Havana, Wednesday July 16, 2008. Year 12 / Number 197

Electrical consumption and state subsidization
Multiply by 22

Cuban families have not felt the rise in oil prices when they pay their electric bills.

By María Julia Mayoral
ma.julia@granma.cip.cu 

A CubaNews translation by Will Reissner.
Edited by Walter Lippmann.

With a total of 3,286,000 clients, the residential sector in Cuba today consumes 46.1 percent of the electricity delivered by the National Electrical Energy System. None of these more than 3 million homes has been hurt by the rise in the costs of electrical energy production resulting from soaring oil prices.

Were it not for investments like the installation of fuel oil electrical generation groupings, [I have no idea what these are] the cost of producing electricity would be much higher.

IF NOT FOR THE SUBSIDIES FROM THE STATE, THE MONTHLY BILL FOR EACH FAMILY WOULD CURRENTLY BE 22 TIMES HIGHER, ACCORDING TO CALCULATIONS MADE BY SPECIALISTS AT THE ELECTRICAL UNION (UNE).

During the first quarter of this year, the average residential bill was 32.22 pesos; without the above-mentioned state protection, the average bill would have been 708.84 pesos. Moreover, the bill for some homes would be much higher because their monthly consumption is over 300 kwh, the figure above which a higher rate applies to the electrical bill, as a tool to encourage savings.

The residential sector benefits not just from the state subsidy. Despite the economic constraints, the number of users is also growing as a result of the electrification of existing structures and the construction of new housing. For example, comparing the first quarter of 2007 with the same period this year, we find that the number of housing units being served grew by a bit more than 100,000.

Had it not been for the changes that the country has been implementing in the electrical energy sector since 2005 to achieve greater efficiency and rationality in usage, the mega-million pesos in subsidies for the population’s consumption of electricity would be much higher today.

Remember that until this year, nearly all electricity was generated by thermoelectric plants that are big users of fuel, with high levels of specific consumption and with rising losses in the delivery of electrical energy due to deterioration of the transmission and distribution networks.

Investments have made it possible to lower the costs of electrical production and delivery, the UNE notes. But the positive effects do not make up for the greater impact of the rises in the price of hydrocarbons.

Today what we face is not a shortage of generating capacity. We all remember the 2004 crisis with massive and prolonged blackouts. The problem at present and in the near future is tied to the degree to which state entities as well as residential consumers use electricity rationally.

Many people feel legitimate concern because more money is coming out of their pockets as a result of the rise in their monthly electrical bills, which is due both to the rate hike and the greater use of appliances that make everyday domestic life so much easier. But along with these calculations we also need to think about the rise in the price of oil and that “the lights” would cost us 22 times more if it weren’t for the state subsidy. This ought to serve as a basic reference point to get us to save and use energy more rationally.

 


La Habana, miércoles 16 de julio de 2008. Año 12 / Número 197
http://www.granma.cubaweb.cu/2008/07/16/nacional/artic02.html

Consumo de electricidad y subvención estatal
Multiplique por 22

Las familias cubanas no han sufrido la subida de los precios del petróleo a la hora de pagar su factura eléctrica

María Julia Mayoral
ma.julia@granma.cip.cu

Con un total de 3 286 000 clientes, el sector residencial en Cuba consume hoy el 46,1% de la electricidad entregada por el Sistema Electroenergético Nacional. Ninguno de esos más de 3 millones de hogares se ha visto perjudicado por el aumento de los costos de producción de la energía eléctrica a causa de los desmesurados precios del petróleo.

Si no fuera por inversiones como la instalación de grupos electrógenos fuel oil el costo de la producción de la electricidad fuera mucho mayor.

De no ser por la subvención asumida por el Estado, la factura mensual de cada familia sería en estos momentos 22 veces mayor; así lo confirman cálculos realizados por especialistas de la Unión Eléctrica (UNE).

Durante el primer trimestre de este año, el importe promedio de los hogares fue de 32,22 pesos; ello indica que la media a pagar hubiera sido de 708,84 pesos si no fuera por la mencionada protección estatal. Además, para algunos la cuenta sería mucho mayor pues sus consumos al mes están por encima de los 300 kWh y a partir de esa cifra se aplica la escala más alta de la actual tarifa eléctrica, como un instrumento de compulsión al ahorro.

El sector residencial no solo resulta beneficiario del subsidio estatal; pese a las limitaciones económicas, también crece el número de usuarios ya sea por la electrificación de inmuebles existentes o por la construcción de nuevas viviendas. Por ejemplo, la comparación entre el primer trimestre del 2007 con igual lapso del actual año indica que la cantidad de viviendas con ese servicio creció en poco más de 100 000.

De no ser por los cambios que viene introduciendo el país en el sector electroenergético desde el 2005, en busca de eficiencia y racionalidad, el millonario monto de los subsidios al consumo eléctrico de la población fuera hoy muy superior.

Pensemos solamente en que hasta ese año casi la totalidad de la generación era a partir de termoeléctricas grandes consumidoras de combustible, con índices de consumo específico elevados y las pérdidas en el traslado de la energía eléctrica también iban en ascenso debido al deterioro de las redes de transmisión y distribución.

Las inversiones han permitido abaratar los costos de producción y entrega de electricidad, asegura la UNE; pero su positivo efecto no puede contrarrestar el excesivo impacto del incremento de los precios de los hidrocarburos.

Actualmente el conflicto no está en el déficit de generación –recordemos la crisis del 2004 con masivos y prolongados apagones–, el problema presente y perspectivo estriba en la racionalidad con que tanto entidades estatales como consumidores residenciales emplean la electricidad.

Muchas personas pueden sentir legítima preocupación por el monto de los pagos mensuales de electricidad debido al aumento de la tarifa y al empleo de equipos que si bien facilitan el quehacer doméstico, incrementan sus erogaciones monetarias; pero junto a esos cálculos sería conveniente pensar en la subida de los precios del petróleo, y en las 22 veces más que nos costaría "la luz", si no fuera por el subsidio estatal. Esto pudiera ser un punto de referencia primordial para empeñarnos por el ahorro y el uso racional de la energía.


http://www.granma.cubaweb.cu/2008/07/16/nacional/artic02.html