By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
“America is a weapons factory, the White House a war room, and the president the manager of the neoliberal conspiracy to re-colonize the planet. It exports war and mass poverty. On the economic front: usurious neo-liberalism; on the military front: illegal wars. These are the trenches of America’s battle for world domination in the 21st century. If not stopped, it will be a short century.”
The above was written by film critic and Edinboro University Pennsylvania professor Luciana Bohne in a documented essay on the aggressiveness deployed by the US to assert its global hegemony.
In the 19th century, the United States posed as the nation chosen by God though Manifest Destiny to expand its domination throughout the world for the good of humanity. It decided to exterminate the internal “red menace” writing and shredding treaties, stealing lands, massacring, and herding indigenous populations into concentration camps (known as “Indian reservations”), in the name of civilizing the “savages.”
In 1890, with the massacre of Lakota at Wounded Knee, the frontier land grab completed Washington’s internal imperialist aspirations. But there remained a world to conquer, and the US trained its exceptionally covetous eye on Cuba and the Philippines, then part of Spain’s decadent colonial system. US external imperialism was born, wrote Bohne.
“Then, in 1917, something happened: a successful socialist revolution in Russia, the second major attempt, after the French Revolution of 1789, to try to redistribute the wealth of the few to the advantage of the many. The rulers of the world –the US, Britain, France and sundry acolytes– put aside their differences and united to stem the awful threat of popular democracy rising and spreading. They invaded Russia, fomented a civil war, funded and armed the counter-revolutionary forces, failed, and tried again in 1939,” wrote Bohne.
“But Hitler’s war of extermination against the USSR ended in a spectacular victory for Moscow.
For a while, after 1945, the US had to behave as a civilized country, formally. It claimed that the USSR had a barbarian, all-conquering ideology, rooted in terror, disappearances, murder, and torture. By contrast, the US was the shining city on the hill, the beacon of hope for “the free world.” Its shrine was the United Nations; its holy writ was international law; its first principle was the inviolability of the sovereignty of nations.
All this was rubbish, of course. It was an apartheid society. It nuked Japan not once but twice, deliberately selecting civilian targets. It shielded from justice top Nazi war criminals from justice in order to absorb them as partners in its intelligence structures. It conducted virtual “show trials” against dissidents during the hysteria of the McCarthy congressional hearings, seeding the country with a harvest of fear.
It waged a genocidal war on Vietnam to prevent that country’s independence and unification. It assassinated African independence leaders and bestowed fascist dictators on Latin America. It softly occupied Western Europe, tied it to itself through military “cooperation” through NATO, and continued its ruthless effort to take out the Soviet Union and crush self-determination in the colonial world.
The Soviet Union dissolved in 1991, and the US went berserk with triumphalism. The conquest of the world, interrupted in 1917, could resume.
The benign mask dropped. “History had ended, ideologies had died, and the messianic mission of the US to become the steward of God’s property on earth could be fulfilled.”
An ambitious neo-conservative conspiracy drafted “The Plan for a New American Century” (PNAC). It envisaged the 21st century as a unilateralist drive to entrench American values globally through pre-emptive wars and regime change.
This frenzied delirium of US military domination turned into official foreign policy with the Bush Doctrine after the terrorist acts on 9/11 in New York. But it would be the Clinton administration’s Doctrine of Humanitarian Warfare –combining the liberal principles of “democracy and freedom” with policies of human rights– that induced the liberal left to embrace war and imperialism as the method of defending human rights.
“Since 1945”, wrote Bohne,” America’s Manifest Destiny, posing as the Free World’s Crusader, has claimed 20 to 30 million lives worldwide and bombed one-third of the earth’s people.”
May 30, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
“Estados Unidos es una fábrica de armas que exporta guerra y pobreza a las masas, la Casa Blanca es un cuartel y el presidente de la nación es el jefe de la conspiración neoliberal para recolonizar el planeta. En el frente económico, Washington es el prestamista del
neoliberalismo; en el frente militar, promotor de guerras ilegales. Estas son las trincheras de su batalla por la dominación del mundo en el siglo XXI. Si no se le detiene, será un siglo corto.”
Esto dice y pronostica Luciana Bohne, crítica de cine y profesora de la Universidad de Edinboro, en Pensilvania, en un documentado ensayo acerca de la agresividad que despliega Estados Unidos en función de afirmar su hegemonía global.
En el siglo XIX, Estados Unidos, presentándose como la nación escogida de Dios por destino manifiesto para expandirse por el mundo y dominarlo para bien de la humanidad, decidió exterminar la “amenaza roja” interna. Forzó inicuos tratados y destrozó otros que no eran de su conveniencia, robó tierras, masacró poblaciones nativas, convirtió fincas de pastoreo en campos de concentración (reservas indias), todo en nombre del propósito de civilizar salvajes.
En 1890, con la matanza de Wounded Knee, su vocación imperialista completó la fijación de la frontera nacional que en lo interno llenaba sus aspiraciones. Pero quedaba un mundo por conquistar y el naciente imperialismo global estrenó su codicia con la conquista de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, que eran parte del decadente sistema colonial de España. Nació el imperialismo externo norteamericano, escribe Bohne.
En 1917, dice la autora, “ocurrió una revolución social en Rusia, la segunda tras la francesa de 1789 que se proponía redistribuir la riqueza de los pocos para beneficio de los muchos. Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y otros acólitos, dejaron a un lado sus diferencias y se unieron para detener la terrible amenaza que planteaba la democracia popular y su difusión. Invadieron Rusia, fomentaron una guerra civil, financiaron y armaron a las fuerzas de la contrarrevolución. Cuando fracasaron, lo intentaron de nuevo en 1939. Pero la guerra de Hitler por el exterminio en la URSS terminó con espectacular victoria de Moscú”.
Por un tiempo, después de 1945, Estados Unidos tuvo que comportarse formalmente como un país civilizado. No obstante, desarrolló una campaña contra la URSS alegando que tenía una ideología de exterminio, terror, asesinatos y torturas. Estados Unidos, por el contrario, era un faro de esperanza para el “mundo libre”. Su Santuario estaba en las Naciones Unidas; su Sagrada Escritura en el derecho internacional, y era su principio básico la inviolabilidad de la soberanía de las naciones.
Todo esto, aclara Bohne, era pura falacia. Estados Unidos era una sociedad de apartheid que había sido capaz de llevar a cabo bombardeos nucleares -dos veces-, sobre objetivos civiles de Japón cruelmente seleccionados. Evitó que se hiciera justicia a los criminales nazis al finalizar la guerra para absorberlos como socios en las estructuras de su inteligencia militar. Llevó a cabo juicios mediatizados contra disidentes durante la histérica era macartista, sembrando al país para una cosecha de miedo. Libró una guerra genocida contra Vietnam para evitar su independencia y unificación. Asesinó a líderes
independentistas africanos y promovió dictadores fascistas en América Latina. Ató a Europa occidental mediante acuerdos de “cooperación” militar en la OTAN y libró un esfuerzo implacable por debilitar a la Unión Soviética y aplastar la autodeterminación en el mundo colonial. La Unión Soviética se disolvió en 1991 y Estados Unidos lo celebró con triunfalismo. La conquista del mundo, interrumpida en 1917, podría reanudarse.
Cayó la máscara benigna. “La historia había terminado, las ideologías habían muerto y podría cumplirse la misión mesiánica de Estados Unidos, convertido en el administrador de la propiedad de Dios en la tierra”.
Una ambiciosa conspiración neoconservadora bosquejó el “Proyecto para un nuevo siglo americano (PNAC)”, que pronosticó que el siglo XXI sería el del afianzamiento mundial de los valores estadounidenses mediante guerras preventivas y cambios de los regímenes que no fueran afectos a ellos.
Este frenético delirio de dominación militar de Estados Unidos se convirtió en política oficial con la doctrina de Bush después de los actos terroristas del 11 de septiembre en Nueva York, aunque antes tomó cuerpo en la doctrina de la guerra humanitaria aplicada por Clinton que mezcló los principios liberales de “democracia y libertad” con las políticas sobre derechos humanos para inducir a la izquierda liberal a abrazar la guerra y al imperialismo como medios de defensa de los derechos humanos.
Desde 1945, dice la autora del artículo, el destino manifiesto proclamado por Estados Unidos como cruzada del mundo libre, ha cobrado las vidas de entre 20 a 30 millones de personas y ha bombardeado a un tercio de los habitantes del planeta.
Mayo 30 de 2016.
Author: Redacción Nacional | internet@granma.cu
23 de mayo de 2016 22:05:40
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
7th. Our Party Congress discussed two important projects: Conceptualization of the Economic and Social Model Cuban Socialist Development and the National Plan for Economic and Social Development 2030: Proposed Vision for the Nation, Axes and Strategic Sectors.
As explained in the Central Report of the important partisan appointment, both documents will be democratically discussed by the Party militants and the Young Communist League, and representatives of the mass organizations and large sectors of society in order to enrich and perfect them.
For the information and knowledge of our population, the full text of the aforementioned projects in a tabloid newspaper of 32 pages and the price of one peso will go on sale at all newsstands press and post offices in the country as of Tuesday.
——
Download the 32-page tabloid here:
http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2016/05/Copia-para-el-Sitio-Web.pdf
Autor: Redacción Nacional | internet@granma.cu
23 de mayo de 2016 22:05:40
El 7mo. Congreso de nuestro Partido analizó dos importantes proyectos: Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030: Propuesta de Visión de la Nación, Ejes y Sectores Estratégicos.
Tal como se explicó en el Informe Central de la importante cita partidista, ambos documentos serán debatidos democráticamente por la militancia del Partido y la Unión de Jóvenes Comunistas, así como representantes de las organizaciones de masas y amplios sectores de la sociedad con el fin de enriquecerlos y perfeccionarlos.
Para información y conocimiento de nuestra población, a partir de este martes se pondrá a la venta en todos los estanquillos de prensa y oficinas de correos del país el texto íntegro de los referidos proyectos en un tabloide de 32 páginas y al precio de un peso.
Descargar el documento aqui:
http://www.cubadebate.cu/wp-content/uploads/2016/05/Copia-para-el-Sitio-Web.pdf
From the time of the cave dwellers, rich people emerge who over time give way to new ones…04/08/2016
By Arturo Chang
8/04/2016
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
After Cuba was declared a territory free of illiteracy, the new rich were those who had learned to read and write. (Alfredo Martirena Hernández / Cubahora)
As promised last Friday in “Lo particular, privado y la lluvia” [The Individual or Privately Owned and The Rain], I present the topic of the new rich in Cuba. To start, let’s say that the cyclical emergence of people with lots of money is not a phenomenon that is only occurring now for the first time. It has been happening repeatedly over time.
Shortly before the defeated Bay of Pigs invasion (1961), a counter-revolutionary man who fell into the category of “gusano” [worm, because they spiritually crawled at the feet of the Yankees, wl] asked me what INRA meant (Instituto Nacional de Reforma Agraria/National Institute for Agrarian Reform) because he said the Spanish acronym meant what in English would read as Impossible to be Born Rich Now. And, to prove his point, he used the example of the nationalized properties and lands that had been given to those who worked them.
Despite his sarcastic tone, that minor character was not without reason, since, as soon as the Revolution triumphed in 1959, measures were adopted aimed at preventing that, by the mere fact of being the owners of basic means of production, these people could exploit others.
Those were times when, after Cuba was declared a territory free of illiteracy, the new rich were those who had learned to read and write and then continued their studies within or outside the scholarship system. Education was considered an essential requirement for getting ahead in life.
Blockaded by the US government in all spheres of life, Cuban citizens lived for many years under aseptic conditions. Social ownership of the fundamental means of production guaranteed that no one could amass an outstanding fortune. This was even more so after March 1968, when small businesses became state property.
Under such circumstances, even small privileges, such as a job with fringe benefits, was viewed with displeasure by society. When individuals flaunted those benefits, especially if they were excessive or the result of unwholesome aspirations, they were popularly rejected. The latter practically defined the category of new rich as unscrupulous careerists and opportunists who took advantage of positions they had reached within the ranks of the revolution.
In those days, there were persons who had so-called “historical” high salaries and who –without having committed any sin– decided to lower their own salaries several times, because they believed in living at the same level of others and in sacrificing for the good of all.
That beast we all have inside us, which can be awakened by a lack of moral values, and can unleash all its fury against others, reached a high point at the end of the 1980s. Then, due to actions outside the law, a group of people amassed huge sums of money and goods. Starting with the most notorious New Rich, they were all neutralized before the approving eyes of the majority.
Evils that had already been eradicated or reduced to their minimal expression, reappeared in completely new contexts in the 1990s of last century. This was in step with measures to deal with the brutal consequences of the collapse of the socialist bloc in Eastern Europe and the disintegration of the Soviet Union, coupled with the intensification of the blockade.
Someone who had gotten rich during the implementation of decisions a quarter of a century ago, confided to me his most intimate thoughts as a person devoted entirely to the Revolution: I am sure that my children will always defend this –he said– but living with so much money and having everything, those who I start worrying about are my great-grandchildren. They will inherit from us without knowing where everything came from.
With the measures introduced in recent years, there is a sector whose incomes far exceed those of others. They seem to increase without limits. Others receive high salaries for their contribution at work. Are they all new rich? Are they the same as those who receive remittances, benefit from corruption and illegalities?
Although they are far from being a majority, their reach is wide enough to disrupt or set the tone in many aspects of life. This situation becomes more complex when an imperial country pretends to promote these persons as a social basis with which to change course toward the private ownership of the fundamental means of production.
Under such circumstances, with many more questions than answers, I conclude for now this Friday to read again a work by Friedrich Engels: The Origins of Family, Private Property and the State which I will discuss next Friday taking into account the views that you send after reading this post.
Por Arturo Chang
8/04/2016
Cumpliendo lo prometido el viernes anterior en “Lo particular, privado y la lluvia” presento el tema de los nuevos ricos en Cuba, pero para comenzar, digamos que el surgimiento cíclico de personas muy adineradas no es un fenómeno que ocurre ahora por única vez, pues ha estado ocurriendo constantemente.
Poco antes de la derrotada invasión de Playa Girón (1961), un contrarrevolucionario que clasificaba en la escala de “gusano” (porque se arrastraba espiritualmente a los pies de los yanquis) me preguntaba qué quería decir INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria), pero su óptica descifraba la sigla como Imposible Nacer Ricos Ahora, y como argumento exponía las propiedades nacionalizadas y las tierras entregadas a los que la trabajaban.
A pesar de su tono burlón, aquel personajillo no dejaba de tener razón, pues apenas triunfó la Revolución en 1959, las medidas estuvieron encaminadas a evitar que por el hecho de ser propietarios de medios fundamentales de producción, pudieran explotar a los demás.
Fueron momentos en que tras declararse Cuba como territorio libre de analfabetismo, se consideraban nuevos ricos a los que aprendieran a leer y escribir, y continuaran sus estudios dentro o fuera del sistema de becas, lo cual estaba considerado un requisito esencial para ascender en la vida.
Bloqueados por el gobierno de EEUU en todas las esferas de la vida, la ciudadanía cubana vivió muchos años en condiciones asépticas en las cuales la propiedad social sobre los grandes medios fundamentales de producción garantizaba que nadie pudiera amasar una fortuna que sobresaliera. Más aún cuando en marzo de 1968 los pequeños negocios pasaron a propiedad estatal.
En tales circunstancias, hasta pequeños privilegios otorgados como facilidades para ejercer un cargo, fueron vistos con desagrado por la sociedad, y rechazados cuando alguien ostentara esas facilidades, sobre todo, cuando eran excesivos o fruto de malsanas aspiraciones. Estas últimas fueron prácticamente las que otorgaron categoría de nuevos ricos a inescrupulosos, arribistas y oportunistas que se aprovechaban de posiciones alcanzadas dentro de las filas de la Revolución.
Hasta aquellos momentos, hubo casos en los cuales quienes tenían los llamados sueldos históricos o altos sin cometer ningún pecado, se los rebajaron varias veces porque tenían entre sus convicciones vivir al nivel del prójimo y sacrificarse por el bienestar de todos.
Esa bestia que todos tenemos dentro y que sin valores morales puede despertar y desatarse con toda su furia contra los demás, hizo que como punto culminante, a finales de los años 80, gracias a cometer actos fuera de la ley, un grupo de personas se hicieran de enormes sumas de dinero y bienes. Empezando por los Nuevos Ricos más connotados, fueron neutralizados ante la mirada aprobatoria de las mayorías.
Males que ya habían sido erradicados o llevados a su mínima expresión, resurgieron en contextos inéditos en la década de los 90 del siglo pasado al ritmo de las medidas aplicadas para enfrentar las brutales consecuencias del derrumbe del campo socialista de Europa del Este y la desintegración de la Unión Soviética, unidos a la intensificación del bloqueo.
Alguien enriquecido al calor de la implementación de decisiones de hace un cuarto de siglo, me confiaba sus pensamientos más íntimos de persona dedicada por entero a la Revolución: Yo estoy seguro de que mis hijos siempre van a defender esto, pero viviendo con tanto dinero y teniendo de todo, los que sí empiezan a preocuparme son mis bisnietos que van a heredarnos sin saber de dónde salieron las cosas.
Con lo introducido en los últimos años, hay un sector cuyos ingresos superan con creces a los de los demás de manera tan creciente que parecen no tener límites; otros, reciben salarios altos por su aporte en el trabajo, y todos ¿son? nuevos ricos junto a quienes reciben remesas, se nutren de la corrupción y las ilegalidades, y aunque están lejos de ser mayoría, su alcance es suficiente como para desorganizar o marcar el rumbo en muchos fenómenos de la vida, que se vuelve más compleja cuando un país imperial pretende fomentarlos como base social para torcer el rumbo hacia la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción.
En tales circunstancias, con muchas más preguntas que respuestas, concluyo por ahora este viernes, para releer una obra de Federico Engels: El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, que comentaré en próximo viernes teniendo en cuenta las opiniones que ustedes viertan después de leer esta post.
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
On May 23, 41 years after the defeat of the US in its war against Vietnam, President Barack Obama began an official visit to the Southeast Asian nation that gave the American superpower that humiliating defeat.
Upon arrival, Obama thanked the Vietnamese Government for its assistance provided to the United States to locate the remains of their soldiers that had disappeared during the war. He promised to help in the work for the removal of the unexploded landmines and munitions left during the conflict.
Before the dishonorable capitulation of Washington in its asymmetric Vietnam war, the French colonialists had experienced the Vietnamese determination for independence.
At the end of World War II, France was able to restore its colonial rule in what was then known as Indochina. In 1946, the “Viet Minh”, an independence movement led by Communist leader Ho Chi Minh, fought against the French troops for control of North Vietnam using guerrilla tactics that were disconcerting for the French colonialists.
By the end of 1953, when both parties were preparing to start peace talks, the French military commanders chose Dien Bien Phu, a village in northwestern Vietnam near the borders with Laos and China, as the ground to engage in the defining battle of the war against the Viet Minh.
Hoping to force the guerrillas of Ho Chi Minh into conventional battle, the French began installing a garrison in Dien Bien Phu. Most French troops and the supplies
arrived by air, landing on the fort’s runway or dropped by parachute.
The French assumed that any assault against their very fortified positions would fail, crushed by their artillery.
By March 1954, the size of the French garrison at Dien Bien Phu had grown to about 16,000 soldiers. 70 percent of that force was composed of members of the Foreign Legion –soldiers of the French colonies in North Africa– and Vietnamese loyal to
the colonialists.
The artillery positions surrounding Dien Bien Phu were controlled by the French a few days before the initial attack. But the main part of the garrison was under intense
and effective artillery fire from the surrounding hills.
In an impressive logistical feat, the Viet Minh had dragged uphill numerous pieces of artillery going through thick forests that the French had considered impassable.
The commander of the French artillery, unable to return fire from the well-defended and well-camouflaged batteries of the Viet Minh, went to his shelter and, in desperation, committed suicide.
The intense shelling of the Viet Minh also rendered the Dien Bien Phu runway useless. French attempts to resupply and reinforce the garrison via parachute were frustrated as a result of the patriot’s anti-aircraft attacks.
It was during these resupply attempts that two civilian pilots became the first Americans killed in combat in Vietnam.
Meanwhile, the Viet Minh was steadily reducing the area controlled by the French, applying what its commander, General Vo Nguyen Giap, described as “a combined tactic of gradual wear and large-scale attacks”.
Dien Bien Phu fell to the Viet Minh on May 7. At least 2,200 troops of the French forces died during the siege, and thousands more were taken prisoner. Among the 50,000 Vietnamese patriots who besieged the garrison there were some 23,000 casualties, of which about 8,000 were fatal.
The fall of Dien Bien Phu shocked France and marked the end of French Indochina.
After the French withdrawal, Vietnam was officially divided into a communist North and a non-communist South, the theatre for the US intervention that would follow.
In 1963, while Washington was increasingly committing its forces in Vietnam, then-Soviet Premier Nikita Khrushchev offered a wasted piece of advice to a US official. “If you want to do so, go and fight in the jungles of Vietnam. The French fought there for seven years and eventually had to leave. Perhaps Americans can endure a little longer, but eventually will also have to go.”
The end of the US superpower’s aggression against Vietnam is remembered with filmed and photographic images of hundreds of Yankee officials fleeing the then-poor and backward Vietnamese nation, ridiculously hanging from their helicopters.
May 24, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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OBAMA EN VIETNAM A 41 AÑOS DE LA DEBACLE
A 41 años de la derrota de Estados Unidos en su guerra contra Vietnam, el Presidente Barack Obama inició el 23 de mayo una visita oficial a la nación del sudeste asiático que le propinó a la superpotencia americana aquel humillante descalabro.
A su arribo, Obama agradeció al Gobierno vietnamita la asistencia brindada a Estados Unidos para localizar los restos de sus soldados desaparecidos durante la guerra. Prometió ayudar en los trabajos por el retiro de minas terrestres y municiones no estalladas en el conflicto.
Antes de la deshonrosa capitulación de Washington en su asimétrica guerra contra Vietnam, los colonialistas franceses conocieron de la decisión independentista de los vietnamitas.
Al término de la segunda guerra mundial, Francia pudo restablecer su dominio colonial en lo que entonces se conocía como Indochina. En 1946, el “Viet Minh”, un movimiento independentista encabezado por el líder comunista Ho Chi Minh, combatía contra las tropas francesas por el control del norte de Vietnam usando tácticas guerrilleras desconcertantes para los colonialistas franceses.
Hacia fines de 1953, cuando ambas partes se aprestaban a iniciar conversaciones de paz, los comandantes militares franceses escogieron Dien Bien Fu, una aldea del noroeste de Vietnam cerca de las fronteras de Laos y China, como escenario para entablar la batalla definitoria de la guerra contra el Viet Minh.
Con la esperanza de obligar a los guerrilleros de Ho Chi Minh a una batalla convencional, los franceses comenzaron a instalar una guarnición en Dien Bien Fu. La mayoría de las tropas francesas y los pertrechos les llegaron por aire, aterrizando en la pista del fuerte o arrojados en paracaídas.
Los franceses suponían que cualquier asalto contra sus muy fortificadas posiciones fracasaría, desbaratado por su artillería. Para marzo de 1954, el tamaño de la guarnición francesa en Dien Bien Phu había crecido hasta unos 16.000 soldados. Un 70 por ciento de esa fuerza estaba compuesto por miembros de la Legión Extranjera -soldados de las colonias francesas en el norte de Africa- y vietnamitas leales a los colonialistas.
Las posiciones de artillería que rodeaban Dien Bien Fu fueron controladas por los franceses pocos días antes del ataque inicial. Pero la parte principal de la guarnición se vio sometida a un intenso y efectivo fuego de artillería desde las colinas que la rodeaban. En una impresionante hazaña logística, el Viet Minh había arrastrado numerosas piezas de artillería colina arriba por entre espesos bosques que los franceses habían considerado infranqueables.
El comandante de la artillería francesa, desesperado al no poder responder el fuego de las bien defendidas y bien camufladas baterías del Viet Minh, fue a su refugio y se suicidó.
El intenso cañoneo del Viet Minh también anuló la pista de aterrizaje de Dien Bien Fu. Los intentos de los franceses de reabastecer y reforzar la guarnición mediante paracaídas se vieron frustrados por efecto de las ráfagas de las baterías antiaéreas de los patriotas. Fue durante ese intento de reabastecimiento dos pilotos civiles se convirtieron en los primeros estadounidenses muertos en combate en Vietnam.
Entretanto, el Viet Minh iba reduciendo sostenidamente el área controlada por los franceses, aplicando lo que su comandante, el general Vo Nguyen Giap, describió como “una táctica combinada de desgaste paulatino y ataques en gran escala”.
Dien Bien Fu cayó en manos del Viet Minh el 7 de mayo. Por lo menos 2.200 efectivos de las fuerzas francesas murieron durante el asedio, y otros miles fueron hechos prisioneros. Entre los 50.000 patriotas vietnamitas que sitiaron la guarnición hubo unos 23.000 bajas, unos 8.000 fueron bajas mortales.
La caída de Dien Bien Phu estremeció a Francia y selló el fin de la Indochina francesa.
Tras la retirada francesa, Vietnam quedó oficialmente dividido entre un Norte comunista y un Sur no comunista, escenario para la intervención norteamericana que seguiría.
En 1963, mientras Washington se comprometía cada vez más en Vietnam, el entonces primer ministro soviético Nikita Jruschov le ofreció un desperdiciado consejo a un funcionario norteamericano. “Si quieren, vayan y peleen en las selvas de Vietnam. Los franceses lucharon allí siete años y al final tuvieron que irse. Tal vez los norteamericanos puedan aguantar un poco más, pero al final tendrán que irse también”. El final de la agresión de la superpotencia estadounidense a Vietnam se recuerda con las imágenes filmadas y fotográficas de cientos de oficiales yanquis huyendo de la entonces pobre y retrasada nación vietnamita, ridículamente guindados de helicópteros agresores.
Mayo 24 de 2016.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
“The presence, and even omnipresence, of Donald Trump and Bernie Sanders at this stage of the US electoral race would have been difficult to predict only a year ago.
The participation of Trump, a populist and politically unwise businessman, would have been unthinkable a few years ago; just as that of a Vermont socialist who focuses on fighting inequalities, injustices and great fortunes. Even if –ultimately– neither had a real chance of occupying the White House in 2017, both allow us to understand the changes that are taking place in US society which eventually could come to change its very nature.”
These are views expressed by journalists Arnaud Blin and François Soulard in an essay published on April 27 by the Alainet network.
“Donald Trump is a typical all-American champion: White, Protestant and rural, whose unstable identity is viscerally linked to atavistic ideas such as the right to own a gun –long promoted by Hollywood and present in the dreams of several generations, but which today seems to be totally overcome by events.”
Bernie Sanders, in a way, is the perfect opposite of Trump and both embody the exhaustion of the American people.
Sanders –a politician with vast experience, the son of Polish Jewish immigrants, an atheist native of Brooklyn and a socialist– is the antithesis of White, Protestant, neo-liberal America. He is also the embodiment of the cosmopolitan urban movement that has become aware of the serious deficiencies of the neoliberal model.
It is true that Sanders will not be able to defeat Hillary Clinton, but the support he has managed to get shows how mentalities have changed. This also means that Hillary Clinton will have to take into account these new trends to govern effectively.
For anyone who lived in the US during the Cold War, the idea of a politician presenting himself as a socialist without landing somewhere other than a courtroom is almost
unthinkable, Blin and Soulard say.
The outdated battle for the “America of the old days” that Trump is carrying forward is also bringing about the implosion of the neo-liberal Republican Party, and the emergence of a Hispanic “majority minority”. That these are transforming the US political and cultural landscape, and bringing about the re-emergence of a public opinion favorable to social rights are signs that the United States is entering a new phase of its history.
The need to adapt to this phase demands even more –write Arnaud Blin and François Soulard– the knowledge of the inner reality of the US and the perception of its uncertain evolution.
At the level of its internal policies, the US is today being overtaken today by several decades of irresponsibility and denial. While in 1945, Americans had half a century of progress ahead in relation to the rest of the world, today they are falling behind in many areas: education, justice, social security, infrastructure, etc. …, that is, the fields that define how a superpower is able to lead in the direction of History, for better or worse.
While the United States continues to lead in terms of economic dynamism and military power, that dynamism is suffering great imbalances and US power is inadequate for current requirements in terms of foreign policy and the use of force.
The United States has not known how to adapt to a globalization of which it has been the prime instigator and the strongest motor force. Hence, in the short and medium term, the US will face an important choice: to continue business as usual, with the possible risk of the progressive erosion –already visible—of its power, prestige and influence.
Or to make a strategic retreat that would allow it to invest its energies in a profound renewal of society and the regaining of its lost prestige. For this, it will have to reduce substantially its external activities and military apparatus. It would have to articulate its priorities better.
Faced with this dilemma, Blin and Soulard wonder if Hillary Clinton will be the Wonder Woman capable of carrying out the necessary change; or will she be content to navigate murky waters making small symbolic but insufficient changes?
“The combined clash of Trump and Sanders will, perhaps, serve as an electroshock to a political class that –as confirmed by most US Americans– refuses to look reality in the face. After declaring repeatedly and for so long “we are the best”, it will be indeed difficult to accept that “we are not even very good”. This is Blin and Soulard’s conclusion.
April 30, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
“La presencia, y hasta la omnipresencia, de Donald Trump y de Bernie Sanders en esta etapa de las elecciones estadounidenses hubieran sido difíciles de prever hace solamente un año. La sola participación de Trump, hombre de negocios, populista y políticamente desatinado, hubiera sido impensable hace unos años, tanto como la de un socialista de Vermont abocado a combatir las desigualdades, las injusticias y las grandes fortunas. Aun, cuando ninguno de los dos, en última instancia, tenga posibilidad real de ocupar la Casa Blanca en 2017, ambos nos permiten comprender los cambios que aparecen en la sociedad norteamericana que pueden llegar a modificar su naturaleza.” Así lo consideran los periodistas Arnaud Blin y François Soulard en un ensayo que publicó el 27 de abril la red Alainet. “Donald Trump es el campeón “americano” de siempre: blanco, protestante, rural, cuya identidad precaria está visceralmente aferrada a atavismos tales como el derecho a poseer un arma, de los que se vanaglorió Hollywood durante mucho tiempo, que hicieron soñar a varias generaciones pero que, hoy en día, parecen totalmente superados por los acontecimientos”.
Bernie Sanders, en cierto modo, es la oposición perfecta de Trump porque ambos encarnan la saturación del pueblo norteamericano. Político con vasta experiencia, hijo de inmigrantes judíos polacos y ateo, originario de Brooklyn, socialista, es la antítesis de una Norteamérica blanca, protestante, neoliberal. Es también la
encarnación de ese movimiento urbano cosmopolita que ha tomado conciencia de las profundas deficiencias del modelo neoliberal. Es cierto que Sanders no estará en condiciones de preocupar a Hillary Clinton pero el apoyo que logró obtener muestra hasta qué punto las mentalidades han cambiado y que Hillary Clinton, para gobernar con eficacia, tendrá que tomar en cuenta esas nuevas tendencias. Para cualquiera que haya vivido en Estados Unidos durante la guerra fría, la idea de que un político se presente como socialista sin aterrizar en algún lugar que no sea delante de un tribunal es casi impensable, opinan los autores.
El combate desfasado de la Norteamérica de los viejos tiempos que lleva adelante Trump y que acompaña a la implosión del partido republicano neoliberal, el surgimiento de una “minoría mayoritaria” hispana que transforma el paisaje político y cultural de los Estados Unidos y el re-surgimiento de una opinión pública favorable a los derechos sociales constituyen signos de que los Estados Unidos están entrando en una nueva fase de su historia.
La necesidad de adaptarse a ella remite más aun – escriben Arnaud Blin y François Soulard – al conocimiento de la realidad interior de Estados Unidos y a la percepción de su evolución incierta. A nivel de sus políticas internas, EEUU se ve alcanzado hoy por varias décadas de irresponsabilidad y de negación. Mientras que en 1945 los norteamericanos tenían medio siglo de adelanto en relación al resto del mundo, hoy en día se están atrasando en muchas esferas: educación, justicia, seguridad social, infraestructuras, etc.…, vale decir, ámbitos que definen en aquello que una superpotencia es capaz de liderar en la dirección de la Historia, para bien o para mal. Aun cuando Estados Unidos sigue a la cabeza en materia de dinamismo económico o potencia militar, ese dinamismo sufre grandes desequilibrios y la potencia estadounidense es inadecuada para las exigencias actuales en términos de política extranjera y uso de la fuerza.
Estados Unidos no ha sabido adaptarse a la globalización de la que, sin embargo, ha sido el primer instigador y el más contundente motor. De ahí que
a corto y mediano plazo, EEUU se enfrentará a una elección importante: seguir como si nada, con el probable riesgo de una erosión progresiva – ya visible- de su potencia, de su prestigio y de su influencia. O hacer una retirada estratégica que le permita invertir sus energías en una renovación profunda de su sociedad, capaz de hacerlos recobrar el prestigio perdido. Pero para ello tendrá que reducir sensiblemente sus actividades exteriores y su aparato militar, y articular mejor sus prioridades.
Ante tal disyuntiva, Blin y Soulard preguntan si Hillary Clinton será la mujer providencial capaz de llevar adelante el cambio necesario ¿O se contentará con navegar en aguas turbias haciendo pequeños cambios simbólicos pero insuficientes?
“El choque combinado de Trump y Sanders quizás sirva de electroshock a una clase política que, tal como lo constató la mayoría de los norteamericanos, se niega a mirar la realidad de frente. A fuerza de declamar que “somos los mejores” será efectivamente difícil aceptar que ya no somos siquiera muy buenos”, es la respuesta de los autores.
Abril 30 de 2016.
http://www.cubadebate.cu/?p=736673#.VydGe3rOH_8
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
UNEAC [Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba/ National Union of Writers and Artists of Cuba] is pleased to invite you to a Conversation Session with Russian poet Yevgeny Yevtushenko, screenwriter along with Enrique Pineda Barnet of the film Soy Cuba. Filmmakers from ICAIC [Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos/Cuban Film Institute] will also be present. The event will be on Thursday 26 at 10:00 am as part of the activities of the International Poetry Festival: an occasion when dramaturgy, film and poetry converge.
The poet received the name with which he became famous in 1944 when his mother, returning from evacuation in Zimmah, changed the boy’s father’s name to her maiden name. Later, Yevtushenko wrote about this event in his poem “Mom and the Neutron Bomb”. It was during that process that they consciously registered him as having been born in 1933 in order to avoid the complications that would have meant obtaining the necessary safe-conduct for all persons aged 12 years of age.
On June 4, 1949, one of his poems is first published: It was “Two Sports” published in the newspaper Sovietskii Sport. Three years later his first collection of poems “The Explorers of the Future” was released; and that same year of 1952 he joined the Union of Soviet Writers becoming its youngest member.
Along with Andrei Voznesensky, Róbert Rozhdestvenski and Bella Akhmadulina, Yevtushenko was one of the idols of the nineteen-sixties generation and quotations from his works were transformed into proverbial phrases, for example, “A poet in Russia is more than a poet.”
He toured the world in his many travels and his relationship with the Hispanic world has been special: he learned Spanish and translated into Russian the work of some poets like the Chilean Raúl Zurita. One night, on the banks of the Amazon River in Leticia, Colombia, he saw a huge fire on the other side, on the south bank of the river.
He asked his friends if they should not all cross the Amazon to help extinguish the fire. They said, “No matter, that is the Peruvian side.” This made Yevtushenko write a poem in Spanish:
No hay lado colombiano,
No hay lado peruano.
Solamente hay lado humano.
[There is not a Colombian side,
There is not a Peruvian side,
There is only a Human side.]
Works
Books in Spanish
Poems
Poetry Collections
Novels
Short Novels
Essay Collections
Music
Films
Awards and decorations
——————————————————
La UNEAC tiene el placer de invitarlos al Conversatorio con el poeta ruso Evgueni Evtushenko, guionista junto con Enrique Pineda Barnet, de la película Soy Cuba, con la presencia realizadores del ICAIC. La cita será el jueves 26 a las 10:00 a.m. como parte de las actividades del Festival Internacional de Poesía. Una ocasión donde converge la dramaturgia, el cine y la poesía.
Este poeta obtuvo el apellido con el que se haría famoso en 1944 cuando su madre, de regreso de la evacuación en Zimá, le cambió el apellido del padre por el suyo de soltera, hecho sobre el que Yevtushenko escribiría más tarde en su poema Mamá y la bomba de neutrones. Fue al hacer ese trámite que conscientemente lo registraron como nacido en 1933 con el fin de evitarse las complicaciones que hubiera significado obtener el salvoconducto necesario para todas las personas a partir de los 12 años de edad.
El 4 de junio de 1949 aparece publicado por primera vez un poema suyo: se trata de Dos deportes publicado en el periódico Sovietski Sport. Tres años más tarde sale su primer poemario: Los exploradores del porvenir y ese mismo año de 1952 es aceptado en la Unión de Escritores Soviéticos convirtiéndose en su miembro más joven.
Junto con Andréi Voznesenski , Róbert Rozhdéstvenski y Bela Ajmadúlina , Yevtushenko fue uno de los ídolos de la generación de los sesenta y citas de sus obras se transformaron en frases proverbiales, por ejemplo, “Un poeta en Rusia es más que un poeta”.
Recorrió el planeta en sus innumerables viajes y su relación con el mundo hispano ha sido especial: aprendió español y tradujo al ruso a algunos poetas como el chileno Raúl Zurita. Una noche, a orillas del Amazonas, en Leticia, Colombia, vio un tremendo incendio al otro lado, en la ribera sur del río. Preguntó a sus amigos si no debían todos cruzar el Amazonas para ayudar a apagar el fuego. Le contestaron: “No importa, es del lado peruano.” Esto dio motivo a que Yevtushenko escribiera un poema en castellano:
No hay lado colombiano,
No hay lado peruano.
Solamente hay lado humano.
Obras
Libros en español
Poemas
Libros de versos
Novelas
Novelas cortas
Libros de ensayos
Música
Filmografía
Premios y condecoraciones
La UNEAC tiene el placer de invitarlos al Conversatorio con el poeta ruso Evgueni Evtushenko, guionista junto con Enrique Pineda Barnet, de la película Soy Cuba, con la presencia realizadores del ICAIC. La cita será el jueves 26 a las 10:00 a.m. como parte de las actividades del Festival Internacional de Poesía. Una ocasión donde converge la dramaturgia, el cine y la poesía.
Este poeta obtuvo el apellido con el que se haría famoso en 1944 cuando su madre, de regreso de la evacuación en Zimá, le cambió el apellido del padre por el suyo de soltera, hecho sobre el que Yevtushenko escribiría más tarde en su poema Mamá y la bomba de neutrones. Fue al hacer ese trámite que conscientemente lo registraron como nacido en 1933 con el fin de evitarse las complicaciones que hubiera significado obtener el salvoconducto necesario para todas las personas a partir de los 12 años de edad.
El 4 de junio de 1949 aparece publicado por primera vez un poema suyo: se trata de Dos deportes publicado en el periódico Sovietski Sport. Tres años más tarde sale su primer poemario: Los exploradores del porvenir y ese mismo año de 1952 es aceptado en la Unión de Escritores Soviéticos convirtiéndose en su miembro más joven.
Junto con Andréi Voznesenski , Róbert Rozhdéstvenski y Bela Ajmadúlina , Yevtushenko fue uno de los ídolos de la generación de los sesenta y citas de sus obras se transformaron en frases proverbiales, por ejemplo, “Un poeta en Rusia es más que un poeta”.
Recorrió el planeta en sus innumerables viajes y su relación con el mundo hispano ha sido especial: aprendió español y tradujo al ruso a algunos poetas como el chileno Raúl Zurita. Una noche, a orillas del Amazonas, en Leticia, Colombia, vio un tremendo incendio al otro lado, en la ribera sur del río. Preguntó a sus amigos si no debían todos cruzar el Amazonas para ayudar a apagar el fuego. Le contestaron: “No importa, es del lado peruano.” Esto dio motivo a que Yevtushenko escribiera un poema en castellano:
No hay lado colombiano,
No hay lado peruano.
Solamente hay lado humano.
Obras
Libros en español
Poemas
Libros de versos
Novelas
Novelas cortas
Libros de ensayos
Música
Filmografía
Premios y condecoraciones
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
“The first US cruise liner to visit Cuba in about four decades arrived in Havana on Monday, May 2nd without a single tourist on board.”
This was published by the Cuban newspaper Granma. The article explained that the 700 tourist capacity of flagship Adonia of the Phantom line belonging to Carnival Company was filled with travelers in the US “People-to-People” for Cuba exchange program , 50 journalists, and senior management of the operating company of the ship,
headquartered in Doral, Florida.
The Cuban newspaper said that Carnival is one of the major cruise ship operators in the world and, although the laws of the US blockade against Cuba remain in force, the company decided, for this voyage, to take advantage of the recent executive measures by President Barack Obama’s administration that opened new doors for maritime transportation between the two countries.
In prior coordination with their Cuban counterparts, they designed a week-long itinerary with cultural activities not described as tourism, and within the twelve categories authorized by Washington. This was the content of the voyage of the ship that touched Havana, Cienfuegos and Santiago de Cuba.
The restoration of diplomatic relations, which culminated in the official reopening of the US Embassy in Havana, has been one of the catalysts for the accelerated increase in visitor arrivals in the Caribbean country.
It is known that, before that historic moment, several thousand US citizens had travelled to the island despite the fact that the blockade’s measures did not allow them to do so as real tourists. Washington does not authorize them to visit beaches and other recreational centers so that they do not “bring their money to Castro.”
Many risked travelling to Cuba despite the prohibition, and the Cuban border authorities acted in complicity with such a “crime” by not stamping their passports. Thus, there would be no evidence of their entrance and departure from the island.
The rapprochement between the two nations has increased world interest in Cuba which, in turn, has developed various strategies to strengthen its tourism industry and expand its hotel capacity. It also works on several fronts to improve the quality of services to visitors.
The avalanche of US citizens who have been coming to Cuba since mid-December 2014 reaches figures that far exceed the number of US visitors to the island at any stage before the triumph of the Revolution and the breakdown of diplomatic relations decreed by Washington and the ban on travel of their citizens to Cuba.
In one way or another, the US corporate media wrote, “Tourists flock to Cuba before the Americans come.” “This phenomenon is nothing but a sign that the aim is to see Cuba now, before –as many predict– the US mega-corporations are set in the island.”
The US government’s ban on travel to Cuba by US citizens, has been in place for more than half a century, as part of the blockade. This unjustifiable hostility against Cuba has been in place since the triumph of its popular revolution against the Batista dictatorship. Now you can see it is being turned against the enemies of the Cuban government like a boomerang.
But what worries many US Americans who admire the great popular conquests achieved by Cuba since1959 to the present is that these may be affected by the temptations of capitalism, in the new conditions of non-hostile relations between the island and the world’s only superpower.
Obviously, they think that some main features of capitalist relations, such as the fracturing of society, selfishness, consumerism and corruption, could make a dent in the order of priorities that has led the country from 1959 to the present.
It is understandable that the US public –that has been for more than half a century subject to the slanderous media campaign against the political, social and economic situation of the Cuban revolution– has a distorted image of the reality on the island. This is the case, even among those who see Cuba’s unique achievements sympathetically.
Cuba has been isolated from the US capitalist system but has continued to co-exist with capitalism in the rest of the world. This has not eroded Cubans’ will to build a socialist future infinitely more democratic than that offered by capitalism, a system which Cubans already know and from which they have suffered.
May 6, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
“Sin un solo turista a bordo llegó a La Habana el lunes 2 de mayo el primer crucero estadounidense que visita la isla en cerca de cuatro décadas”.
Así lo publicó el periódico cubano Granma, y explicó que las 700 capacidades para turistas del buque insignia Adonia, de la línea Phantom de Carnival, fueron ocupadas por viajeros del programa estadounidense de intercambio con Cuba “pueblo a pueblo”, unos 50 periodistas y altos directivos de la compañía operadora del navío, cuya sede está en Doral, Florida.
Expuso el diario cubano que Carnival es uno de los operadores de cruceros más importantes del mundo y, aunque las leyes del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba siguen vigentes, la com-pañía decidió aprovechar las recientes medidas ejecutivas de la administración del Presidente Barack Obama que abrieron nuevas puertas para la
transportación marítima entre los dos países, para realizar este viaje.
Previa coordinación con las contrapartes cubanas, diseñaron un itinerario de una semana con actividades culturales no catalogadas como turísticas e insertadas entre las doce categorías autorizadas por Washington como contenido del periplo del buque por La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba.
El restablecimiento de las relaciones diplomáticas –que culminó con la reapertura oficial de la Embajada de Estados Unidos en La Habana- ha sido uno de los catalizadores para el acelerado creci-miento del arribo de visitantes al país caribeño.
Es sabido que antes de ese momento histórico, varios miles de norteamericanos viajaban a la Isla, aunque las medidas del bloqueo no les permitían hacerlo como verdaderos turistas ya que Washing-ton no les autoriza a visitar playas ni otros centros de diversión y esparcimiento “para no aportarle dinero a Castro”.
Muchos se arriesgaban a viajar a Cuba no obstante la prohibi-ción y las autoridades cubanas de fronteras se hacían cómplices en cierto sentido de tales “delitos” al no acuñarles sus pasaportes a fin de impedir que existieran pruebas de sus entradas y salidas en la isla. El acercamiento entre ambas naciones ha incrementado el in-terés mundial por Cuba que, por su parte, desarrolla diversas estra-tegias para fortalecer la industria turística, ampliar su capacidad hotelera y trabaja multifactorialmente por la mejoría de la calidad de los servicios a los visitantes.
La avalancha de estadounidenses que ha estado llegando a Cuba desde mediados del mes de diciembre de 2014 alcanza cifras que superan, con mucho, las de los turistas de ese origen en la Isla en cualquier etapa anterior al triunfo de la revolución, previa la ruptura de las relaciones diplomáticas decretada por Washington y la prohibición de los viajes de sus ciudadanos a Cuba.
“Los turistas acuden a Cuba antes de que vengan los america-nos”, escribieron de una u otra forma los medios corporativos de Es-tados Unidos. “Este fenómeno no es más que una señal de que la efervescencia es por ver a Cuba ahora, antes de que, como muchos pronostican, las megacorporaciones estadounidenses se instalen en la isla”.
Si se tiene en cuenta la prohibición de viajar a Cuba que pesa sobre los ciudadanos estadounidenses como parte de las medidas del bloqueo que el gobierno norteamericano practica contra la Isla desde hace más de medio siglo, se concluye que la injustificable hostilidad que ha caracterizado la política de Estados Unidos contra Cuba desde el triunfo de la revolución popular contra la tiranía de Batista, se está revirtiendo contra los enemigos del gobierno cubano como un bumerán. Pero lo que preocupa a muchos de los estadounidenses que admiran las grandes conquistas populares alcanzadas por Cuba desde 1959 hasta la hoy, es que éstas puedan verse afectadas por las tentaciones del capitalismo, en las nuevas condiciones de unas relaciones no hostiles entre la Isla y la superpotencia única mundial.
Obviamente, piensan que algunos rasgos destacados de las re-laciones capitalistas como la fracturación de la sociedad, el egoísmo, el consumismo y la corrupción, podrían hacer mella en el orden de prioridades que ha guiado al país desde 1959 hasta hoy.
Es comprensible que el público estadounidense, que padece hace más de medio siglo una campaña mediática calumniadora del acaecer político, económico y social de la revolución cubana, tenga una imagen distorsionada de la realidad en la Isla, incluso entre quienes ven con simpatía sus singulares logros.
Cuba ha estado aislada del sistema capitalista de Estados Uni-dos, pero ha seguido coexistiendo con el capitalismo en el resto del mundo sin que ello haya mellado la voluntad de los cubanos por construirse un futuro socialista, infinitamente más democrático que el que oferta el capitalismo, ya conocido y sufrido por los cubanos.
Mayo 6 de 2016.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
A new and unexpected element has added tension to the already unusual primary stage of the US electoral process. When it seemed certain that Donald Trump would be the presidential candidate representing the Republican Party, a “bomb” against him has been publicly detonated from an unexpected field.
Trump was invited last week by the The National Interest to give his first speech on foreign policy. This magazine is published by the Nixon Center, a group of survivors from former State Secretary Henry Kissinger’s old team.
To everyone’s surprise Trump did not have anything to say about his position on various subjects, aimed at satisfying one lobby or another, but instead delivered an analysis of US foreign policy and described his project of total overhaul.
According to Trump, it was “a fundamental error to have attempted to export by force the Western democratic model to people who had no interest in it.
After having denounced the “gigantic human and economic waste of the countries concerned as well as for the United States itself”, Trump continued with an indirect attack on the military-industrial complex, blaming it for the general excess of weapons circulating in the world.
According to French journalist and political activist Thierry Meyssan, for the first time since the assassination of John Kennedy, a presidential candidate was denouncing the omnipotence of the arms manufacturers. All those who have fought the military-industrial complex have been gagged or eliminated –John Kennedy was assassinated when he opposed the war against Cuba; Richard Nixon was eliminated by the Watergate affair when he made peace with Vietnam and led the détente with China; Bill Clinton saw his administration paralyzed by the Lewinsky affair when he attempted to oppose rearmament and the war in Kosovo.
In the words of Meyssan, “Trump was not a politician until now, but a real estate promoter, a businessman and a television presenter. This absence of a political past allows him to envisage the future from an entirely new angle, without being bound by any previous engagement.”
To block Donald Trump, the Republican Party organised an alliance between Ted Cruz and the last candidate in the race, John Kasich. Both of them agreed to give up the presidency and to work together to prevent Trump from obtaining the absolute majority of the convention delegates, promoting the candidacy of retired General James Mattis, former commander of the Marines Central Command (Cent Com).
Although General Mattis has not expressed his willingness to run for office, an anonymous group of billionaire donors have concocted a plan to achieve this and so to deal with Donald Trump. There is talk of about a dozen influential donors who are
billionaires with deep pockets and involved in politics with conservative tendencies, who are willing to put their resources behind Mattis.”Trump is a fascist madman and Hillary has one foot in a jail cell. This means that Mattis can win. I would be the first to root for the general to save America,” said John Noonan, a former Jeb Bush adviser now involved in the campaign project for Mattis.
Confidential opinion polls have already been organised, funds are been collected and a campaign team has been built around General James Mattis, a man who denies having plans for a political career. However, many believe he will not reject the role of a new Eisenhower who did not take part in the primaries because he was still commander of US forces in Europe. Eisenhower slipped into the competition almost at the end and was nominated by the Republican Party convention as their representative in the final bid for the presidency which he ultimately won in 1952.
General Mattis is reputed to be an intellectual. Today a researcher at the Hoover Institution (Stanford University), he has recently given lectures at the Center for Strategic and International Studies (CSIS). This think-tank, traditionally close to the oil industry, is mainly financed by Saudi Arabia.
In his lecture at CSIS after predicting a dreadful future for the Middle East, he denounced the dangers of the Iranian revolution and called for war against Iran.
The contradiction that is currently taking shape in the struggle within the Republican party over its presidential candidate reflects the one that at the national level has emerged between the neo-conservative vision of Nixon and Kissinger, and the dreams of George W. Bush and Dick Cheney. The latter two are supporters of imposing a universal regime and global democratization which they have worked toward since the coup of September 11, 2001 until the rise of Obama.
May 17, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Un nuevo e inesperado elemento ha agregado tensión al ya inusitado proceso electoral estadounidense en su etapa de primarias. Cuando ya parecía claramente definido que Donald Trump sería el aspirante presidencial en representación de partido republicano, se ha hecho estallar públicamente una “bomba” en su contra desde un campo inesperado.
The National Interest, una revista creada por el Nixon Center, donde colaboran sobrevivientes del equipo del ex secretario de Estado Henry Kissinger, invitó a Donald Trump a pronunciar su primer discurso sobre política exterior.
Para sorpresa de todos, Trump no recitó sus posiciones sobre una u otra cosa para contentar a tal o cuál grupo de presión sino que formuló un análisis sobre la política exterior de Estados Unidos y describió su proyecto de reformulación de ésta.
Según manifestó Trump, “haber tratado de exportar por fuerza el modelo democrático occidental e imponerlo a pueblos que no están ni remotamente interesados en ese modelo, ha sido un error fundamental”. Luego de denunciar lo que llamó “gigantescos daños humanos y económicos causados tanto a los países agredidos como al propio”, Trump pasó a un ataque indirecto contra el complejo militar-industrial y denunció la excesiva cantidad de armamento que circula actualmente en el mundo.
Según el periodista y activista político francés Thierry Meyssan, fue esta la primera vez desde el asesinato de John F. Kennedy que un candidato a la presidencia se pronunciaba contra el poderío de los fabricantes de armas. Todos los que lo han hecho han sido
neutralizados o eliminados: John Kennedy fue asesinado cuando se opuso a la guerra contra Cuba; Richard Nixon fue eliminado –a través del escándalo del Watergate- por haber concluido la paz con Vietnam e implementado el proceso de distensión con China; Bill Clinton vio su administración paralizada a través del escándalo con Monica Lewinsky cuando trató de oponerse al rearme y a la guerra en Kosovo.
Al decir de Meyssan, “Trump no era, hasta ahora, un político sino un promotor inmobiliario, comerciante y presentador televisivo. Esta carencia de pasado político le permite ver el futuro de manera totalmente nueva y sin verse limitado por compromisos anteriores”. Para contrarrestar el fenómeno Trump en sus propias filas, el Partido Republicano ha organizado una alianza entre los otros dos aspirantes que aún quedaban: Ted Cruz y John Kasich. Ambos han aceptado renunciar a la presidencia y unir esfuerzos para impedir que Trump obtenga la mayoría absoluta de los delegados en la Convención, promoviendo la candidatura del general en retiro James Mattis, ex comandante del Comando Central de Marines.
Aunque el general Mattis no ha manifestado su disposición de presentarse, un grupo anónimo de donantes multimillonarios han urdido un plan para conseguirlo y así hacer frente a Donald Trump.
Se habla de cerca de una docena de donantes influyentes, que son multimillonarios con bolsas profundas e implicados en política con tendencias conservadoras, que están dispuestos a poner sus recursos en favor de Mattis.
“Trump es un loco fascista y Hillary tiene un pie en una celda de la cárcel. Esto significa que Mattis puede ganar. Yo sería el primero en abogar por el general para salvar América,” declaró John Noonan, un ex asesor de Jeb Bush ahora involucrado en el proyecto de campaña a favor de Mattis.
Ya se hacen sondeos confidenciales, se recoge dinero y se ha creado un equipo de campaña en torno al general James Mattis quien, si bien niega que esté pensando hacer carrera política, muchos creen que no rechazará el papel de émulo de Dwight Eisenhower, quien sin participar en las primarias porque fungía como comandante de las fuerzas en Europa, se deslizo en la competencia en su etapa final y la Convención del Partido Republicano lo designó participante en la lucha final por la presidencia que obtuvo en 1952.
Mattis tiene reputación de intelectual. Es investigador en la Hoover Institution (de la Universidad de Stanford) y, recientemente, ha sido conferencista en el CSIS, tanque pensante cercano a la industria del petróleo, financiado principalmente por Arabia Saudita.
Durante su conferencia en el CSIS, tras anunciar un pavoroso porvenir para el Medio Oriente, denunció el peligro que en su opinión representa la revolución iraní y llamó a hacerle la guerra.
La contradicción que actualmente se perfila en la lucha interna del partido republicano por la candidatura presidencial, refleja la que a nivel nacional, se ha manifestado entre la visión neoconservadora de Nixon y Kissinger, y el sueño de George W. Bush y Dick Cheney, partidarios de imponer un régimen universal y una democratización global, en lo que trabajaron desde aquel golpe del 11 de septiembre de 2001 hasta el ascenso de Obama.
Mayo 17 de 2016.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
The US power elite is involved in many ways in the dispute over global domination, its exercise and defense.
The precarious balance of forces in the bipolar world in which we lived after World War II prevented US imperialism from imposing its absolute hegemony world-wide. That was based on the nuclear blackmail it threatened after its genocidal bombing of Hiroshima and Nagasaki.
Later, a tense arms race would arrive, promoted by the so-called “balance of terror”. According to this notion, which the forerunner power in the production of weapons would cause an imbalance in the international arena. The one with the most and deadliest weapons would be able to destroy the other.
Losing all hope that the end of the Cold War would open the way to a world without wars, an unstoppable arms race along the roads of neoliberal globalization has arrived. It has shaped imperialism into the dark reality it is today: the most powerful, brutal and ruthless hegemonic superpower in the history of humanity, bearing the greatest dangers to the survival of our species.
Today, we live in a uni-polar world, with one single superpower imposing its selfish interests on the rest of the world. This shows that it is the predatory nature of the prevailing capitalist order that causes most evils. There is a vital need to replace it with a new, just, and humane order.
In the struggle for global domination, the US government, far from taking the limited opportunities open through disarmament and peaceful coexistence, has based the pillars of its economy on a growing dependence on war situations.
It is in this context that Think Tanks (TTs) become important in the United States. These are public or private academic and study institutions staffed by personalities fully identified with the US capitalist system. They produce political and ideological documents intended to provide US governments with weapons for their confrontation with the world they seek to dominate.
They are part of a system that produces ideological content for the defense of imperialist interests. Their mission includes propagating ideas useful to the US capitalist system by spreading its doctrines in books, magazines, and other media. To do this they have billion-dollar budgets.
The Council on Foreign Relations (CFR) founded in 1921 by the Rockefeller economic group, is considered to be the first existing think tank. It had the task of providing the governing authorities (of either of the two parties in the US political scheme) with new ideas in foreign policy and the training of specialists and leaders.
Nearly 4,000 citizens work at the CFR, some with much more objective perspectives than the usual extreme right. Among them there are names as notorious as George Soros, the billionaire magnate of global financial speculation.
Its main publication is the journal Foreign Affairs which publishes academic papers containing their views on foreign policy.
According to surveys of academics and experts carried out annually for the Think Tanks Index in 2015, the Brookings Institution ranked as the most important TT in the world for eight consecutive years. The list also included the CFR, the Carnegie Endowment for International Peace, the RAND Corporation, the Heritage Foundation, the Woodrow Wilson International Center for Scholars, and the Center for Strategic and International Studies.
In the United States of America there are 11 think tanks specialized in political and economic matters; forty-nine in foreign affairs and international security; sixteen on the environment, science and technology; and twelve on the arts and humanities.
Most of them are registered as “non-profit” entities, but some are funded by the government or by legal or business organizations; others obtain funds from their research work on specific projects. In countries other than the United States, the TT Index registers Chatham House and the International Institute for Strategic Studies in the United Kingdom, and the Bruegel in Belgium.
Like their namesakes in war, think tanks are intended to demolish their opponents through a display of apparent superiority of resources that does not always correspond to reality.
May 10, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
La élite del poder estadounidense participa de muchas formas en la disputa por el dominio global, su ejercicio y su defensa.
El precario balance de fuerzas del mundo bipolar en que vivimos tras la segunda guerra mundial evitó que el imperialismo estadounidense impusiera su hegemonía absoluta por todo el mundo a partir del chantaje nuclear que planteara Estados Unidos con los bombardeos genocidas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Vendría después una tensa carrera armamentística promovida por el llamado “equilibro de terror”, según el cual, la potencia que se colocase al frente en la producción de armas provocaría un
desequilibrio en el escenario internacional. La que tuviera mayor número y más mortíferas armas, sería capaz de destruir a la otra. Perdida ya toda esperanza de que el fin de la guerra fría abriera el camino a un mundo sin guerras, una galopante carrera por los caminos de la globalización neoliberal ha llegado a configurar al imperialismo en esa tenebrosa realidad que es hoy: la superpotencia hegemónica más poderosa, brutal y despiadada de la historia de la humanidad, portadora de los más grandes peligros para la supervivencia de nuestra especie.
El mundo unipolar del presente, con una única superpotencia que impone sus egoístas intereses al resto del planeta, demuestra que es la naturaleza depredadora del orden capitalista imperante la causante de los males y lo que aconseja la necesidad vital de su reemplazo por un nuevo orden justo y humano.
En la lucha por la dominación global, el gobierno de Estados Unidos, lejos de aprovechar las escasas oportunidades que se abren para el desarme y la coexistencia pacífica, ha conformado los pilares de su economía a una dependencia cada vez mayor en las situaciones de guerra.
Es en ese contexto en el que cobran importancia en Estados Unidos los denominados tanques pensantes (en inglés Think Tanks -TT) que son iinstituciones públicas académicas y de estudios, integradas por personalidades plenamente identificadas con el sistema capitalista estadounidense que elaboran documentos de carácter político e ideológico destinados a suministrar a los gobiernos de Estados Unidos las armas para su enfrentamiento con el mundo que pretenden dominar. Son parte de un sistema que elabora contenidos ideológicos destinados a la defensa de los intereses imperialistas. Su misión incluye propagar ideas convenientes al sistema capitalista norteamericano mediante la difusión de sus doctrinas en libros, revistas, y otros medios, y para ello cuentan con presupuestos de miles de millones de dólares.
Se atribuye al Council on Foreign Relations (CFR) o Consejo de Relaciones Exteriores, fundado en 1921 por el grupo económico Rockefeller, la condición de primer tanque pensante existente, con la tarea de suministrar nuevas ideas a las Administraciones gobernantes (de cualquiera de los dos partidos del esquema político
estadounidense) en materia de política exterior y para la formación de especialistas y dirigentes.
Laboran en el CFR casi 4 mil ciudadanos, algunos con visiones mucho más objetivas que las habituales de la extrema derecha. Entre ellos hay también otros tan connotados como George Soros, el multimillonario magnate de la especulación financiera global.
Su publicación fundamental es la revista Foreign Affaires, que publica ensayos académicos contentivos de sus líneas de política exterior. Según las encuestas a académicos y expertos que anualmente se realizan para el Think Tanks Index, la Institución Brookings clasificó, por octavo año consecutivo en 2015, como el TT más importante del mundo en una relación en la que también entraron el CFR, la Fundación Carnagie para la Paz Internacional, la Corporación Rand, la Fundación Heritage, el Centro Internacional Woodrow Wilson para Académicos y el Centro Internacional de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Hay en Estados Unidos 11 tanques pensantes especializados en asuntos políticos y de la economía; cuarenta y nueve en temas sobre relaciones internacionales y seguridad; dieciséis sobre medio ambiente, ciencias y tecnología y doce sobre artes y humanidades.
La mayor parte de ellos están registrados como “entidades sin fines de lucro” (en inglés “non-profit”), pero hay algunos financiados por el gobierno, organizaciones jurídicas, empresariales o que obtienen ganancias derivadas de trabajos investigativos acerca de proyectos específicos. De países distintos a Estados Unidos, aparecen
clasificados en el TT Index, Chatham House y el Instituto
Internacional de Estudios Estratégicos (IISS, por sus siglas en inglés), del Reino Unido, así como el Bruegel, de Bélgica.
Al igual que sus homólogos de guerra, los tanques pensantes tienen como fin demoler al contrario mediante un alarde de evidente superioridad de recursos que no siempre corresponde a la realidad.
Mayo 10 de 2016.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Louis A. Pérez Jr., historian and professor from the University of North Carolina in Chapel Hill, the United States, is the author of a number of important books about Cuban national identity. He has published an interesting essay that delves into the meaning of the present links between Cuba and the United States. The title may confuse many about its content: Visit Cuba before it changes!
“There has been something of an implacable tenacity with which the United States has pursued change in Cuba, a single-minded resolve over the course of 55 years: one armed invasion, scores of assassination plots, years of covert operations, and decades of punitive economic sanctions. An embargo –“harsher than toward any other country in the world,” as Assistant Secretary of State Roberta Jacobson acknowledged in 2015– designed with malice aforethought: to inflict adversity upon the Cuban people, to deepen Cuban discontent through economic privation, in the hope that such hardship would act to bestir the Cuban people to rise up and, in one fell swoop, bring about the overthrow of the Cuban government.”
This is how Professor Perez summarizes the tragic history of aggression and humiliation endured by the Cuban people because of their firm decision to carry out their project of independence and socialist change.
When the Cuban revolution had barely begun (although it had already produced impressive and universally-applauded popular benefits such as land reform and literacy throughout its people), Washington declared that tourism to Cuba was contrary to the foreign policy and national interests of the United States. Travel to Cuba was thus forbidden by law for all US citizens as part of a cruel policy of hostility.
It is known –because surveys indicate is– that most US citizens wanted and still want friendly relations with Cuba despite the poison that the US mass media has been injecting for more than half a century.
Regrettably, not all Americans base their thinking on the fact that these policies violate basic principles of international law and basic norms of human coexistence. There are
many people who only see the issue from the point of view of what befits the corporations that, as a result of many years of media manipulation, are considered the reason and symbol of the US nation.
The merit of the Obama administration has been in recognizing the failure of the policy pursued by their country for more than half a century. The United States had insisted on political change in Cuba as a precondition for the establishment of normal diplomatic relations.
Near the end of his term, Obama turned this policy on its head, proposed normal diplomatic relations as an initial step; revitalized the system of selective authorization for “people-to-people” travel; modified regulations; softened controls and relaxed restrictions in order to expand the categories of authorized travel to Cuba. He declared himself powerless against the blockade, but urged Congress to lift it.
“Through engagement we have a better chance of bringing about change than we would have otherwise,” said President Obama to justify the modification of his policy towards Cuba. “US presence in Cuba would serve to spread among the Cuban people the values of the United States.”
Cuba accepted the challenge posed by Washington’s “people-to-people” policy because, despite its stated intention that the visitors would promote “democracy” (the term Washington uses to mean the capitalist system) among Cubans, the Cubans took that purpose as an opportunity to show visitors that the defamatory campaign, that US corporate media have been waging at global scale against Cuba for more than half a century, was false.
The distance between the manipulations of the campaign and the truth is so great that from the first minute of contact with Cuban reality, US visitors –as a rule– are open to understanding the reasons that led to the historic popular achievement that is the Cuban revolution. At the same time, they see the senselessness of U.S. government’s policy of hostility of the against the small island nation.
Lies crashing against evidence eventually awakened a strong current of attraction to the Cuban revolution’s process of independence and social justice.
It seems that the new US policy against Cuba is to increase contacts with the Cuban people, support what Washington means by civil society in Cuba, and so to disrupt the interaction between Cubans and their local authorities. All this is based on obvious neo-liberal goals of dividing the people from the state and encouraging the development of a capitalist class on the island.
Cuba, meanwhile, will continue in its revolutionary determination to change what needs to be changed, seizing opportunities, but avoiding traps. Revolution is the mother of change!
May 14, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Louis A. Pérez Jr, sociólogo y profesor de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Estados Unidos, y autor de importantes libros acerca de la identidad nacional cubana, ha publicado un interesante ensayo en el que hurga en el significado de momento actual de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos. El título puede confundir a muchos acerca del contenido: “¡Visite Cuba antes de que cambie! “
Con implacable tenacidad Estados Unidos se ha propuesto conseguir el cambio en Cuba. Ha sido una determinación con carácter de fijación en el transcurso de cincuenta y cinco años: una invasión armada, veintenas de complots de asesinato, años de operaciones encubiertas y decenios de sanciones económicas punitivas. Un embargo más duro que el impuesto a cualquier otro país del mundo, según lo admitiera la secretaria de Estado adjunta Roberta Jacobson en 2015. Todo diseñado para infligirle adversidad al pueblo cubano y profundizar el descontento mediante la privación económica, con la esperanza de que las penalidades obren en el sentido de incitar al pueblo cubano a rebelarse para que, en una arremetida, precipite el derrocamiento del gobierno cubano.”
Así resume el profesor Pérez la trágica historia de agresiones y vejaciones que ha soportado el pueblo cubano por su firme decisión de llevar a cabo su proyecto de cambio independentista y socialista. Cuando la revolución cubana apenas se iniciaba (aunque ya había producido impresionantes conquistas populares aplaudidas
universalmente, como la reforma agraria y la alfabetización de todo el pueblo), Washington declaró que el turismo a Cuba era contrario a la política exterior y los intereses nacionales de Estados Unidos. Los viajes a Cuba quedaron así vedados por ley para todos los
estadounidenses como parte de una cruel política de hostilidad. Se conoce, porque las encuestas así lo indican, que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses deseaban y siguen queriendo relaciones de amistad con Cuba no obstante el veneno que durante mas de medio siglo les han estado inyectando los medios masivos.
Lo lamentable es que no todos los norteamericanos basan sus criterios en el hecho de que esas políticas violan principios básicos del derecho internacional y normas elementales de convivencia humana. Son muchos los que sólo ven el asunto desde el punto de vista de lo que conviene a las corporaciones que, por efecto de muchos años de manipulación mediática, son consideradas la razón y el símbolo de la nación estadounidense.
El mérito del gobierno de Barack Obama ha estado en haber reconocido el fracaso de la política seguida por su país durante más de medio siglo. Estados Unidos había insistido en el cambio político en Cuba como precondición al establecimiento de relaciones diplomáticas normales. Próximo el final de su mandato, Obama viró esa política de cabeza, propuso relaciones diplomáticas normales como paso inicial; reanimó el sistema de autorizaciones selectivas “pueblo a pueblo”; modificó regulaciones; suavizó controles y relajó restricciones para ampliar los viajes autorizados a Cuba. Se declaró impotente contra el bloqueo, pero exhortó al Congreso a levantarlo.
“Mediante el compromiso, tenemos una mayor oportunidad de inducir cambios que por otros medios” declaró el Presidente para justificar el reajuste de su política hacia Cuba. “La presencia estadounidense en Cuba serviría para difundir en el pueblo cubano los valores de Estados Unidos”.
Cuba había aceptado el reto que suponía la política “pueblo a pueblo” de Washington porque, no obstante su declarada intención de que los visitantes promovieran entre los cubanos la “democracia” (término con que Washington designa al sistema capitalista), los cubanos apreciaban tal propósito como oportunidad para demostrar a los visitantes las falsedades de la campaña difamatoria que desde hacía más de medio siglo libraban a escala global los medios corporativos de Estados Unidos contra Cuba.
La distancia que media entre las manipulaciones de esa campaña y la verdad es tan grande que desde el primer minuto de contacto con la realidad, los visitantes –como regla– se abren al entendimiento de las razones que dieron lugar a la histórica hazaña popular que es la revolución cubana y la sinrazón de la política de hostilidad de su gobierno contra el pequeño país insular.
Las mentiras, al chocar contra las evidencias, acabaron por despertar una fuerte corriente de atracción hacia el proceso independentista y de justicia social que es la revolución cubana.
Todo parece indicar que la nueva política estadounidense contra Cuba consiste en incrementar los contactos con el pueblo cubano, apoyar lo que ellos entienden por sociedad civil en Cuba y romper la interacción entre los cubanos y sus autoridades populares. Todo ello partiendo de claros fines neoliberales de separar al pueblo del Estado y fomentar el desarrollo de una clase capitalista en la isla.
Cuba, por su parte, seguirá en su empeño revolucionario de cambiar lo que tenga que cambiarse, aprovechando oportunidades, pero evitando trampas. ¡La revolución es la madre de los cambios!
Mayo 14 de 2016.
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