sentido, considera que la alta tasa de embarazos indeseados, abortos e ITS se debe en parte a que estamos tirando por la borda muchas normas sociales, pues todo se hace sin compromiso. «Quien no tiene ley en su vida, a la larga no terminará muy bien y hará mucho daño», dice este joven. Su reflexión es válida para quienes asumen la iniciación sexual como un camino sin retroceso, como si el primer paso quitara valor para sopesar los siguientes y «darse su lugar» resultara anacrónico cuando no es virgen. En ese error incurren tanto muchachas como varones, que convierten su cuerpo en un laboratorio y llegan a creer que una semana sin placer es un mal síntoma, renunciando además a otra virtud: fidelidad hacia sí mismos y hacia la pareja, si existe. La experiencia de Jorge resulta inspiradora: «Mi novia y yo llevábamos cerca de dos años de relaciones cuando a ella le dieron la oportunidad de estudiar idioma en otro país. Por más de un año me mantuve firme, a pesar de burlas e insinuaciones. Creo que no hice nada del otro mundo: hoy existen muchas parejas alejadas por diversas razones que deciden abstenerse para respetar lo que han construido juntos», afirma. Tales amores calman sus urgencias con numerosos detalles, y mantienen viva la parte espiritual de la relación, para ellos la que más importa, pues aunque suene fuera de época, abstinencia, fidelidad y condones es el núcleo de la estrategia elegida mundialmente para combatir la pandemia del sida. «El amor, más que sentimiento, es acción en contra de lo malo», escribe el amigo Vicente, y desde su noble madurez alerta a quienes tengan el oído presto: «No todo lo que se desea está bien: el corazón es engañoso».
|
|
|